Cap 1 De Historia Del Tiempo
Enviado por divsam • 10 de Diciembre de 2013 • 1.816 Palabras (8 Páginas) • 444 Visitas
Capítulo 1 de historia del tiempo
Antiguamente las personas creían que el mundo era una plataforma plana, que estaba sostenida por el caparazón de gran cantidad de tortugas gigantes. Por lo cual grandes pensadores y científicos dieron ideas sobre cómo era realmente el universo.
En el año 340 a.C. el filósofo griego Aristóteles, en su libro De los Cielos, estableció dos argumentos para creer que la Tierra era redonda: La sombra de la Tierra sobre la luna (en los eclipses lunares) era siempre redonda y la estrella polar aparecía más baja vista desde el sur que desde regiones más al norte.
Aristóteles creía que la Tierra era estacionaria y que el sol, la luna y las estrellas se movían en orbitas circulares alrededor de ella. Esta idea fue ampliada por Ptolomeo en el siglo II d.C. hasta construir un modelo cosmológico completo. La Tierra permaneció en el centro, rodeada por ocho esferas que transportaban a la luna, sol, las estrellas y los cinco planetas conocidos e aquel entonces. La esfera más externa transportaba a las llamadas estrellas fijas.
Un modelo más simple, propuso, Nicolás Copérnico, en los años 1514. Su idea era que el sol estaba estacionario en el centro y que la Tierra y los planetas se movían en órbitas circulares a su alrededor. Paso un siglo donde dos astrónomos Kepler y Galileo empezaron a apoyar públicamente la teoría copernicana. El golpe mortal a la teoría aristotélico/ptolemaica se dio en 1609. En ese año, Galileo comenzó a observar el cielo nocturno con un telescopio, que recién se había inventado. Cuando miró al planeta Júpiter, Galileo observó que estaba acompañado por varios pequeños satélites o lunas que orbitaban alrededor de él. Esto implicaba que no todo tenía que orbitar directamente alrededor de la Tierra, como Aristóteles y Tolomeo pensaban. Al mismo tiempo, Johannes Kepler había modificado la teoría de Copérnico, sugiriendo que los planetas no se movían en círculos sino en elipses.
A Kepler le desagradaba la hipótesis de las orbitas elípticas. Pero al descubrir que las orbitas elípticas se ajustaban bien a las observaciones, no pudo reconciliarlas con su idea de que los planetas estaban concebidos para girar alrededor del sol atraídos por fuerzas magnéticas. En 1687 Isaac Newton dio una explicación coherente en su obra Pilosophíae Naturalis Principia Mathemática en el que presento una teoría de cómo se mueven los cuerpos en el espacio y tiempo, como también el desarrollo de las complicadas matemáticas necesarias para realizar esos movimientos y postuló una ley de la gravitación universal, según la cual cada cuerpo en el universo era atraído por cualquier otro cuerpo con una fuerza que era tanto mayor cuanto más masivos fueran los cuerpos y cuanto más cerca estuvieran el uno del otro.
Newton comprendió que, de acuerdo con su teoría de la gravedad, las estrellas deberían atraerse unas a otras; no parecía posible que pudieran permanecer esencialmente en reposo. ¿No llegaría un determinado momento en el que todas ellas se aglutinarían?. En 1691 Newton argumentaba que esto verdaderamente sucedería si solo hubiera un número finito de estrellas; si, por el contrario, hubiera un número infinito de estrellas sobre un espacio infinito, ello no sucedería, porque no habría ningún punto central donde aglutinarse.
En un universo infinito, cada punto puede ser visto como el centro, porque cada punto tiene un número infinito de estrellas de cada lado. El planteo correcto, que fue realizado mucho más tarde, es considerar la situación finita en la cual todas las estrellas caen una sobre otra, y entonces preguntar cómo cambiarían las cosas si se agregan más estrellas distribuidas de forma casi uniforme fuera de esta región. De acuerdo a las leyes de Newton las estrellas extra no harían ninguna diferencia, así que las estrellas seguirían aglutinándose con la misma rapidez.
El pensamiento anterior al siglo XX es que nadie había sugerido que el universo se estuviera expandiendo o contrayendo. Era generalmente aceptado que o bien el universo había existido siempre en un estado inmutable, o bien que había sido creado hace un tiempo finito en el pasado más o menos como lo observamos hoy en día.
Inclusive aquellos que comprendían que la teoría de Newton de la gravedad mostraba que el universo no podía ser estático no pensaron en sugerir que podría estarse expandiendo. En su lugar, intentaron modificar la teoría haciendo que la fuerza de gravedad fuera repulsiva a muy largas distancias. Esto no afectaba significativamente sus predicciones del movimiento de los planetas, pero permitía que una distribución de estrellas infinita permaneciera en equilibrio con las fuerzas atractivas entre estrellas cercanas balanceada por las fuerzas repulsivas de las estrellas más lejanas.
Otra objeción a un universo infinito estático es normalmente atribuida al filósofo alemán Heinrich Olbers, quien escribió sobre su teoría en 1823. La dificultad es que en un universo infinito estático casi cualquier línea de visión terminaría en la superficie de una estrella. Luego uno podría esperar que todo el cielo pudiera ser tan brillante como el Sol, inclusive de noche. El contra argumento de Olbers era que la luz de las estrellas lejanas estaría oscurecida por la absorción debida a la materia intermedia. Pero si esto sucediera al cabo de un tiempo ésta se habría calentado tanto que brillaría a nuestros ojos como una estrella. La única manera de evitar la conclusión de que todo el cielo nocturno debería ser tan brillante como la superficie del sol sería suponer que las estrellas no han estado iluminando desde siempre,
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