Arquitectura y tecnica
Enviado por edefcruz • 26 de Octubre de 2022 • Ensayo • 2.755 Palabras (12 Páginas) • 55 Visitas
ARQUITECTURA Y TECNICA
En la cultura tradicional, la técnica y el arte son dos actividades distintas confiadas a profesionales diferentes que provienen de escuelas diferentes. No se considera incorporada al arte, Junto a la pintura y a la escultura, la arquitectura es una de las artes mayores. Pero la técnica de pictórica y escultórica, forma una especialización que está reconocida en el mundo de la cultura tecnológica. Esta anomalía, que a los historiadores del poder trabajo entender, explica por qué ha nacido una discusión sobre los conceptos tradicionales de arte y de técnica en el campo de la planificación edilicia, discusión que, hasta cierto punto, ha puesto en duda su distinción.
En efecto, estos dos conceptos pretenden tener un valor absoluto y permanente, pero en realidad funcionan entre límites restringidos que dependen de las circunstancias cambiantes de la organización social. El arte medieval no contiene la distinción entre técnica y arte. Sus productos son juzgados mejores o peores según un criterio único de refinamiento, que precede y justifica objetivamente los criterios subjetivos de uso y de contemplación de la obra. Se recurre a la misma palabra en el análisis de las nociones trascendentales.
Sin embargo, estas diferentes nociones, son pues diferenciadas por la razón humana según sus distintas operaciones. Respecto a las diferencias secundarias, la sociedad no plantea una clasificación análoga de posiciones profesionales en las corporaciones. De este modo permite un choque directo entre los grupos sociales, y deja surgir los contrastes irreductibles entre ricos y pobres. Por cierto, la organización corporativa funciona ventajosamente en la fase expansiva de la economía medieval, cuando el desarrollo productivo hace posible una finalidad común para todos los grupos comprometidos en la corporación, y cuando las corporaciones luchan juntas para arrebatar el poder político a las jerarquías feudales.
Pero la misma organización entra en crisis en la fase recesiva, de la mitad del siglo XIV en adelante, cuando se hacen dominantes los contratos internos entre las clases y los grupos. Se hace necesaria una mediación racional de estos contrastes, ya sea como instrumentos para evitar que se conviertan en conflictos abiertos, ya sea como un recurso para legitimar el predominio de los grupos vencedores después de producidos los conflictos. El realismo filosófico tradicional no ofrece puntos de arranque para esta mediación. El nominalismo sucesivo cultiva el estudio de las diferencias de razones y de análisis, pero no está en condiciones de hacerlo salir de la esfera abstracta y de presentarlo como base de una clasificación de los hechos reales.
En este punto, la nueva cultura humanística desestima la discusión sobre las nociones universales y le contrapone el análisis de las operaciones humanas concretas. En nuestro campo, aísla el momento de la creación y lo contrapone a la ejecución. Por supuesto que la creación, una vez separada de la ejecución, no tiene motivo para ser limitada a una categoría de objetos, sino que se extiende, virtualmente, a todos. El arquitecto del Renacimiento no es el heredero del arquitecto medieval, sino corresponde a una de las especializaciones del nuevo personaje, el artista, ya por encima de la organización corporativa tradicional.
La nueva división del trabajo no es paralela a la antigua, sino que la atraviesa perpendicularmente. En esta forma libera las energías individuales comprimidas en la organización tradicional y hace posible un nuevo acercamiento, unitario y racional, al mundo de las formas visibles. Este conjunto de consecuencias es todavía potencial en el siglo xv, y puede ser abarcado como un programa individual, hecho unitario precisamente por la maestría del artista. Pero muy pronto vence la exigencia de la especialización, es decir, la ciencia y la técnica se practican con beneficio como búsquedas independientes.
Una vez establecida esta dualidad, la búsqueda artística encuentra una nueva relación con la búsqueda científica, porque compendia los valores finales y cualitativos sacados de la investigación científica y compensa sus resultados específicos, mecánicos y cuantitativos. La arquitectura, aprisionada en esta sucesión de cosas, también cambia su significado. En el ámbito de la arquitectura sólo quedan los productos edilicios propiamente dichos, que están sujetos a cambios tecnológicos menos importantes, pero que conservan una importancia social decisiva, porque establecen la distribución de todos los artefactos humanos sobre el territorio y vinculan muchos aspectos de la vida asociada a través de relaciones espaciales. Sobre ellos se ejercita el doble control de la técnica y el arte desdoblados entre sí.
