Belleza y poder
Enviado por Daniela Solís • 26 de Octubre de 2015 • Ensayo • 1.654 Palabras (7 Páginas) • 143 Visitas
Historia de la Belleza, Umberto Eco
En los capítulos VII, VIII y IX, Eco plantea la evolución de la representación de la belleza. Inicialmente, encontramos que con la belleza mágica existía la convivencia entre invención-imitación. Mediante la invención, la belleza adquiere un valor simbólico que revela lo suprasensible, mientras que en la imitación la realidad es un simulacro de la naturaleza y sus reglas. Eco nos menciona también que a través de las formas de representación del cuerpo femenino desnudo se hallan escondidos complejos discursos (cuerpos más realistas gracias a las imperfecciones, la representación de las mujeres renacentistas capaces de seguir atentas las leyes de la moda y cultivar la mente al mismo tiempo o la representación “privada” del cuerpo femenino) y esto también sucede con la representación de la figura masculina en forma de héroes (hombre renacentista representado al centro del mundo, con todo su poder, además la representación de hombres poderosos se puede permitir violar las leyes de la estética). Posteriormente vemos cómo comienza a aparecer la belleza práctica como consecuencia de los cambios de costumbres. Luego, nos encontramos con el desarrollo de una belleza sensual, la cual logra fundirse y convivir con la belleza práctica. El autor nos señala también la transición de la gracia, conseguida mediante la “Gran Teoría” a una belleza inquieta, la cual desarrolla formas de representación más complejas e inquietantes y abre paso a concepciones subjetivistas y particulares de lo bello; esto se manifestaría en el manierismo, el cual recoge el patrimonio artístico anterior pero al mismo tiempo rompe con él, transgrediendo sus reglas. Finalmente encontramos que en el barroco que la belleza se vuelve asignificante e informe, con una multiplicidad de detalles y relaciones con el cuerpo femenino, donde la belleza se encuentra más allá del bien y del mal.[1]
Príncipes y Artistas, Hugh Trevor-Roper
En los capítulos leídos sobre Carlos V y su hijo Felipe II, el texto nos habla de su pasión por el arte y el rol que ejercieron como mecenas. Primeramente encontramos que Carlos V era un esteta, ya que desde su infancia estuvo rodeado de arte ya que toda su familia sentía cierta pasión hacia este. Durante sus primeros años manifestó claros gustos flamencos no sólo en la música y arquitectura, sino también en cosas como la predilección por la caza, la comida y bebida. Este gusto fue atemperado por cierta uniformidad itálica y se fundieron en él influencias nórdicas e itálicas. De esta mezcla de estilos nació el plateresco. Durante su vida su gusto se inclinó hacia artistas como Durero (el cual retrató genialmente su ambición de grandeza), Tiziano (el cual sería su pintor exclusivo), Vermeyer (quien sería su artista de guerra) y Leoni (su escultor). Durante sus últimos años de vida, Tiziano tuvo el genio de lograr retratar su completa personalidad y la nostalgia por la extinción de la esperanza humanista. En segundo lugar, tenemos la figura de Felipe II, con la construcción de El Escorial marca el final del estilo predecesor, lo cual sería un cambio de estilo y de ideología. Él se sentiría más inclinado a los antiguos valores, tales como la austeridad y simplicidad romana. En este sentido, su búsqueda siempre fue la estética de la gravedad y decorum romano. Por esta razón, luego de que sus grandes artistas (heredados de su padre) murieran, no pudo encontrar sucesores que lograran satisfacer sus exigencias, pues sus ideales eran anacrónicos y aún los artistas a los que mantuvo, aunque complacían sus deseos, en el fondo también eran ya manieristas.[2]
¿Cómo se pueden relacionar las concepciones sobre el arte y, específicamente, la belleza en el arte durante el Renacimiento, planteadas por H. Eco, con las estrategias de hegemonía de diversos actores sociales durante este período? (cortes, reyes, humanistas, mercaderes, iglesia, etc.)
Podemos saber ya en primera instancia que el arte es una herramienta de poder sumamente importante y necesaria, pues a través de ella se difunden ideas, se establecen cánones, se erigen valores, etc. La belleza no escapa a nada de lo mencionado, por lo tanto debemos ser concientes que ella fue, es y será instrumentalizada por el poder para conseguir sus fines.
Con respecto a las concepciones de belleza del Renacimiento, encontramos por ejemplo que en la forma de representar al cuerpo femenino responde a complejos discursos encubiertos[3]. Por tomar un caso en específico de esto, tenemos la representación del cuerpo femenino desnudo, que refleja a la mujer propia del renacimiento, la cual exhibe con cierto orgullo su desnudez y la exaltación de sus rasgos físicos. Su representación responde a las reglas clásicas de armonía y proporción, lo cual sabemos que es un característica de la época que anhela traer de vuelta a esos antiguos ideales. De esta forma se difunde no sólo los cánones clásicos, sino que también un ideal de mujer renacentista, la cual es capaz de preocuparse de los asuntos estéticos tales como la moda pero que al mismo tiempo no descuida el cultivo de la mente y participa en las instancias de desarrollo intelectual[4].
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