Peter Klaren "Formación de las haciendas azucareras"
Enviado por Cris Vero • 21 de Febrero de 2016 • Resumen • 1.115 Palabras (5 Páginas) • 661 Visitas
Peter Kleren Formación de las haciendas azucareras y orígenes del Apra
El libro escrito por Peter F. Klarén busca reflejar el entorno social, político y económico que precedió a la formación del partido aprista, especialmente centrado en el cambio radical de las formas de comercio en el valle de Chicama y el control de las haciendas azucareras de la costa norte y los problemas que conllevaron al descontento de trabajadores y de la vieja oligarquía agrícola que se vio relegada por la modernización y tecnificación. En el primer capítulo se encuentran los inicios de este resquebramiento en la situación agrícola de la costa norte, donde las familias tradicionales debieron dar paso a nuevas fuerzas económicas representadas en la familia Gildemeister, los hermanos Larco y la Cartavio Sugar CO. Además, analiza cómo el sector tradicional de la agricultura debe dar paso a las nuevas formas y tecnologías de estos gigantes, para así crear un grupo humano resentido que busca volver al pasado, a la vieja gloria, puesto que cree que la situación se presenta de manera injusta para ellos quienes a través de décadas trabajaron la tierra. Estos constituirían miembros del floreciente partido aprista pues verán en Haya al caudillo y salvador, representando en él la única esperanza para acabar con el abuso de las grandes empresas transnacionales. El crecimiento de estas empresas dará paso también a nuevos fenómenos y cambios sociales. A la par de la desaparición de los viejos hacendados azucareros, se da un incremento de braceros de raza india Aquellos que fueron excluidos históricamente de las ricas haciendas agrícolas de la costa norte encuentran lugar debido a la ausencia de mano de obra, pues las leyes se endurecen después de la oleada de trabajadores chinos. Esto hace que los grandes empresarios vuelquen su mirada hacia la sierra y mediante la modalidad de “enganche” miles de campesinos indígenas sean captados para trabajar en las grandes haciendas azucareras. Esto al principio aparecía como una promesa de desarrollo y mejor calidad de vida, pero resultó ser en realidad una forma de explotación que mejoraba los ingresos de los ingenios azucareros. Los recién incorporados asumían deudas imposibles de pagar con el enganchador, y de esta manera se veían impedidos de regresar a su lugar de origen. Esto, sumado a la intromisión de las empresas azucareras en el comercio de las provincias aledañas y la concentración de servicios y beneficios cercanos a los ingenios, devino en el empobrecimiento de las provincias aledañas a las grandes haciendas azucareras puesto que tanto trabajadores como capataces ya no tenían la necesidad de trasladarse a otros lugares, como capitales de provincia cercanos, para poder comprar o vender. Todo se centralizó alrededor de los ingenios azucareros lo que degeneró en la ausencia de una presencia económica activa fuera de las grandes haciendas. Esto propició un clima ideal para la formación de un pensamiento anti-imperialista en una sociedad disconforme y empobrecida que veía como unos pocos aprovechaban y se enriquecían con los recursos mientras muchos más vivían en un estado que no consideraban como justo o que exigían la restitución de sus derechos para poder recuperar algo de las “viejas glorias”. Este ambiente favoreció la aparición y el crecimiento del partido aprista peruano, nos dice Klarén, pues el discurso de un joven Haya de la Torre incitaba a los hombres a la revolución, a derrocar al poder capitalista-imperialista, y a fomentar un trato igualitario donde el empresario peruano pueda competir con el imponente empresario extranjero, en igualdad de condiciones. Es así como el joven PAP se engendró en el pensamiento de aquellos que fueron afectados por este nuevo fenómeno económico, pues encontraban en él una fuerza que podía hacerle frente a este monstro que amenazaba con cambiar el orden establecido. Es interesante observar en este punto como este pensamiento tuvo acogida en un sector tradicionalmente conservador que al verse golpeado reformuló su pensamiento de derecha y aceptó, de buen modo, el pensamiento socialista revolucionario que encarnaba Haya de la Torre. Esto se puede entender de muchas formas pero lo que es innegable, es que la figura del líder del APRA influyó de gran manera, ya sea por su retórica o por la imagen que proyectaba hacia sus seguidores. Lo importante que es apreciar la visión de líder que asumió Haya para lograr la consolidación de su partido y el pensamiento que quiso imprimir dentro de la organización, a la par de su capacidad para poder ganar adeptos con un discurso que reflejaba en gran forma el pensamiento de la década del 30. Klarén explica también cómo, tras conseguir una cantidad importante de adeptos y de la formación de varias células del partido ubicados en varias provincias (algunas de ellas de manera secreta, como en la hacienda Casa Grande) Haya se lanza en la carrera hacia la presidencia de la República y hacia el año 1931 se convierte en la esperanza de un grupo importante del proletariado que ve en él al presidente que refleja su sentir. Haya comienza su carrera hacia el sillón presidencial en el puerto costeño de Talara. Para este objetivo, se vale de un método novedoso para la época que consiste en visitar las localidades de la costa norte organizando discursos públicos. Pero ninguno fue tan significativo, nos dice Klarén, como el de Acho donde dio a conocer el pensamiento total de aprismo. Esta candidatura fue vista con malos ojos por aquellos sectores de mayor influencia económica y política, pues se veía en Haya una amenaza. Haciendo valer el peso de su poder apoyaron a un Sánchez Cerro que tenía como único baluarte el logro de haber derrocado al tirano, representado en la figura del ex presidente Agusto B. Leguia. El Apra perdió las elecciones y el partido se vio envuelto en conflictos. Algunos creían que Haya había traicionado los principios del partido. Este punto, cree el autor, fue determinante para el desarrollo del partido, pues contrariamente a otros partidos socialistas de América Latina, el Apra nunca representó un papel preponderante en el cambio del estado. Si bien proponía la revolución nunca actuó como tal y varios de los pensamientos que fueron engendrados en el pensamiento del partido fueron llevados a cabo por actores alejados del pensamiento aprista. Por ello, se puede decir que, si bien el nacimiento y desarrollo del partido aprista se dio gracias al descontento de un sector económicamente relegado de la sociedad, este no representó significativamente los anhelos y necesidades de este sector. Si bien el partido aun subsiste, esto se debe a su capacidad de adaptación a las nuevas formas de pensamiento y una presencia que no es radical en la política. Como se dice usualmente: ”Ni con Dios, ni con el Diablo” |
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