Procedencia y competencia del recurso de revisión: Suprema Corte de Justicia y Tribunales Colegiados de Circuito.
Enviado por doudou0307 • 7 de Marzo de 2017 • Ensayo • 2.810 Palabras (12 Páginas) • 373 Visitas
REVOLUCIÓN MEXICANA
¿revolución social o política?
La noción de « revolución » es un concepto que conocemos pero del que, mayoritariamente, no fuimos contemporáneos. Para entender la Revolución mexicana y poder decir si fue una revolución política o social, hay que explicar lo que significa cada término.
Revolución. Según el diccionario de la DRAE: « acción y efecto de revolver o revolverse. Cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional. Levantamiento o sublevación popular. Cambio rápido y profundo en cualquier cosa».
Social. « Perteneciente o relativo a la sociedad. Perteneciente o relativo a una compañía o sociedad, o a los socios o compañeros, aliados o confederados ».
Política. Según el diccionario Enciclopédico: « ciencia y arte de gobernar, que trata de la organización y administración de un Estado en sus asuntos interiores y exteriores. Manera de conducir un asunto para alcanzar un fin determinado. Actividad de los que rigen o aspiran a regir los asuntos públicos ».
Entendemos entonces que una revolución social es un levantamiento de una parte del pueblo contra las ideologías establecidas y que una revolución política a su vez es la misma sublevación pero llevando en cuenta su influencia sobre la vida política del país.
Cuando hablamos de revolución a menudo pensamos que se trata solo de un enfrentamiento físico entre diferentes bandos. En realidad, y como lo vamos a ver con el ejemplo de de revolución mexicana, una revolución no puede ser limitada a eso. Al hablar de la revolución mexicana, que podemos situar entre 1910 y 1920, podemos hablar de dos fenómenos que la constituyeron: los enfrentamientos físicos, que pueden ser considerados como una guerra civil y que provocaron cerca de 1 millón de muertos, y los cambios políticos y los movimientos ideológicos, que completan tales enfrentamientos físicos, o que son, como lo podríamos decir, su manifestación ideológica. Son como una prolongación, al nivel nacional e institucional, de sublevaciones y revueltas.
Queda entonces una pregunta: ¿en qué medida se puede decir que la revolución mexicana fue un evento en el que se mezclaron lo político y lo social?
Vamos a considerar esta problemática a lo largo de tres partes cronológicas : le pre revolución mexicana, el desarrollo de la revolución y el periodo posrevolucionario;
I. LA PRE-REVOLUCIÓN MEXICANA
La revolución mexicana surgió en un contexto de profundas desigualdades sociales entre clases de la población que llevaban una vida cómoda y los campesinos y otras clases bajas de la sociedad que ni tenían propiedad ni siquiera lo suficiente para vivir. En efecto, México es ya en esa época el país con más proletarios ya que contaba 200 000 obreros en una población de 15 millones de habitantes.
Existía también en el país una real nostalgia del tiempo en el que las tierras pertenecían al pueblo, a los indígenas y en que estaban libres.
Añadiendo a eso el imperialismo político del que sufre el país bajo la dictadura de Porfirio Díaz y la ausencia de legislación laboral que ni siquiera garantizaba los derechos más básicos para los trabajadores, entendemos que la situación en la que se encontraba el pueblo era agobiante y, por eso, el descontento social empezó a nacer.
Aunque los campesinos estuvieran realmente indignados, su descontento no podía ser oído por el país sin real proyecto y portavoz políticos. Tampoco los obreros podían ser oídos a causa de su aislamiento de la sociedad debido a su condición social.
Notamos entonces que se trata aquí de distintas capas de la sociedad mexicana que no están contentas con la legislación y la situación político-social del país. Empieza a partir de los años 1910 un movimiento de contestación por parte del proletario rural conocido como la revolución de los agraristas. Empiezan entonces los enfrentamientos y las revoluciones.
II. EL DESARROLLO DE LA REVOLUCIÓN
Al contrario de la revolución francesa de 1789, la revolución mexicana no concentró su acción en un lugar definido. En efecto, los movimientos revolucionarios mexicanos tuvieron lugar en diferentes partes del país :
— en la ciudad Guerrero, Pascual Orozco dirigió un levantamiento de mineros, que constituyó la primera revuelta en el norte del país,
— en la ciudad Juárez, con Francisco Villa,
— en el centro del país, en el estado de Morelos con Emiliano Zapata, cuyo eslogan es “Tierra y libertad”, que remite a la nostalgia de los campesinos de la que hablamos respecto a su pasado como indígenas libres y dueños de sus tierras.
Como vemos, los líderes que se encabezaron de los movimientos sociales permitieron crear en el país un verdadero eco respecto a las reivindicaciones del pueblo. Con eso, vemos que el sistema político del portavoz permite dar importancia a sufrimientos mucho tiempo ignorados por la clase política (y en México, en Porfiriato). Sin embargo, estas rebeliones no eran suficientemente radicales ya que sus líderes solo defendían vagamente las ideas progresistas y no las llevaban hacia un nivel avanzado.
Otra lucha que se inicia en la revolución mexicana es la lucha contra el “díazpotismo”: esta vez, se trata de una sublevación del pueblo, pero debido a las condiciones políticas del país, o sea la duración del mandato de Porfirio Díaz y de sus múltiples elecciones. Aunque el objeto del descontento sea político, no se puede excluir totalmente el término “social” de este evento ya que el poder del dictador se ejercía sobre el propio pueblo. Eso llevó Francisco Madero a establecer el Plan de San Luis Potosí en octubre de 1910, en el que contestaba el Porfiriato, mostraba la necesidad del cambio político y de una regeneración del país, pero con ideas políticamente pobres que parecían no estar llevadas a cabo, lo que suscitó en el pueblo un profundo descontento general.
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