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Crisis de la escuela de la Modernidad


Enviado por   •  29 de Marzo de 2023  •  Ensayo  •  2.281 Palabras (10 Páginas)  •  95 Visitas

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 “La cilivización democrática                                                                                                           se salvará únicamente

si hace del lenguaje de la imagen                                                                                                 una provocación a la reflexión crítica,

 y no una invitación a la hipnosis”.                                                                                          Humberto Eco (1977)

La pandemia que atravesamos entre  2020-2022 con el traslado de la escuela a los hogares bajo la modalidad virtual presentó una serie de problemas, pero también el desafío de pensar seriamente en otra escuela donde empecemos a cuestionar la transmisión de conocimientos descontextualizados u obsoletos a nuestras infancias y adolescencias y el lugar de las nuevas tecnologías en la educación. Hace tiempo se viene afirmando que la escuela, como institución de la Modernidad, ya no da respuesta a las nuevas preguntas y situaciones sobre todo para las nuevas generaciones inmersas en un mundo globalizado culturalmente y atravesadas por el uso de las nuevas tecnologías. Cuando hablamos de nuestros niños y jóvenes escolarizados, está claro que actualmente todos son “nativos digitales”.  

Entonces se hace necesario detenerse a pensar en estos nuevos contextos, ya que el cambio sociocultural que se viene produciendo desde  finales del siglo XX afecta de manera directa el comportamiento del proceso educativo y generó una profunda crisis en la escuela moderna, que se continúa a partir de la irrupción de las nuevas tecnologías aplicadas a los medios de comunicación, contexto habitual de las nuevas generaciones.

Sin duda estamos en presencia de un cambio cultural. La cultura es una forma de vida, una forma de ver y estar en el mundo que habitamos, trasmitida por la familia, la educación y la sociedad en la cual vivimos y donde también los medios de comunicación (tradicionales y nuevos) cumplen un rol fundamental en la transmisión. “El inconsciente social es una reserva de instintos, prejuicios, creencias, sentimientos, opiniones, y otras posturas que subyacen a nuestras prácticas y que nunca cuestionamos. Ese inconsciente social es a lo que nos referimos con cultura”.[1] Muchos valores, símbolos, creencias, saberes, sentidos, se transmiten mediante el fenómeno comunicacional

Entonces, educación, cultura y comunicación son conceptos y fenómenos que se entraman y retroalimentan. La educación permite al ser humano ingresar al mundo simbólico de la cultura. Esto sucede en primera instancia a través de la familia y luego a través de la escuela mediante el proceso educativo formal. La escuela transmite aquello que se considera más relevante para una época, en palabras de Bourdieu y Passeron, el “arbitrario cultural dominante en tanto conjunto de sistemas simbólicos producidos socialmente y asumidos como legítimos en un período histórico determinado (…)”[2]. De este modo la escuela reproduce saberes pero también puede producirlos haciendo que la cultura permanezca y a la vez, se transforme.      

    Por su parte, como dijimos anteriormente, la comunicación también incide en la transmisión cultural. Según Jesús Martín Barbero “la comunicación es una red de interacciones y relaciones simbólicas entre las personas que afecta a todos los comportamientos que se dan en la vida institucional y cotidiana”[3].  En la comunicación permanentemente intercambiamos símbolos que compartimos con otros: al hablar, escribir, ver una película, pedir ayuda, reír o llorar, emitimos símbolos que pueden ser comprendidos por el Otro gracias a la existencia de un código común. A este espacio o atmósfera general en que estamos inmersos se le llama Ecosistema Comunicativo, y dentro de él la tecnología ocupa un lugar muy importante en el siglo XXI. Pero es necesario decir que no consiste simplemente en estar rodeados de computadoras, internet y celulares, sino en su impacto en nuestra forma de vivir, nuestra idea sobre el tiempo, sobre las relaciones interpersonales, sobre el trabajo, sobre las imágenes que compartimos y que son parte ineludible de la actualidad. No se trata de los aparatos tecnológicos, sino de las relaciones sociales que se mantienen por medio de esos aparatos.

Ahora bien, la escuela sigue siendo un dispositivo fundamental para la transmisión de cultura, pero desde hace un tiempo ya no es la única. Los medios de comunicación y la internet han irrumpido en este escenario y no pueden ser ignorados. Han aparecido bibliotecas y enciclopedias virtuales y globales a las cuales la mayoría de la población tiene acceso. Es por eso que el modelo tradicional de la escuela propio del contexto de surgimiento del Estado Moderno con sus instituciones entra en crisis. Es decir, ya no cumple exclusivamente la función de transmitir el saber porque no es allí únicamente donde se encuentra y los docentes no son los únicos que lo poseen. Hoy los conocimientos y la información están al alcance de cualquiera aunque se plantee el desafío de su búsqueda, su selección, su recorte y su jerarquización.  

En función de lo afirmado anteriormente, es importante detenerse brevemente en la categoría de Modernidad porque de allí provienen algunos rasgos que la escuela aún conserva y que la ponen en tensión frente a los cambios culturales mencionados. Los pilares de la cultura de la Modernidad eran la confianza en la razón y el progreso, entendido éste como el destino ineludible de la humanidad. Durante varios siglos estas ideas dotaron de sentido a una sociedad mediante instituciones cuya finalidad era formar un ciudadano que debía cumplir las expectativas de la sociedad. Este hombre era un sujeto universal que debía realizarse a través del trabajo. Existía un  molde disciplinario donde cada quien sabía qué era lo que tenía que hacer dentro de la institución de la que formaba parte. La pertenencia a una nación, a una ideología, a una religión, a una lengua, a una cultura, tenían una importancia fundamental. Y fue el Estado, quien creó dispositivos para lograr el comportamiento esperado, es decir, los aparatos ideológicos de poder, definidos por Althusser como “(…) cierto número de realidades que se presentan al observador bajo la forma de instituciones distintas y especializadas que generan formas de dominación casi imperceptibles reproduciendo los sistemas de producción capitalista a partir de la adhesión de los sujetos a los valores de la clase dominante (…)”[4] dentro de los cuales la escuela, cumple un rol fundamental dada su masividad y universalidad. De esta manera se moldea al futuro ciudadano mediante la educación y la comunicación dotándolo de las herramientas que el sistema y la sociedad requieren para garantizar la reproducción social.                                              

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