Carta Sobre La Educación En El México Prehispánico.

Carta sobre la educación en el México prehispánico.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; a12 de abril de 2012

Respetable Señor Emilio Rabasa Estevanell:

Siendo usted una persona memorable y respetable; oriundo de Ocozocoautla de Espinoza, Chiapas, abogado de profesión, escritor y político, gobernante de nuestro bello estado y autor de grandes novelas que quedaron grabadas en el corazón de cuantos la leyeron, como lo son “La bola”, “El cuarto poder”, “La constitución y la dictadura” y “La evolución histórica de México”, me honro de dedicarle esta carta; y que usted con toda la humildad me la reciba tan amablemente como el bello ser humano que ha sido desde siempre.

Esta carta contiende nada más y nada menos que lo más relevante de lo que fue la educación en el México prehispánico; bendecidamente a nosotros no nos tocó vivir en esa época, pero gracias a ellos a nuestros ancestros es que la educación existe y evoluciona paso a paso.

Primeramente me remontare a la cultura náhuatl, la cual surgió por lo menos desde el siglo VII, desde la expansión de la cultura tolteca a finales del siglo X en Mesoamérica. Bueno durante esta cultura, el rostro y corazón fue el punto de partida del concepto náhuatl de la educación; primeramente quiero decirle el cómo éramos considerados nosotros “las personas humanas”, y era de la siguiente manera: “vuestro rostro, vuestro corazón” y esto era escuchado en casi todas las pláticas o tecpilatolli, o sea, lenguaje noble o cultivado, así era como nos llamaban. Para que alguien pudiera enseñar debía de poseer un rostro y un corazón, su rostro debía de ser sabio y hábil, y su corazón fuerte y comprensivo; estos serían auténticos hombres maduros que recibían el influjo de la educación náhuatl, una especie de don para enseñar. Cabe mencionar que había dos clases de temachtiani o maestros náhuatl, unos eran los encargados de que sus educandos desarrollaran un rostro sabio, y otros eran los encargados de que sus educandos se formaran un corazón firme y fuerte. Parte fundamental de la educación náhuatl era el concepto de Ixtlamachiliztli, que es la acción de dar sabiduría a los rostros, en este caso los alumnos. Hablando ahora a cerca del sumo sacerdote que en este caso sería Quetzalcóatl, para que el ser humano llegase a la dignidad de éste, se debía poseer un rostro y un corazón, sabio y fuerte. Ahora estimado Señor Emilio Rabasa, le platicaré a cerca de como formaban esos rostros y corazones firmes; primeramente está el Códice Florentino, que menciona las practicas exteriores dirigidas a los jóvenes para crear en ellos un hábito de obligación y responsabilidad, ya que esta contenía todo tipo de trabajo o actividades que se hicieren en el exterior las vivienda; y con esto iban fortaleciendo el corazón de quien recibía dicha educación. Por otro lado está la enseñanza intelectual, la de los calmecac que era para formar rostros sabios, era el hecho de dar sabiduría mediante cantares divinos, el manejo del tonalpohualli (contar los días), la interpretación de los sueños y los mitos, los anales históricos, entre muchas otras cosas. Otra “escuela” es el telpochcalli, que es en cierta forma un tanto lo contrario al calmecac, ya que en el telpochcalli se dedicaban al desarrollo de las habilidades para la caza y la guerra.

Eso, Señor Emilio Rabasa, fue un recorrido sobre la educación náhuatl, ahora proseguiré con la enseñanza escolar entre los mexicas; como bien sabemos los mexicas formaron un pueblo indígena que fundo México-Tenochtitlan y para el siglo XV se encontraba ubicado en un islote al poniente del Lago de Texcoco, sobre la cual está la hermosa Ciudad de México; ahora que lo ubique más o menos donde se encontraban los mexicas le platicaré a cerca de su enseñanza, su educación. Primeramente le digo que la educación formal fue muy antigua en Mesoamérica, y se lo menciono por lo siguiente; la educación formal desde entonces es el proceso sistematizado, complejo y exigente por medio del cual las sociedades preparan a sus niños y jóvenes para el desempeño en la vida adulta. Como le comente más o menos a un principio, los españoles se establecieron en las ruinas de la Ciudad de México, ellos vinieron a evangelizar al resto de los mesoamericanos. Gracias a ellos lo indígenas aprendieron

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