Chile y el legado británico

Chile y el legado británico

El monumento que hemos escogido es el Arco Británico ubicado en Valparaíso, específicamente en la Avenida Brasil. El cual se ha convertido durante el transcurso del tiempo en uno de los más importantes y distintivos de la época en el país, este fue donado por la colonia británica residente del puerto en el siglo XIX, reflejando la importancia de esta en la ciudad, el motivo de este obsequio, era la celebración del centenario de la independencia de Chile, convirtiéndolo en un punto de encuentro para festejos de aniversarios y como una parada indispensable para las visitas ilustres británicas que vienen a nuestro país. Es por esto que nuestra hipótesis es que este monumento tuvo un gran impacto en Valparaíso en el momento de su inauguración, el cual se ha mantenido a lo largo de su historia debido a las celebraciones que se han hecho en el día que se construyó y a las ceremonias que hasta hoy en día se siguen realizando.

Esta es una obra neoclásica, la cual está conformada de un arco blanco de hormigón recubierto con mármol blanco italiano, posee cuatro columnas en ambas caras frontales. Sobre él yace un león de bronce mirando vigilante hacia el océano pacífico, entrada principal del puerto, por donde arriban tanto forasteros como conocidos.^[1] En el arquitrabe podemos ver inscritos los años 1810 y 1910, como la cita “a la ciudad de Valparaíso, la colonia británica” los cuales hacen alusión al motivo y contexto del obsequio que sería la celebración del centenario de la primera junta de gobierno y la lealtad del pueblo británico a la ciudad puerto. También se encuentran los escudos de armas de Chile y el Reino Unido, y junto con esto medallones de bronce con retratos en relieve, donde aparecen cuatro personajes con ascendencia británica, importantes para la independencia de Chile, Thomas Cochrane, Bernardo O'Higgins, Robert Simpson y Jorge O'Brien. Demostrando con esto la relevancia de la colonia británica en el desarrollo de Valparaíso, especialmente en el siglo XIX, representando a su vez el compromiso de esta colonia con la ciudad.^[2] 

Es por esto que el monumento es una representación de la influencia británica en Chile, específicamente en el ámbito cultural, reflejada en las diversas instituciones fundadas por esta colonia, como lo fueron diferentes colegios, los cuales basan sus programas de estudio en los establecimientos del Reino Unido, teniendo como objetivo impartir sus tradiciones deportivas, musicales y enseñar su idioma natal. Los alumnos de estas instituciones forman parte de la lista de invitados a las ceremonias efectuadas en el Arco Británico, manteniendo presente la importancia de esta cultura en la actualidad. Otros establecimientos fundados por los británicos en la ciudad son la undécima compañía de bomberos de Valparaíso, the Union church, y diversas instituciones deportivas, de golf, tenis, fútbol y rugby, en las cuales participaban tanto británicos como chilenos, logrando con esto establecer las tradiciones inglesas dentro de la cultura chilena.^[3] Las cuales se mantienen en la actualidad, debido a que la colonia británica está constantemente presente en el país, a través de ceremonias y festejos, los cuales son efectuados en el monumento descrito anteriormente.  

Esto ha sido posible gracias a su ubicación, la cual es central y accesible, estando a la vista de todos, ya que está en una de las avenidas más transcurridas de la ciudad, por lo que no pasa desapercibido. Este elemento es sumamente relevante, debido a que donde es colocado el monumento, define la importancia y sentido de éste, por su constante diálogo con el entorno. En este caso se puede observar que la obra es un complemento del ambiente, ya que forma parte de un paseo peatonal, al cual las personas tienen acceso liberado diariamente, generando un espacio público para realizar actividades. En la siguiente cita se hace alusión a lo relevante que es el entorno en donde es colocado el monumento: “En resumidas cuentas, la importancia del lugar de emplazamiento como sitio conmemorativo y su relación con el espacio público son condiciones atacadas de forma permanente y sin piedad a lo largo de la historia contemporánea”.^[4]

El valor rememorativo intencionado tiene desde el principio, esto es, desde que se erige el monumento, el firme propósito de, en cierto modo, no permitir que ese momento se convierta nunca en pasado, de que se mantenga siempre presente y vivo en la conciencia de la posteridad.^[5]  Esta cita es un claro reflejo de lo sucedido con el Arco Británico, ya que es un monumento que no ha pasado al olvido desde el día de su inauguración y es un recuerdo constante de la influencia británica en nuestro país, puesto que se siguen realizando celebraciones hasta el día de hoy, siendo este un punto de encuentro. El valor rememorativo es netamente gracias a todas la inversiones hechas en la obra, para su restauración y mantención, las cuales son realizadas específicamente cuando se acerca un evento importante, que generalmente incluyen una visita ilustre. Protegiéndolo a su vez, de las intervenciones dañinas de la mano humana, conservándolo como un monumento intencionado, el que está sometido a una constante batalla con su valor de antigüedad, debido a que dicho valor es percibido por cualquier persona que observe la obra, y es completamente inevitable.  

Otro ámbito cultural es la arquitectura, en la ciudad de Valparaíso el monumento mencionado no era la única edificación británica existente en la época, había una gran cantidad de construcciones con esta influencia, entre las más importantes estaba la sede del banco Edwards, cuyo fundador es un chileno con descendencia británica, otra relevante era el inmueble en donde tenía cabida la cámara de comercio del Reino Unido.^[6] Estas edificaciones estaban inspiradas en las de dicho país, influyendo de manera significativa en la arquitectura del puerto, llegando a llamar a una avenida Gran Bretaña, la cual conserva su nombre hasta el día de hoy, estas construcciones también reflejan el gran poder económico de la colonia sobre la ciudad, siendo de vital importancia para el desarrollo urbano.

No es difícil encontrar influencia británica dentro de la política de nuestro país, con solo fijarse en los personajes retratados en el arco británico podemos encontrar a quienes muchos consideran el padre de la patria, Don Bernardo O´Higgins, el primer gobernante del Chile independiente y autoproclamado Director Supremo de la nación. Además de don Bernardo podemos destacar el apoyo a la marina chilena brindados por los otros tres héroes inmortalizados en el arco británico, Thomas Cochrane y Robert Simpson quienes tuvieron roles fundamentales en la armada durante los primeros años de Chile como nación independiente y George O’Brien quien fue el primer oficial de marina en sacrificar su vida al abordaje, sucediendo esto en la entonces fragata española “Esmeralda”. El consulado Británico de Valparaíso se ha mantenido activo hasta el día de hoy, teniendo gran participación en el Consejo de Inmigrantes Históricos de Valparaíso. El consulado ha sido responsable de coordinar las visitas de ilustres miembros de la política y realeza inglesa a Valparaíso y el mismo arco británico, siendo las más importantes la visita de la reina Isabel II y el príncipe de Edimburgo en 1968, como también el príncipe Carlos en 2009 y su hijo Harry cinco años después.

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