Alberdi y Sarmiento

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE N°186

Tramo de Formación Pedagógica para profesionales y técnicos en nivel medio

TRABAJO PRÁCTICO

Cátedra: Socio-Política y Educación

Docente: Ramos, Vanesa

Alumnas: Astudillo María Paula

Fecha de entrega: 

Ciclo Lectivo: 2016

SARMIENTO:

Qué es?:

 1-El proyecto de país

2-El modelo de estado

3-La civilización

4-La barbarie

 5-Los sujetos educables

 6-Los objetivos de la educación

ALBERDI

 Que es?

1-El proyecto de país

2-El modelo de estado

3-La educación

 4-La instrucción

 5-El papel de la constitución

6-La república verdadera

7-La república posible

8-Los habitantes ¿poseían los mismos derechos?

Domingo Faustino Sarmiento, nació el 15 de febrero de 1811 la ciudad de San Juan. Fue político, pedagogo, escritor, docente, periodista, estadista y militar argentino; gobernador de la Provincia de San Juan entre 1862 y 1864 y presidente de la Nación Argentina entre 1868 y 1874.Se destacó tanto por su laboriosa lucha en la educación pública como a contribuir al progreso científico y cultural de su país.

Al igual que Alberdi (nacido en 1810 en Tucumán),fue miembro de la Generación de 1837, un grupo de jóvenes pensadores que, siguiendo las ideas del romanticismo-      movimiento cultural de Europa del S.XIX-, querían superar el conflicto entre unitarios y federales. Estas ideas los llevaron a chocar con la figura de la época, Juan Manuel de Rosas, por lo que ambos fueron exiliándose la década de 1840 en Chile; donde se encargaron de diseñar proyectos sobre cómo organizar la nación.

Durante su exilio en Chile, Sarmiento escribió una de las obras pedagógicas más Tanto Sarmiento como Alberdi querían construir una nación civilizada, dotando al país de una constitución liberal y una organización republicana del poder político. Una constitución que garantizara derechos y obligaciones para sus ciudadanos y un gobierno con división de poderes y legitimación popular Importantes de la historia argentina: Educación Popular.

Para ambos, la economía argentina debía ser una economía de mercado abierta al comercio mundial, debía transformar sus estructuras productivas, modernizarse y europeizarse, atrayendo inmigrantes y capitales de los países más desarrollados de Europa.

Los dos compartían una misma mirada sobre el progreso económico, confiaban en el aporte de la inmigración europea y despreciaban a las clases populares locales.

Sarmiento aseguraba que a la argentina había que comprenderla bajo las coordenadas delimitadas de dos palabras: “civilización y barbarie”.

Caracterizaba a la población indígena y mestiza como culturalmente irrecuperable, rechazaba nuestras raíces hispánicas y adjudicaba al atraso de los pueblos latinoamericanos a la combinación entre la sangre y la cultura española e indígenas. (4)

Según éste, formas bárbaras de asociación entre los hombres como la pulpería y la estancia, eran las causas de las guerras civiles que bloqueaban el surgimiento de dos tipos de sujetos claves para construcción de una nación moderna: el productor y el ciudadano. Es por ello que debían sustituirse dichas formas por otras instancias de socialización, como la prensa y el parlamento.

Si bien creía necesario el aporte de los inmigrantes, ni la inmigración ni el crecimiento económico constituían para él las únicas herramientas de una nación moderna.

Pensaba que el pasaje de la barbarie a la civilización demandaba una acción política, con marcada presencia estatal. De allí la importancia de la escuela pública, que haría de la barbarie una cuestión del pasado al mostrarle a las masas la posibilidad del ascenso social. A la vez, formaría ciudadanos, generando hábitos de respeto a las leyes, cuya recompensa sería la distribución de tierras en pequeñas parcelas, logrando de esta forma la participación del pequeño productor en la política a escala municipal.

La función social de la educación debía ser política, relacionada con la necesidad de construir la identidad nacional para garantizar la cohesión social y la estabilidad política. Desde esta perspectiva, la universalización de la enseñanza básica constituyó el principal instrumento, lo cual explica la aparición de conceptos y disposiciones tales como la obligatoriedad escolar, el laicismo como contenido curricular y el papel activo del Estado en la expansión de la oferta escolar. Sarmiento fue, sin dudas, el mayor exponente de esta posición, particularmente en lo que atañe a la prioridad otorgada a la educación básica y al rol activo del Estado.

La acción socializadora de la educación escolar debía asumir un carácter marcadamente contra-cultural. Construir el Estado-nación implicaba negar la diversidad cultural endógena y cubrir el «déficit de civilización» que caracterizaba a las sociedades latinoamericanas con los contenidos simbólicos propios de la cultura occidental moderna.

En la «Introducción» a Educación popular, Sarmiento deja bien en claro los motivos por los cuales la educación debe ocupar un lugar clave en la construcción de las nuevas sociedades: «El poder, la riqueza y la fuerza de una nación dependen de la capacidad industrial ,moral e intelectual de los individuos que la componen; y la educación pública no debe tener otro fin que el aumentar las fuerzas de producción, de acción y de dirección, aumentando cada vez más el número de individuos que las posean». De acuerdo a Sarmiento, educar a las masas era condición para elevar la dignidad de la nación, en especial porque los habitantes de esta región pertenecen «a una raza que figura en la última línea entre los pueblos civilizados». (6)

Para Sarmiento se debían cambiar las costumbres, la cultura y el lenguaje de la sociedad latinoamericana para que la gente se volviera industriosa. Sólo en ese orden se alcanzaría el progreso.

Propuso darle a la población una educación básica integral que elevara su cultura. Dio importancia al desarrollo de las escuelas de artes y oficios y quiso una educación racional y científica. No fue solo un utilitarista, ya que la formación de la moral y las costumbres eran, para él, las bases de la estabilidad sobre la cual se asentaba el progreso económico y social.

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