De esta manera destruye la adaptación recíproca entre técnica y arte que, de alguna manera, funcionó en los tres siglos precedentes, y, como consecuencia, les restringe a ambos los campos de selección. La técnica edilicia desarrolla sus procedimientos neutrales referidos a la selección estilística, pero no puede utilizarlos para determinar la forma de sus productos que deben ser extraídos de los estilos arquitectónicos. El arte edilicio cultiva una pluralidad de selecciones estilísticas que permanecen en la superficie de las obras y, con frecuencia, se convierten en simples decoraciones intercambiables. Para los artistas, en cambio, era necesario consumar todas las reglas tradicionales de representación del mundo, llegando hasta la página blanca de Malevic y de Kandinski, para hacer posible la construcción de nuevas formas no vinculadas a las consuetudinarias y a los intereses tradicionales.
«Desde la mitad del Ottocento en adelante estas más leyes, y no está lejano el día en el cual el arte y restricción es utilizada para excluir, tanto a los ar- la ciencia formarán una unidad homogénea». Truido, en toda su amplitud y con todos sus efectos La nueva arquitectura tiene muchos caracteres sobre la vida de la gente. En su tiempo, Morris en tradicionales. los lugares, instrumentos Era no necesario estaba conceptuales en desmontar condiciones de tanto la de cultura la contestar técnica tradiciones, cultura institucional, artística de independencia previo.
En los primeros dos decenios de nuestro siglo, estas dos búsquedas se acercan mucho entre sí. De la ciencia y de la técnica para los fines del poder, que será trágicamente impuesta en las décadas de 1930 y 1940. Los artistas de vanguardia, empeñados en el desmantelamiento del mundo de las formas tradicionales, fueron tenidos a distancia y en la miseria, ya que su trabajo era percibido, con justeza, como una amenaza a los intereses constituidos, pero pudieron sobrevivir apretándose el cinturón y pintando solos en sus estudios. En cambio, los pintores y los escultores contemporáneos suyos encontraron, de improviso, un camino allanado de éxitos y de ganancias, con tal que aseguraran desarrollar su trabajo en las formas tradicionales, es decir, confinado al mundo del entretenimiento.
Actualmente, a medio siglo de distancia de aquel cambio decisivo, la situación todavía es incierta. La arquitectura moderna ha hecho sus pruebas, ha demostrado poder renovar el ambiente de vida del hombre y de la sociedad contemporánea, pero todavía insume una parte menor de la producción en una minoría de países más adelantados. Las transformaciones recientes y las mayores aún que nos esperan, hacen cada vez más ardua la tarea indicada por los maestros, es decir, dominar en forma unitaria y responsable la multiplicidad de las técnicas y de los aportes necesarios para dirigir el ambiente de vida. De este modo se está dando un intento de volver a lo antiguo y de colocar la arquitectura en la antigua posición de «arte bella», autónoma del mundo tecnológico y productivo.
ARQUITECTURA Y PINTURA
Las relaciones entre la arquitectura y la pintura parecían estar fijadas, de una vez por todas, en el momento en que se estableció la noción de ellas como actividad libre, emergente de la multiplicidad de técnicas manuales. Durante cuatro siglos, la arquitectura y la pintura, junto con la escultura, fueron pensadas y ejercitadas como actividades paralelas, llamadas con el nombre común de «artes» o «bellas artes». Todavía son expuestas así en los libros de texto que usan los estudiantes de las escuelas medias, en la enseñanza en los institutos de arte y la universidad, en la jerga de las leyes y los reglamentos. Considerando los hechos históricos de los últimos cincuenta años, sabemos que las cosas son diferentes, y que la individualidad de las tres artes, como también el concepto global de «arte», no están, de ninguna manera, estables y afirmados.
