Conflicto/Petróleo

1. El conflicto como parte de los procesos sociales

Un conflicto es parte del proceso social en el cual dos personas o un grupo se enfrentan unos con otros en razón de tener intereses, objetivos, valores o modalidades diferentes o exactamente iguales, donde cada uno quiere la posesión, el control o el poder total.

Asimismo, los conflictos nacen de la divergencia a partir de ideas que chocan entre si. Éstos son necesarios, no hay que desaparecerlos sino que se hace indispensable saber manejarlos, por ello hay que lograr que sean funcionales, para que aporten crecimiento a la organización.

Desde el punto de vista psicológico y sociológico los conflictos hacen parte de la vida diaria e incluso desde la filosofía se ofrece el enfoque del consenso para obtener una verdad, o llegar a un acuerdo que incluye diversas perspectivas.

Hay una clasificación que tiene que ver con las formas de conflictos que se originan; primero aparece el conflicto intrapersonal que surge cuando el sujeto reacciona ante dos o más estímulos que provocan respuestas imposibles de realizar por su incompatibilidad en una misma situación. La persona siente que lo que piensa no concuerda con lo que siente o hace y la explicación psicológica se le atribuye a la disyuntiva entre el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo del cerebro.

También está el conflicto interpersonal, el cual hace parte de la vida social y radica en la confrontación entre dos personas. Puede ser un medio para resolver diferencias y mejorar una relación o deteriorarla. Este tipo de conflicto puede ser directo o indirecto, abierto o cerrado, evolutivo o involutivo.

Vale la pena hacer una distinción decisiva, pues el conflicto no es lo mismo que la violencia, ya que ésta no es propia de la vida, pero el conflicto sí. De otra parte, la violencia es un recurso destructivo al que se recurre para manejar el conflicto intrapersonal o interpersonal; surge cuando no hay posibilidades de resolver el problema de otra forma, es decir utilizando el diálogo, el autocontrol, la negociación, la omisión, la resistencia, entre otros.

De otra parte, hay varios tipos de conflictos como el manifiesto, el endémico, el invisible, el inexistente, el enmascarado, el institucionalizado. El manifiesto, es el aquel en el que los actores involucrados reconocen de forma consciente la tensión que se presenta en la familia, en la empresa, en el Gobierno, etc. Este tipo de conflicto se declara, se comenta y hay conocimiento sobre el mismo.

El endémico es en el que los actores aprenden a convivir, en muchos casos de manera indefinida. La desavenencia se entiende como “normal”, es por ello que forman parte del sistema de relaciones cotidiano y no son cuestionados por el grupo afectado.

El invisible, no se tiene conocimiento de su presencia debido a que los sujetos vulnerados carecen de la información o de la autonomía psicológica o jurídica, para acudir a las instancias comunitarias o legales.

El inexistente, se refiere a la justificación que hacen los agredidos del castigo, maltrato o sanción, pues se asume que tal hecho fue la causa del castigo. Por tanto, el hecho no existe como agresión y entra a ser parte de la cotidianeidad.

El enmascarado, es el que esconde en su interior una cadena de conflictos, agresiones, lesiones, que no se han resuelto, por lo que se buscan decisiones definitivas. No se trata el problema a fondo sino los aspectos superficiales.

El institucionalizado, es el que al agotarse la capacidad de resolución en la organización o grupo social, pasa a conocimiento y competencia de instancias sociales formales o jurídicas.

1.2 Negociación del conflicto

La negociación supone un acuerdo o consenso, no obstante, genera tensión pues hace parte de la solución que se le dará al conflicto con lo que las partes deben ceder y llegar a un punto de equilibrio que permita salir de la encrucijada.

Para ello se debe tener en cuenta aspectos de ambas partes, ya que resulta incluyente para los implicados. Pueden ser procesos largos y que causen traumatismos, pero suelen ser positivos, sobre todo para la organización.

Las formas de abordar un conflicto varían y dependen del tipo del mismo. Una de las posibilidades es evitarlo, consiste en retardar el conflicto, o dejarlo pasar. No hay diálogo abierto, por lo que se evita la confrontación ante el temor de perder, no se expresan las creencias, los sentimientos o pensamientos en relación a una determinada situación.

Por otro lado está la confrontación, utiliza el poder, la fuerza y aparece la tensión. Su propósito es que el otro se comporte sumiso. La tendencia es involucrar a otras personas formando bandos.

El arreglo directo, comprende asumir las decisiones y responder positivamente frente a los resultados de sus actos. Se reconoce al otro como sujeto, como legítimo interlocutor y con capacidad de buenas intenciones. Hay actitud para dialogar y para la autocritica, por lo que las partes son capaces de controlarse. El uno se pone en lugar del otro y existe la profunda intención de conservar los vínculos.

El siguiente es acudir a una instancia de autoridad, la solución queda en manos de un tercero, la justicia, un maestro, un jefe. Cuando hay consciencia de las limitaciones propias y las del otro. Se es incapaz de dialogar. También es posible acudir a un facilitador, se pretende evitar complicaciones más graves, pero se carece de elementos para dialogar con el otro. El conciliador facilita el dialogo, controla el clima, entiende a ambas partes y ayuda a encontrar una solución satisfactoria.

1.3 Manejos

A la par de la negociación hay manejos que hacen parte de la actitud personal que hay que adoptar frente a los conflictos. Por ejemplo, ser competitivo, y es cuando se implementan acciones rápidas y decisivas, es decir, en casos de emergencia, porque dichas acciones son imprescindibles.

De igual forma, Colaborar, para encontrar una solución integrativa ante la importancia de todas las posiciones y la necesidad de llegar a un compromiso, de lo que se deriva el compromiso, que es cuando las metas son moderadamente importantes, pero no merecen el esfuerzo o la potencial irrupción de modalidades más asertivas, lo que se persigue es hallar soluciones temporales a problemas complejos.

Esta la opción de evitar, sobre todo cuando un problema es trivial o pasajero, o cuando otro problema más importante surge. No se perciben posibilidades de satisfacer los propios intereses y se está frente a algo que es imposible cambiar.

Finalmente acomodarse, para permitir la posición de otros, que además, es importante porque sirve para demostrar que se es razonable. De igual manera, cuando el problema es más importante para el otro y como un gesto de buena

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