Capitulo De Negi
Enviado por • 22 de Mayo de 2013 • 1.590 Palabras (7 Páginas) • 327 Visitas
Este era mi segundo ano en Harvard mi vida empezaba a ser muy confunsa apenas tenia 20 y ya no sabia que hacer con mi vida amorosa, me habia enamorado de mi nuevo maestro de literatura. El era muy joven para ser maestro en Harvard el era apuesto y muy guapo tenia aproximadamente unos 28 anos pero no los aparentaba. Yo quede anonada en cuanto lo vi, el se dio cuenta que lo estaba mirando y solo me miro y se sonrio. Yo sabia que enamorarme de el solo seria un amor imposible,algo que nunca podria pasar.
Al despertar solo tenía en mente una cosa encontrarme con el sin importar que sucediera yo quería verlo. Y tomé una decisión de la cual no me arrepiento pues no importaba lo que ocurriera yo necesitaba verlo.
Al dar vuelta en la esquina de la iglesia, reaccioné ¿Qué hago aquí?... Pero estaba tan cerca que no pude dar la vuelta y regresar apesar de que no estaba, algo me detenía a esperarlo,si fuera necesario toda una vida.
De pronto aparecio,mi corazón palpitó como nunca, al llegar con el y estrechar su mano yo temblaba y no sabía que decir y solo me dediqué a observarlo y sonreír en ese instante nos dijimos tantas cosas sin pronunciar palabra, solo bastó una mirada, una simple y sencilla mirada.
Mientras continuaba con su clase yo lo observaba y aún en silencio me seguía preguntando ¿Qué hago aquí? porque era tan estúpida al estar otra vez ahí ¿Qué buscaba? y no tardé mucho para darme cuenta una vez más, que él no era para mí.
Todo comenzó así... Con el pretexto de prestarme un libro.
Un escritorio, un librero, un refrigerador y un montón de trofeos sucios y viejos contenía aquella pequeña habitación por su aspecto,parecía como si nadie en mucho tiempo visitaba aquel lugar. Él tomó dos pequeños libros ya viejos color azul y se ofreció a prestarme el que yo eligiera no se si fue la ocasión o el momento el que me llevó a escoger el que estaba titulado “Que no caigan las tinieblas".
El por su parte tomó el otro y comenzó a leer la introducción... no se si fue un pretexto para entablar una conversación o buscaba un fin al explicarme aquel texto, lo importante fue que rompió con aquel incomodo silencio aquel era un texto que hablaba de la identidad y la realidad. Me explicó como las personas siempre pretenden ser otras para poder sobrevivir y las cuales no revelan sus verdaderos sentimientos por temor a ser lastimados, que todos llevamos puestos una armadura de acero y tenía razón.
En todo momento yo solo me dediqué a escucharlo y ha sentir con la cabeza lo que me decía... Lo cierto era que de tantos libros maltratados y deshechos por el polvo de esa habitación, la casualidad hizo que él tomara el más apropiado para el momento nos quedamos callados un instante... lado a lado... Mi corazón palpitaba tan fuerte que tenía miedo que lo escuchara,pero el silencio se esfumó cuando dijo algo que desde que entré en aquella habitación yo también deseaba.
“Tengo ganas de abrazarte”.
En otro momento me hubiese quedado callada y no hubiera ocurrido nada pero algo dentro de mi me decía que ya no debería de ser tan callada y temerosa tomé valor y le pregunté que porque quería hacerlo, solo respondió que era algo que necesitaba al decirme eso era obvio que me estaba pidiendo permiso para hacerlo. Yo tenía que decidir si aguantarme para no hacerme daño y decir que no o decir que si y terminar de destrozar mi corazón y tenía que tomar una decisión rápido.
Así que me acerqué a él, lo miré, abrí mis brazos y lo abracé nuestro encuentro fue tan emotivo que aún siento su respiración y su corazón junto al mío creo que en ese momento suspiré porque se alejo de mí, me miró y me pidió que no llorara “esta vez no” le dije y le hice saber que ahora estaba conciente de las cosas y que me había dado cuenta que no valía la pena llorar por algo perdido e imposible, que en mi cabeza las cosas estaban ya claras, que yo sabía perfectamente que lo nuestro nunca podría ser y cuando menos lo pensé él tenía sus manos entre las mías y mi frente unida a la suya.
Un montón de sentimientos pasaron en ese instante amor, alegría, tristeza, rabia, dolor, rencor... me dijo que iba a continuar y me preguntó que si yo quería seguir lo único que pude decirle fue que mi cabeza me decía una cosa y mi corazón sentía otra y que si continuaba yo tampoco me detendría pasaron solo unos segundos antes de que sus manos acariciaran mi rostro y lo tomaran
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