ABSOLUTISMO EN FELIPE II

El reinado de Felipe ll de Austria o Habsburgo, se inicia desde la segunda mitad del siglo XVI iniciando en el año 1556 hasta 1589 año en el que muere.

Durante este reinado España obtuvo un poder bastante grande convirtiéndose en un Imperio que poseía territorios en los 5 continentes, haciendo que su poderío fuera de las más grandes de Europa y situando a España es su apogeo. Este proceso por el que pasaba España se debía principalmente al descubrimiento de minas como la de Potosí en América, donde se extrajeron grandes cantidades de plata, las cuales sirvieron de sustento económico para que Felipe ll pudiera continuar con sus campañas militares en Europa, con estas campañas militares logro hacerse con el poder de vastos territorios como fue el caso de los Países Bajos, el mar Mediterráneo donde logro quitarles la hegemonía marítima en esta región al imperio Otomano, en Portugal donde paso a heredar el poder después de la muerte del cardenal Don Enrique, Felipe ll hace un intervención militar y se hace con el poder ya que su madre era la reina Isabel l de Portugal aunque deja que este territorio continúe con gran parte de su estructura tradicional.

Felipe ll llevo hasta el extremo su política absolutista creando grandes cargas financieras sobre Castilla, se refuerza la inquisición además de prohibirse los libros extranjeros y estudiar en el exterior.

La economía a mediados del siglo XVI se muestra favorable, se presenta un crecimiento demográfico, técnico, agrícola, el comercio también florece por las rutas que se han abierto entre Asia, áfrica, América y Oceanía de donde llegaban cargamentos de oro y plata haciendo que se produzca un crecimiento en la oferta y la demanda de productos agrícolas y artesanales. Con estos suministros de oro y plata que llegaban a España, esta obtuvo una renta bastante buena por lo cual se fue unificando lentamente la parte fiscal y administrativa, condiciones necesarias a la hora de hablar de absolutismo.

Con el comercio en auge se presenta la inflación debido a la gran cantidad de metales que ingresaban a España, la inflación contribuyo a que se desarrollara un floreciente comercio con las colonias, principalmente de textiles, vinos y aceites resultando benéfico para los que se ocupaban de este tipo de comercio pero era contraproducente para las personas de las ciudades y las zonas rurales, los medios de subsistencia se habían vuelto más difíciles de mantener ya que los precios era muy elevados. Debido al constante comercio de vinos y aceites las tierras que se habían destinado a la producción de cereales y granos se destinaron a los productos que tenían mayor importancia a la hora de comerciar, como resultado en 1570 España tuvo que importar granos por primera vez en la historia. Otra de las consecuencias de la inflación fue entorno a la naciente industria textil la cual resulto muy afectada y no pudo competir en el exterior

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