ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

DERECHO MEXICANO


Enviado por   •  14 de Mayo de 2015  •  3.053 Palabras (13 Páginas)  •  273 Visitas

Página 1 de 13

PORTADA

UNIVERSIDAD: CENTRO UNIVERSITARIO HIDALGUENSE

CATEDRATICO: FRANCISCO ANTONIO LOPEZ VALENCIA

ASIGNATURA: INTRODUCCION AL DERECHO PENAL

ALUMNO: CRISTIAN IVAN PICENO MENDEZ

TRABAJO DE RESUMEN DEL LIBRO

SALA DE JURADOS

FECHA DE ENTREGA: 27 DE MARZO DEL 2015

INDICE

PORTADA …………………………………………………1

INTRODUCCION………………………………………..3

DESARROLLO………………………………………….…4

CONCLSUSION……………………………….........…12

INTRODUCCION

El Libro Sala de Jurados es un libro en el cual se narra las experiencias de un versado y experimentado abogado que casi al ocaso de su carrera llegó a ser juez.

El juez y abogado Samuel Leibowitz no enseña técnicas de cómo dominar el escenario de una sala de jurado cuando ejecutamos el papel de abogado acusador o de la barra de la defensa. Expresa sus propias características como ejemplo nos enseña que debemos tener: Manos rápidas en la gesticulación, señalar con el índice acusador, apuntar la mirada fija a quien se tiene de frente, voz de gran alcance cuando sea necesario, pero también rítmica y modulada, llegan a un punto concreto donde el juez pueda tomarlo en consideración, mezclar violencia e ingenio a la vez si es necesario, pero con mucho tacto, machacar e insistir sobre un punto de un asunto, o bien dejarlo negligentemente de lado.

Nos enseña que debemos que ser como reza una célebre frase de Mohamet Alí "rápido como un abeja y astuto como una serpiente", en cuanto a dar y repostar, hasta aprovechar el mínimo dejo de flaqueza o debilidad del contrincante, de manera concreta nos enseña a conducir una defensa de lo que no se aprende en las universidades, pero si en una sala de juicio.

Capítulo 1.- "Eso Que Llaman Justicia"

En este capítulo nos enseña que debemos concederle gran importancia a la profesión de abogado penalista o en vano hemos estudiado la profesión de abogado.

Nos muestra con la experiencia del personaje Fitzgerald que hay que tener una fe inalterable en la decencia de la gente y que hay que hacer todo lo que se pueda encontrar algo favorable al hombre, que ha sido encontrado culpable y que está esperando sentencia. Nos enseña que debemos buscar todo tipo de testigo acercarnos a ellos, localizarlo en el lugar de los hechos, indagar, husmear hasta lo más profundo, hasta descubrir si el individuo es culpable o inocente o si hay circunstancias atenuantes.

Denate que los abogados deben ser agudos casi hasta tener un "sexto sentido", que en los juicios no debemos descartar cualquier circunstancias por más absurdas y ridículas que sea. El caso más ejemplificante es el de Ana Brewer, quien acusó al Sr. Galman de violación y estupro y estuvo a punto de pulgar una pena de 10 años en la cárcel. Fitgerald indago el pasado y presente de Ana Brewer y se pudo comprender que las circunstancias atenuante de la mala y desordenada vida sexual de Ana había arrastrado al Señor Galman a ser una víctima, acusando a Galman para proteger su trabajo de enfermera del hospital de Brooklyn, N.Y; las indagaciones de Fitgerald demostraron la inocencia del Sr. Galman.

Una vez más el sistema judicial había triunfado pero no que halla recibido ninguna ayuda por parte de los procedimientos legales, se demostró que la culpabilidad o inocencia había sido ineficaz y falto poca par que esa mujer mandara a un infeliz acusado a pudrirse diez años en prisión, siendo inocente.

El abogado es el único participante activo en un juicio penal para quien la ignorancia de la ley y la técnica aprendida son excusables.

Samuel Leibowitz nos enseña que estudiar derecho penal es fácil, sólo hay que saberse o estudiar el código penal y el código de procedimiento penal, pero la casa cambia cuando tenemos que aplicar los contenidos de los códigos con la ayuda y la pericia. Dicha pericia debe ponerse de manifiesto al momento de defender a un acusado, pues hay una máxima jurídica que expresa "Los inocentes jamás resultan convictos". El profesor de jurisprudencia de universidad de yale, escribió un libro "Haciendo corrupto al inocente", en el cual discutía de 65 casos que fueron encontrados culpables de delitos y cuya inocencia quedó mas tarde demostrada.

Capítulo 2.- El Novicio o Aprendiz de Abogado Penalista

Este capítulo trata de la familia de Samuel Leibowitz y sus comienzos como estudiante de la carrera de derecho en la Universidad de Carnwell.

Su primer caso fue defender a un señor llamado Patterson, acusado de haber entrado a una cantina para robar 7 dólares y un par de botellas. Estudió el caso para tratar de debatirle al fiscal, pues los libros de derechos no les servían para nada. Sabía que podía sufrir una derrota pero eso no estaba dispuesto a soportar, estudió el caso de concienzudamente y decidió arriesgarlo todo, pero ganó su primer caso que le abrieron la puerta a su éxito.

En sus primeros años consensuaba cualquier tipo de clientes. Había aprendido algo que muchos abogados mejor y experimentados nunca llegan a aprender: que no se puede perfeccionar la técnica permaneciendo como espectador. Muchos mejores juristas le habían recomendado que frecuentara las salas como espectador y que observara a los abogados veteranos en acción, considero que no era lo adecuado.

La única manera como se llega al dominio de una profesión es practicándola en forma activa, donde cada caso le acercaba al dominio de sus profesión. Después de sus actividades cotidianas en vez de dormir, estudiaba intentando frustrar los planes del fiscal en la corte, siempre pensaba dos enfoque, el del fiscal y el de la defensora así aprendió a anticipar cualquier táctica que su contrincante pudiera esgrimir, no se sorprendía ante los efectos psicológicos de los fiscales, tenía una destreza sobrenatural para descubrir las celdas de los fiscales. Cuando entraba a la sala de jurado era para combatir con todas las armas legales y dramáticas que había aprendido a usar.

Capítulo 3.- La Mosca Teje Una Tela de Araña

En los años de 1929 era el más espectacular de los abogados penalista de New York, podía ya escoger clientelas, pero luchó con otros y clientes por cada uno de sus representados. Cada caso le parece un desafío personal que lo llenara a las salas de jurado con el mismo estado de ánimo con el que otro cualquiera hubiese a la lana de un ring de bol. Iba al juicio tan bien entrenado y preparado

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (19 Kb)
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com