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ARQUITECTURA BARROCA


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  1.880 Palabras (8 Páginas)  •  407 Visitas

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Arquitectura Barroca. Caracter�sticas. Desde el punto de vista formal, el nuevo estilo manifiesta tanto en los elementos arquitect�nicos y decorativos como en el conjunto. Los entablamentos se incurvan y los frontones se partes, y describen curvas, contracurvas y espirales. Este amor desenfrenado por lo curvil�neo triunfa en la columna salom�nica, quintaesencia del Barroco.

En cuanto a la decoraci�n, dentro de un proceso general del enriquecimiento progresivo, conserva los temas vegetales corrientes del arte cl�sico, advirti�ndose desde mediados del siglo XVIII la tendencia a un tipo cada vez mas naturalista. De los temas geom�tricos heredados del renacimiento, quiz�s el mas importante sea la tarja que derivo a las mas variadas formas.

Resumimos a continuaci�n las caracter�sticas mas generales del barroco: - Por lo general, las formas del barroco son ampolusas, ricas y con predominio de la l�nea curva bastante cerrada, que da una sensaci�n de voluptuosidad. - Las formas primitivas de que derivan las barrocas se deforman en el sentido de engrosarse y curvarse. Se multiplican los elementos del renacimiento y se acumulan en ocasiones de manera confusa, si bien siempre dando una sensaci�n de dinamismo. - Los fustes de las columnas se retuercen, dando lugar a la columna en espiral o salom�nica. - Los frontones se abren en su zona central, los arquitrables y cornisas pierden su condici�n rectil�nea para curvarse y avanzar en distintas direcciones. Las rectas de las jambas y dinteles son interrumpidos por distintos elementos decorativos. - Existe un af�n de vigorizar todos los elementos de las fachadas, a las que se les da mayor altura y relieve. Se construyen a lo largo de las fachadas poderosas pilastras, que marcan rigurosamente los �ngulos, y dan origen, en impostas y cornisas, a grandes edificios. - El color gris de la piedra y el p�lido brillo del m�rmol, utilizados en el renacimiento, son insuficientes para la fastuosidad que persigue el barroco. as�, se utilizan m�rmoles coloreados, columnas y pilares jaspeados, z�calos de m�rmoles grises, negros y rosados, embaldosados de complicado dibujo, enmarcado de huecos con piedras de diversas tonalidades, etc. En hornacinas, frontones y cornisas abundan con profusi�n esculturas llenas de movimiento y revestidas con ropajes de ondulantes y complicados pliegues, �ngeles de formas redondeadas entre nubes, y soles nimbados con el monograma de Cristo. - Las b�vedas, las c�pulas y los muros se revisten de pinturas al fresco en las que se representa, por lo general, visiones del espacio celeste con nimbos luminosos, �ngeles y figuras diversas. Como es natural, el barroco altera no solo los elementos arquitect�nicos y decorativos heredados, sino tambi�n la concepci�n general del edificio. Al llevar el gusto por las l�neas curvas y mixtas a las plantas de los edificios, los muros dejan de ser rectil�neos y de cruzarse en �ngulos rectos, y sus dependencias dejan tambi�n de ser rectangulares o cuadradas. Este nuevo tipo de planta, al ofrecer a la mirada numerosos planos oblicuos, crea junto a una sensaci�n de movimiento, abundantes efectos de luz y ricos juegos de perspectiva, preocupaciones principales del arquitecto al proyectar el edificio.

Arquitectura Barroca Italiana. Italia contin�a durante el barroco a la cabeza de la arquitectura europea. Los pasos decisivos en la concepci�n general del estilo y en la transformaci�n de los elementos arquitect�nicos, as� como del templo, se dan en ella. Italiana es la creaci�n del palacio barroco, si bien en este ultimo punto es en Francia donde se producen las obras mas representativas. En la evoluci�n de la arquitectura barroca italiana suelen distinguirse tres momentos principales: - El que va de 1580 a 1624, o primer barroco. - El comprendido entre 1624 y 1670, o periodo de apogeo del Barroco. - El que dura desde 1670 hasta 1750, o barroco decadente. La gran obra del primer periodo es la transformaci�n de la iglesia de San Pedro por Carlos Maderna, quien prolonga la planta de la cruz griega por la parte de los pies, llegando as� a un compromiso entre el tipo de cruz latina y el de cruz griega. Dispone en primer termino una especie de martes y levanta ante el una gran fachada con front�n central y �tico coronado por estatuas, en la que se desentiende de la organizaci�n general del interior. Los verdaderos creadores del estilo son Lorenzo Bernini y Fracesco Borromini, y es con ellos que llega a su apogeo. Del primero, es famoso el baldaquino que en el crucero de San Pedro, de Roma, cubre el altar situado sobre la tumba del ap�stol. Construyo una especie de manifiesto del nuevo estilo arquitect�nico. Es un templete sobre cuatro columnas de fustes torneados en especial inspiradas en la que se conserva en el mismo Vaticano, y que en aquella �poca se supon�a procedente del templo de Salom�n. De ah� el nombre de salom�nica que se conoce este tipo de columna. Bernini divide el fuste con anillos horizontales en tres partes, la inferior de las cuales decora con estr�as en espiral, mientras cubre las otras dos con tallos y hojas menudas. Lo mismo de esos anillos como de la base, hace surgir una fila de grandes hojas de acanto. La base es �tica, y el capitel de orden compuesto. Si en el baldaquino se distingue Bernini por la novedad de los elementos arquitect�nicos, en la Scala Regia del Vaticano y en la plaza de San Pedro se preocupa principalmente de los juegos de perspectiva y de intensificar el efecto de profundidad. En la Scala Regia interrumpe la subida con varios rellanos y dispone dos estrechas naves laterales formadas por gruesas columnas.

En la plaza procura que el templo produzca a quien lo contempla la impresi�n de encontrarse lo mas al fondo posible. as�, dispone en primer termino una ampl�sima plataforma. Las alas de la gran

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