CONDICIONES ECONÓMICAS, POLÍTICAS, INTELECTUALES Y SOCIALES DE EUROPA A FINALES DEL SIGLO XVIII
daniela_torres6 de Agosto de 2013
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1.- CARACTERÍSTICAS GENERALES
Dentro del panorama histórico español, una de las notas predominantes
del siglo XIX es su complejidad. Complejidad derivada no tanto de la
acumulación de acontecimientos y personajes que jalonan su desarrollo
cuanto de las evidentes contradicciones existentes entre ellos. La causa
última de tal peculiaridad hemos de buscarla en las propias estructuras que
rigen el país durante esta época. Los políticos que acaparan el poder se
esfuerzan en negar la relación existente entre política y economía.
Cada época reporta nuevos problemas que obligan a los países a
adoptar nuevas soluciones y modificar los esquemas por los que hasta
entonces se han regido si no quieren ver paralizada sus evoluciones.
España entrará en el siglo XIX anclada en los “moldes” de la sociedad del
Antiguo Régimen. El poder seguirá en manos de una monarquía absoluta,
defensora de los intereses agrarios de la nobleza, máximos representantes
de este tipo de organización social. Junto a ella, una naciente burguesía
pugna por abrirse paso frente a una nobleza que detenta todavía la mayor
parte del poder económico y domina el espacio político, lo que nos ayuda a
comprender el por qué del retraso español y la profunda complejidad del
siglo XIX.553
La revolución Industrial que comenzó en Inglaterra a fines del siglo
XVIII, se desarrolla en el siglo XIX dando nacimiento a una cuarta clase
social, la obrera, junto y frente a la burguesía nacida en el siglo anterior. De
aquí surge también una extensión paulatina del sufragio universal y una
mayor participación del pueblo en los asuntos públicos y, por tanto, en los
educativos.554
La revolución industrial o capitalista que llevó a la prosperidad
económica a Inglaterra, Francia y otros países europeos, no implicaba, una
prosperidad aceptable para las clases trabajadoras. La implantación de la
revolución industrial en España tenía que significar lo mismo que en los
demás países, miseria y pobreza para sus trabajadores. La nueva sociedad
553 Vid. Historia de España. Club Internacional del Libro, op. cit.
554 Luzuriaga, op. cit., pág. 94.216
fue diferente a la antigua, pero no menos clasista, pues, si bien las leyes
imponen la igualdad de los ciudadanos ante la ley (igualdad jurídica),
rompiendo así los compartimentos estancos que separaban las clases entre
sí, facilitando con ello una modalidad social indiscutible, el concepto
liberal de libertad individualista vinculada con la libre disposición de la
propiedad y de los medios de producción, por el propietario, y vinculado
también con la regulación de las relaciones humanas por el libre contrato,
otorga, de hecho, una situación de privilegio a aquel frente al trabajador.555
Surgen, por tanto, dos clases definidas: la burguesía capitalista y el
proletariado, dentro del cual hay que distinguir el campesinado y la masa
obrera. Junto a éstas no hay que olvidar otras clases como el clero,
debidamente protegido por la Iglesia, un pequeño número de empleados
públicos, cuya situación es cómoda pero inestable. La aristocracia
patrimonial que conservó algunos privilegios completa toda la escala
social.
En 1813 se decretó la libertad industrial y la libertad mercantil. En todos
los campos se instituyó la libertad contractual. La fabricación era defendida
a ultranza y protegida por la ley, a expensas de los intereses de los
trabajadores. Sobre los salarios de los obreros pesaba la famosa ley del
bronce que constituía uno de los pilares del capitalismo internacional. Ante
la precariedad de la situación de los obreros, éstos ven la necesidad de
asociarse, pero anterior al sexenio revolucionario no hay ninguna
legislación que mencione entre los derechos individuales los de reunión y
asociación. Frente a esta legislación reaccionan tanto empresarios,
burgueses como trabajadores. Los primeros obtuvieron a menudo una
relativa tolerancia por parte de los gobiernos, pero no así a los obreros
cuyo camino fue mucho más difícil, y cuyos momentos críticos provocó
levantamientos como el de Barcelona a fines de 1842.556
Dentro del siglo XIX han de establecerse dos grandes periodos cuya
línea divisoria se podría situar en las Revoluciones ocurridas en 1848 en
varios países europeos. En el primer periodo se trata de desarrollar los
principios de la educación nacional iniciada con la Revolución Francesa y
en el segundo, quedan establecidos los grandes sistemas nacionales de
educación de la mayoría de los países europeos.