Hubo un período, más o menos entre 1905 y 1917, en el cual los pintores y los arquitectos trabajaron hombro con hombro, con un intercambio rapidísimo y cerrado de estímulos recíprocos. Pero para hacer esto era necesario eliminar los vínculos heredados de la tradición, no sólo rechazando someterse a los estilos históricos, sino haciendo un esfuerzo decisivo para remover el enorme cúmulo de modelos, de asociaciones y de esquemas visuales fi- tes que se inscriben en la Facultad de Arquitectura, en la memoria, en los hábitos y en el comportamiento a su vez, se preguntan, cuando pasan de los cursos de todos a través de la educación y de la de análisis matemático a los de diseño y de plástica, continuidad de referencias ambientales. si deben convertirse en técnicos, artistas o una mezcla. El trabajo desarrollado por los pintores, entre la de las dos cosas. Pero el prestigio del arte y de los primera exposición colectiva de los fauves y el artistas parece más sólido que nunca, garantizado por comienzo del movimiento neoplásico, fue decisivo en la multiplicación de las muestras de arte, de los presentes momento, no sólo para la pintura sino para lamios de arte, de las publicaciones de arte, de la arquitectura y la organización del ambiente en el cual enciclopedia del arte, en las secciones de arte de los todos deben vivir.
Incluso los arquitectos, en las relaciones cada dinsky, el «desierto» de Malevic, adecuado para vez más difíciles con sus clientes, encuentran cada vez cubrir nuevamente el significado de los hechos visuales más conveniente presentarse como artistas, para goles más simples y para combinarlos en una forma zar del respeto que todos parecen conservar respecto nueva, ha servido no sólo para hacer nacer una nueva al mundo del arte. Va pintura, sino para dar impulso a una búsqueda. Sin embargo, este prestigio no ayuda ni a los más amplia que podemos continuar llamando arquitectura pintores ni a los arquitectos a vivir más tranquilos. pero que se refiere a la preparación de todo. Los pintores deben afrontar una encarnizada selección el conjunto de formas artificiales en las cuales se desarrolla, que se produce a través de los caminos obliga la vida de los hombres, y que, por lo tanto, dos de las muestras, de los premios, de las presentaciones en perspectiva, hace imposible la subsistencia de la convenidas por los críticos, de los encargos de pintura como actividad autónoma. Se sigue hablando del «arte», más bien efectiva para elegir esas obras.
una galería, de explicar Quizá o regularmente sus intenciones, pintores entre estén las porque ansiosas paredes tratan, de hablar a materiales y las técnicas tradicionales. El respeto por el arte es diferente, por ejemplo, entre pintores y arquitectos, do siempre que no se atraviesen los confines sectores se ha vuelto ilusoria y, de hecho, imposible. Riales tradicionalmente establecidos entre el arte y la Entretanto se ha vuelto evidente la alternativa técnica, entre el arte y la política, entre el arte y los nacida del encuentro de la primera posguerra. La técnica, la economía y la polí-arte puede llegar a ser «el laboratorio experimental tica son hoy exigencias independientes que rechazan del arte aplicado», según la frase de Rietvel, y la toda adaptación preventiva a las exigencias del arte.
ARQUITECTURA Y SOCIEDAD
Nuevamente hoy la arquitectura «moderna» es criticada y defendida como una tendencia contrapuesta a las otras que son llamadas «posmodernas» o de cualquier otro modo. Por ejemplo, la perspectiva, heredada de la cultura renacentista e incorporada a los procesos de división inmobiliaria y de cálculo de las estructuras, conserva un valor organizativo preeminente, y todos los otros lenguajes históricos se han vuelto a ver de conformidad con ella un campo más amplio de opciones formales, no dependiente de los modelos del pasado y liberado de la sujeción a las reglas de la perspectiva. Aquí confluyen las experiencias de la vanguardia pictórica entre 1900 y 1920, que terminan el ciclo de la pintura tradicional y lo insertan como parte integrante de la investigación arquitectónica, tal como la hemos definido antes. Pero la experiencia de la aplicación concreta en la arquitectura y en las otras artes nos induce a considerarlo hoy, más bien, como una ampliación, que incluye tanto los modelos históricos como la perspectiva una nueva división de funciones entre la administración pública Y los operadores, articulada en el tiempo antes que en el espacio.
