Crisis De La Modernidad
Enviado por valitamaluenda • 8 de Abril de 2012 • 3.579 Palabras (15 Páginas) • 1.346 Visitas
CRISIS DE LA MODERNIDAD
María de los Angeles Yannuzzi
Docente e Investigadora de Ciencia Política.
Muchos hablan hoy del fin de la Modernidad y del inicio de una nueva etapa, designada como postmodernidad, pero muchas son las dudas sobre qué se intenta decir con esto. ¿Qué es lo que ha llegado a su fin, si es que ha llegado algo? ¿Qué es lo que en este siglo XX, ya en sus últimos estertores, se ha modificado tanto que ha trastocado la noción misma de Modernidad? La pregunta no es superflua, sobre todo si comparamos el debate que se ha instalado en la sociedad de este fin de siglo con aquél que se dio en las postrimerías del siglo XIX y principios del XX, ya que las cuestiones que se planteaban entonces y las que se plantean hoy tienen una similitud muy grande. No queremos decir con esto que haya una simple repetición de cuestiones. Sin embargo, la actualidad que siguen manteniendo los enunciados de principios de siglo hace de ellos, a nuestro juicio, un aporte interesante para la comprensión de la problemática actual.
En ese sentido, y como señala Toulmin, hoy “los temas centrales del debate sobre la Modernidad son los reclamos políticos del moderno estado-nación, de forma que el fin de la Modernidad está ligado al eclipse de la soberanía nacional” (TOULMIN:7), poniendo así en cuestión la forma holística en que se lo construyó. Es en este contexto que podemos apreciar la relación existente entre la crisis actual de la Modernidad y aquélla que apareciera entre fines del siglo XIX y principios del XX, y que reconoce como su primera manifestación la crisis del estado liberal. En ese momento también afloraron, al igual que hoy, el problema de las nacionalidades y la democracia de masas1, forma esta última que pareció dar cabida a la diversidad manteniendo un momento de unidad en la construcción de la política. No es casual entonces que estas cuestiones vuelvan a aflorar hoy, en momentos en que enfrentamos otra vez la crisis de
1 Es importante distinguir en todo este período la democracia de masas del parlamentarismo o sistema liberal. Ambas formas se van a unificar recién a partir de la II Guerra Mundial. Por eso hablar de crisis del estado liberal supone también una crisis del parlamentarismo, en el sentido que desaparece la noción de intercambio racional de ideas. Esto significa que la argumentación con el objeto de convencer y de buscar la verdad a través del debate se pierde y se ve reemplazada por el discurso articulado con la intención de movilizar las emociones.
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un modelo de estado, esta vez, el keynesiano, que fue el que se instituyó como solución a la crisis anterior.
¿DE QUE MODERNIDAD HABLAMOS?
Aunque bien sabemos que hablar de Modernidad supone una serie de dificultades, entendemos que la más importante a resolver en esta primera instancia es la de definir cuándo comienza esta época, ya que es a partir de ello que podremos atribuirle alguna forma específica que nos permita analizar cómo se construye el estado y la sociedad, objeto central del presente trabajo.
“Algunos fechan el origen de modernidad hacia el año 1436, con la adopción de Gutenberg del tipo móvil; otros hacia el 1520 A. D. y la rebelión de Lutero contra la autoridad de la Iglesia; otros hacia el 1648 y el fin de la Guerra de los Años; otros hacia la Revolución Americana o la Francesa de 1776 ó 1789; mientras que los tiempos modernos comenzaron para unos pocos en 1895, con la Interpretación de los Sueños de Freud y el surgimiento del 'modernismo' en las bellas artes y la literatura.” (TOULMIN:5)
Como podemos apreciar, las opiniones al respecto son más que variadas, opacando así la comprensión del concepto y, con ello, la proyección del mismo al plano de la política. Esto nos obliga a profundizar nuestra indagación con la intención de especificar mejor nuestro objeto de análisis. En ese sentido, la idea de Modernidad siempre está asociada a lo nuevo, razón por la cual muchos autores entienden que esta época comienza recién con la Ilustración2 por instituirse como un momento totalmente distinto a todo lo anterior. Como podemos apreciar, se trata de una interpretación que enfatiza lo nuevo desligado incluso de todo rastro de lo antiguo. Horkheimer y Adorno, por ejemplo, en Dialéctica del Iluminismo también datan el comienzo de la Modernidad en el momento de la Ilustración, aunque este término adquiere en estos autores un significado particular3. Sin embargo, debemos decir que en su caso, la idea de Ilustración se combina
2 Habermas, por ejemplo, introduciendo una variante interesante en esta interpretación, sostiene que con la Ilustración comienza la modernidad en sentido estricto.
3 Horkheimer y Adorno analizan el desarrollo de la idea de Iluminismo.
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también con el surgimiento de la ciencia moderna, es decir, con el proyecto cartesiano-galileano-newtoniano. Esto nos remite al concepto de Razón elaborado en el siglo XVII. Así, la Ilustración consiste en el momento en el cual el hombre está en condiciones de abandonar las explicaciones míticas para dar lugar a la ciencia, a la argumentación racional. “El principio según el cual la razón se opone sencillamente a todo lo que no es racional”, sostienen Horkheimer y Adorno, “fundamenta la verdadera antítesis entre iluminismo y mitología” (HORKHEIMER Y ADORNO:111).
Sin embargo, si tenemos en cuenta que lo nuevo nunca aparece de golpe, entendemos que adscribir la Modernidad exclusivamente a esta época, conforma, siguiendo a Toulmin, una visión estrecha que no permite recuperar las formas modernas que se articulan ya en el Renacimiento y que se proyectan incluso en el período de la Ilustración. Esta continuidad, quizás, sea más clara en el caso de la reflexión política, en la que la influencia de los autores modernos anteriores es muy evidente. En ese sentido, y como veremos mejor más adelante, no podríamos pensar la elaboración de la teoría política hobbesiana – o al menos, una parte sustancial de ella – sin los elementos nuevos que introdujo Maquiavelo en la reflexión en torno a la política. Pero más allá de esta forma de entender la Modernidad, con la que nos sentimos más afín, lo cierto es que el consenso mayoritario establece su origen en el siglo XVII, noción con la que en principio nos quedaremos para realizar nuestro análisis.
De acuerdo a esta visión en general recibida4, como señala Toulmin, “la ‘Modernidad’ es la fase histórica que comienza con el compromiso de Galileo y de Descartes con los nuevos métodos racionales de indagación” (TOULMIN:8/9), y esto se traspasa a la forma de pensar la política y el estado. A partir de entonces, la ciencia moderna, la filosofía, las bellas artes, la tecnología, la política y la sociedad “se sostienen juntas
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