555 Vid. Alcalá Galiano, A.: Orígenes del liberalismo español. Tomo II de sus Obras Escogidas, Madrid,
BAE, 1955.
556 Vid. Sánchez Jiménez, J.: La España Contemporánea, tomo I217
- PRUSIA
Prusia tuvo la máxima intensidad de su movimiento de regeneración en
el decenio de 1807-1817. En esos años se emprenden algunas de las
reformas más profundas que habían de cambiar las estructuras de la nación
y de su educación pública. El espíritu que inspira las reformas que se
introducen en la educación para hacerla verdaderamente nacional está en el
llamado testamento político de 1808 del ministro Von Stein. Aunque más
fructíferas fueron las palabras de Fichte en sus célebres Discursos a la
nación alemana que pronunció entre 1807 y 1808. Aquí se encuentra
expuesta por primera vez la idea de la educación nacional, por encima de
todas las diferencias de estado y clases sociales.
“Mediante la nueva educación – dice – queremos formar
de los alemanes una totalidad que sea movida y animada,
en todos sus miembros por un mismo interés [...] Por
tanto, sólo nos queda llevar la nueva educación de una
clase o estado particular, sino que llegue a ser la
educación de la nación como tal y sin exclusión de
ninguno de sus miembros. En ella, mediante la formación
del sentimiento interno de justicia, debe borrarse y
desaparecer completamente todas las diferencias de
clase, aun cuando puedan subsistir en lo sucesivo en
otras ramas del desarrollo. De este modo, surgirá entre
nosotros, no una mera educación popular, sino una
educación nacional propiamente dicha”.557
Fichte considera que esta función educativa corresponde enteramente al
Estado y para ello es necesario que el Estado imponga la educación
obligatoria. Recomendó la introducción de los métodos de Pestalozzi558
,
sobre todo para la formación del magisterio, idea que fue adoptada por el
Gobierno enviando varios maestros a formarse en los establecimientos de
aquél, y que contribuyeron grandemente a cambiar el espíritu de la escuela
pública alemana en un sentido liberal.
La reconstrucción de la educación pública prusiana en un sentido
nacional, comienza propiamente con la creación por Stein en el Ministerio
del Interior de una Sección de Cultos e instrucción pública. Al frente se
puso Guillermo de Humboldt, quien en el campo de la enseñanza
557 Xirau, J. : “Antología de Fichte”. Revista de Pedagogía. Madrid, 1931.
558 El pedagogo suizo nació en 1746, en Zurcí. La lectura de El Emilio a los veinte años determinó su
vocación. Después de varias tentativas fundó definitivamente un centro en Iverdon en 1807. Como no
tenía sentido de la administración se endeudó y las intrigas de sus colaboradores lo echaron de su propia
casa en 1825, muriendo en 1827.218
secundaria estableció las bases para el desarrollo del Colegio humanista
(Gymnasium), dotándole de un nuevo tipo de profesorado con formación
especial, universitaria, en vez de la anterior predominantemente teológica,
y con una rigurosa selección de los aspirantes mediante exámenes y
concursos especiales. Presentó un plan de reorganización de la educación
pública, que aunque no llegó a aprobarse, sirvió de orientación para las
reformas ulteriores, hasta el punto que puede considerarse a Humboldt
como el creador de la educación humanista moderna en Alemania y aún de
Europa. Consideraba la educación nacional como una auténtica educación
humana. Debían existir en todas las ciudades escuelas primarias y
secundarias unidas de modo que todos los alumnos tuvieran que pasar por
las primarias y éstas no degeneraran en escuelas populares, en el sentido
peyorativo del término. Su idea de la educación es la de neohumanismo: el
desarrollo armónico de todas las capacidades del alumno.
En la enseñanza primaria las reformas más importantes de Humboldt
fueron facilitar la difusión de las ideas pedagógicas de Pestalozzi, mediante
el envío de los maestros a sus escuelas que sirvieron de base para los
ulteriores seminarios o escuelas normales, de importancia decisiva no sólo
en la educación alemana sino también en la europea y americana.
Otro gran conocedor de la realidad educativa de su época fue Hegel559
quien ejerció un importante influjo sobre
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