La disponibilidad total del terreno por un período limitado es la condición para poder realizar un nuevo diseño de la ciudad, científicamente controlado y libremente imaginado, y, por lo tanto, adaptado a las necesidades de los usuarios. Este dispositivo nace en el Ottocento avanzado para la realización de la construcción pública, manejada como correctivo parcial a la gestión precedente. Se generaliza en la primera posguerra como método general alternativo. Si releyéramos hoy un texto célebre y casi olvidado, como es la declaración de Sarraz de 1928, escrita en la primera reunión de los CIAM, estaríamos impactados por la mezcla de afirmaciones sobre la corrección científica, la libertad artística y la organización político-administrativa, que debieran mantenerse separadas en la cultura tradicional.
Pero el tiempo transcurrido nos permite, precisamente, colocar el documento en una perspectiva histórica que hace que esta mezcolanza sea perfectamente natural. Algu-1920, Gropius, Le Corbusier y Mies van der Rohe. Comenzaron a trabajar en diversas tareas tradicionales y desde el interior de estas tareas cultivaron nuevas propuestas, salteando a los interlocutores previstos por las instituciones y dirigiéndose al último destinatario de la cadena institucional, el hombre común usuario de la arquitectura, con propuestas que ponían en discusión los roles y las reglas vigentes, pero que eran razonables y comprensibles para todos.
Cuando fue necesario, utilizaron el prestigio de la presentación artística para reforzar el tono del discurso persuasivo y no para obtener una momentánea adhesión emotiva. La novedad de su posición se pone en claro si se considera que, justamente en el mismo período, entre las dos guerras mundiales, se termina el prejuicio social en relación con los artistas de vanguardia, que se hacen apreciar y pagar enormemente, siempre que su mensaje se mantenga en un campo separado del entretenimiento, del tiempo libre, que la búsqueda. Moderna ha comenzado a erosionar. Los propios ar-Una carta ilustrada de Le Corbusier.
Definir el estado de la arquitectura de hoy significa evaluar en qué punto está el paso entre los dos métodos de gestión del paisaje construido. Como ambos son combinaciones de varios factores, la transición admite varias posiciones intermedias, diferentes de las mescolanzas heterogéneas de factores pertenecientes a uno u otro método, como sucede con frecuencia en la historia. El método de gestión tradicional es dominante, en buena medida, en el ámbito mundial. El nuevo procedimiento de urbanización ha sido aceptado casi siempre como excepción, para ser insertado en el compromiso tradicional entre burocracia y propiedad.
El nuevo índice formal ha sido aplicado mu cho más ampliamente, poco sobre todo en el ámbito de la proyección propia del método, es decir en la dimensión edilicia determinada la división inmobiliaria, y en los modelos de construcción estereotipados que derivan. A su vez la permanencia de los intereses privados en la valorización de las áreas, y la asociación de la industria de la construcción con la especulación inmobiliaria, impiden seleccionar en gran escala los productos arquitectónicos, ni siquiera en términos de conveniencia económica. En efecto, la tasa de ganancia es cualitativo en las transacciones inmobiliarias es tanto más a que la tasa de beneficio empresarial en la construcción que esta última se vuelva irrelevante. En el mejor de los casos se destacan como cuñas más consistentes de un collage urbano menor, lo que es el signo más difundido del paisaje urbano en los países desarrollados.
El enfrentamiento entre el viejo y el nuevo método de gestión en el panorama mundial lleva a una alternativa más grave. Los asentamientos humanos sufren transformaciones cada vez más intensas y veloces, que pueden ser dominadas sólo allí donde las innovaciones modernas forman un sistema coherente y han sustituido, de hecho, al método tradicional. Se sabe que, en el Tercer Mundo, e incluso en algunas áreas marginales del mundo desarrollado, como España, Italia, Grecia, los asentamientos «irregulares» crecen al doble de velocidad que aquellos «regulares», y se encaminan a convertirse en la mayoría de los asentamientos humanos para el fin de nuestro siglo. Estos fenómenos requieren una discusión mucho más radical.
Se trata de reivindicar la noción misma de control urbanístico y edilicio o bien de impugnar todo el aparato público, y de insertar la búsqueda del proyecto en la espontaneidad de la autoconstrucción, como intentó hacer Turner.
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