Antenor Orrego
Enviado por lula19 • 1 de Septiembre de 2013 • 6.062 Palabras (25 Páginas) • 551 Visitas
El primer gran homenaje que se le hizo al Amauta Antenor Orrego Espinoza fue en el año 2002. En esa oportunidad se realizó el Coloquio “Antenor Orrego. La unidad continental y los orígenes de la modernidad en el Perú”, que se efectuó en el Hemiciclo “Raúl Porras Barrenechea” del Congreso de la República (2, 3 y 4 de octubre). Las ponencias que presentaron los expositores y las que enviaron algunos intelectuales que no pudieron estar presentes salieron publicadas en un libro que se titulo Antenor Orrego, la unidad continental y los orígenes de la modernidad en el Perú y que editó el Fondo Editorial del Congreso del Perú con todas las ponencias del Seminario . Nueve años de este gran acontecimiento la Universidad Privada “Antenor Orrego” de Trujillo (UPAO) organiza el segundo homenaje al gran filósofo cajamarquino: Simposio “Vigencia y Trascendencia de Antenor Orrego. Por la ruta de la identidad”. Justamente, el presente ensayo se redacto pensando en este trascendental acto intelectual.
La siguiente ponencia-ensayo busca preguntarse sobre la vigencia de la filosofía orreguiana, especialmente su visón de la historia y de la cultura, a la luz de las últimas grandes formulaciones o corrientes en los campos de la filosofía y de la historia. Pensamos que no hay mejor manera de ver la vitalidad de un discurso si es que no se le interpela con las teorías dominantes y hegemónicas existentes en el mundo académico. Así, se analizara y comparara el corpus teórico orreguiano desde varias teorías actualmente en boga: la post-modernidad, la subalternidad y la filosofía latinoamericana actual. La filosofía post-modernista, si bien surgió en la vieja Europa, ha tenido un fuerte impacto en el mundo y América Latina y el Perú pueden perfectamente dar cuenta de ello. Para efecto de este ejercicio se privilegiara a los tres filósofos post-modernos más destacados: Jean François Lyotard, Michelle Foucoult y Gianni Vattimo. La Subalternidad será abordada a partir de los dos grandes momentos que tuvo y tiene el Grupo de Estudios Subalternos de la India (1982-87 y 1987-2011). Por último, la filosofía latinoamericana será vista a partir de la obra del filósofo mexicano Leopoldo Zea y de los discursos de los filósofos más representativos de la filosofía de la liberación (Enrique Dussel) y de la filosofía inculturada (Juan Carlos Scannone).
II. El discurso filosófico de Antenor Orrego: espacios de producción, estaciones intelectuales
y ejes temáticos .-
El trabajo intelectual de Antenor Orrego siempre se desarrolló en varios campos muy visibles. El primero, y el más importante sin lugar a dudas, es el filosófico. Es esta actividad, reflexiva y especulativa, poco común en el Perú de ese entonces y especialmente en un medio provinciano, la que prácticamente determina y orienta todo su quehacer intelectual. Orrego siente una especial atracción por la filosofía de la historia. Así, serán con la mente y los ojos de la filosofía que se acercará a sus otras cinco áreas de interés la estética, poesía, música, teatro, novela y crítica literaria, ejercicio que muestra su gran afición por las letras, de manera especial por la poesía y estética. Sorprende que a pesar de ser un hombre vinculado a los quehaceres culturales pocas veces incursionará en el trabajo de creación literaria propiamente dicha. El mismo se encargó de señalar claramente su "incapacidad" para este tipo de ejercicio .
Desde una perspectiva diacrónica o procesal es fácilmente percibidle para toda persona que se acerque a estudiar su obra tres momentos. El primero, que vamos a llamar Intucionismo Bergsoniano y Esteticismo y que durará de 1914 a 1920; el segundo, que denominaremos Latinoamericanismo Social y que abarcará de 1923 a 1946; y el último, que bautizaremos como Latinoamericanismo Humanista que se extenderá de 1947 a 1960. Sin embargo, es posible encontrar ciertos hilos conductores o ejes temáticos que van a atravesar todos o casi todos estos estadios. Mencionémoslos rápidamente.
II.1. La función social del escritor y del artista latinoamericano.-
Ambos para Orrego tienen una enorme responsabilidad pues su pensamiento y/o creación artística necesariamente debe tener tres características esenciales. Primero, ser realmente autónomo, auténtico y original. En ese sentido, la imitación, la repetición, el colonialismo mental, los esquemas etnocéntricos cuando no eurocéntricos, son duramente cuestionados y combatidos. Segundo, poseer una dimensión práctica, es decir, deben servir para mejorar y superar la vida. Tercero, tener una estrecha relación con la sociedad. Así, se cuestiona el trabajo intelectual purista que no establece vínculos con el entorno social, cultural y con la historia. Por ejemplo, su libro Pueblo continente: ensayos para una interpretación de la América Latina es un claro ejemplo de como la filosofía puede entablar contactos con otras disciplinas: la sociología, para entender la nueva estructura social clasista que reemplazó a otra de carácter estamental y que se constituyó con el proceso de formación de las haciendas azucareras del norte; y la economía política, en su versión marxista, para entender no sólo el proceso de concentración de tierras, y el control absoluto de las aguas de regadío de estas haciendas, sino también las repercusiones económicas, sociales y políticas que trae el capitalismo monopólico (imperialismo). Lo mismo podría afirmarse de Hacia un humanismo americano donde se reivindica a varios personajes latinoamericanos (Inca Garcilaso de la Vega, Simón Bolívar y César Vallejo) como expresiones o símbolos del proceso histórico social y cultural de emergencia de una nueva conciencia continental.
II.2. Unidad de análisis: América Latina.-
A diferencia de los otros pensadores peruanos del siglo XIX, XX y XXI para quienes el Perú, la región geográfica (costa, sierra, selva) o la simple provincia se convertía en el punto central de preocupación (liberales, conservadores, radicales, positivistas, arielistas o novecentistas , anarquistas, anarcosindicalistas, hispanistas, indigenistas, socialistas, comunistas, populistas, social cristianos, marxistas, etc.) para Orrego la problemática peruana se encuentra subsumida dentro de otra mayor: la latinoamericana. Así, el continente se revela como el eje central de su pensamiento. Es por eso que se puede afirmar que América Latina aparece en su discurso siempre no solo como un punto de partida sino también de llegada especialmente en su segunda y tercera etapa -Latinoamericanismo Social (1923-46) y Latinoamericanismo Humanista (1947-60)- y justamente sus libros Pueblo continente… (1939) y Hacia un… (1966) son una clara muestra de
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