Derecho Hispano
Enviado por • 6 de Octubre de 2014 • 1.328 Palabras (6 Páginas) • 330 Visitas
• Como fue la conquista
La sociedad colonial hispanoamericana se formó a través del proceso de conquista y colonización. A través de la conquista iniciada en la primera mitad del siglo XVI, América ( o las Indias como se le llamaba entonces), pasó al dominio de la Corona de Castilla y los habitantes locales pasaron a estar sujetos de la autoridad de los conquistadores. El establecimiento de pobladores españoles en tierras americanas fue simultaneo a la conquista y se afirmó e intensificó en la segunda mitad del siglo XVI. Los propios conquistadores fueron, a veces, los primeros en afincarse. Fueron los protagonistas del periodo más difícil y comenzaron el sometimiento de los indígenas, iniciaron una nueva explotación económica, crearon los primeros órganos de gobierno e hicieron las primeras apropiaciones de tierras.
Durante el siglo XVII, los descendientes de los conquistadores, junto con las nuevas corrientes de inmigrantes, completan el período de formación de la sociedad hispanoamericana. La población española afincada en América se sentirá cada vez más americana y menos europea por obra del medio geográfico, las nuevas costumbres y la lejanía con respecto a España.
A la población autóctona y a la población española ya que agregar la presencia de población africana, “inmigrantes forzados” que eran traídos a América como esclavos. La mezcla de estos tipos étnicos, a través de un intenso mestizaje, formó una sociedad caracterizada por su carácter mestizo.
La conquista resulta un fenómeno inexplicable sin una causación plural y compleja, que movió a los hombres: ambición, espíritu de cruzados, honor y fama, deseo de aventuras, servicio al rey, etc. Su dinamismo radicó en buena parte en su carácter particular. La hueste conquistadora era una empresa privada y limitada. Cada soldado se inscribía voluntariamente, poniendo su caballo, su arcabuz o simplemente su espada, a modo de acción. Esto le daba opción a una parte del botín que se lograse: dos partes si era caballero, parte y media si era arcabucero y una parte si era peón.
Su ideal, no obstante, no radicaba en el botín, sino en obtener un territorio, donde establecerse como colono. En América volvió a repetirse la imagen de la Reconquista española, en la que los territorios recuperados a los árabes pasaban a poder de la corona, que podía, a su vez, distribuirlos entre los conquistadores, pero dejando siempre a los vencidos en sus propiedades, si aceptaban la dominación cristiana. Esta norma evitó que en Hispanoamérica se despojara a los indios de todas sus tierras, tal como ocurrió con otros sistemas de colonización.
La Corona otorgó sólo una parte de las tierras ocupadas a los vencedores, a modo de recompensa. Estas concesiones territoriales no pasaron por lo común de cinco peonías o de tres caballerías. La peonía era la parcela de tierra que correspondía a un infante transformado en colono, y, en la época de Felipe II, se fijó en 50 pies de ancho por 100 de largo y una tierra de labor de 100 fanegas, para cereales. La caballería era lo que se otorgaba comúnmente a un caballero: dos veces el solar de la peonía y cinco veces la tierra de labor. No hubo, pues, contra lo que usualmente se piensa, una proyección hacia el latifundio, fenómeno que aparece posteriormente en la historia de América.
La presión producida por la llegada de nuevos colones, la añoranza de la milicia, el hastío por la rutinaria vida de la colonia o el deseo de aventuras, movía a los conquistadores ya asentados a invertir sus recursos en busca de nuevas empresas, lo que explica asimismo la dinámica conquistadora, que operó sobre un reinversionismo continuo de los capitales obtenidos, hasta que se dominó la mayor parte del nuevo continente.
La conquista dejó un balance de violencia y muerte, que motivó justo reclamos de los religiosos españoles. El rey Fernando el Católico promovió diversas juntas de teólogos y juristas, que estudiaron el asunto. En las Juntas de Burgos, Valladolid y Madrid se decidieron una serie de normas para evitar la explotación de los indios vencidos y se ordenó que antes de emprender una conquista se leyese a los indios el Requerimiento; un escrito en el que se recogieron los principios jurídicos y morales que motivaban
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