Derechos Humanos
Enviado por esther124 • 30 de Enero de 2014 • 27.136 Palabras (109 Páginas) • 253 Visitas
eLa dimensión objetiva de los derechos fundamentales
SUMARIO
1. La dimensión objetiva de los derechos fundamentales y sus manifestaciones
2. Los derechos fundamentales como normas jurídicas objetivas
3. Los derechos como concreciones de valor
4. Los derechos como institución
5. Irradiación de los derechos sobre el ordenamiento jurídico
6. Eficacia en las relaciones entre particulares
7. El deber de protección
8. Garantía a través de la organización, el procedimiento y los servicios públicos
9. La STC 53/1985
1. La dimensión objetiva de los derechos fundamentales y sus manifestaciones
En la introducción histórica quedó de manifiesto la diversidad de implicaciones que se incorporan en la denominada dimensión objetiva de los derechos fundamentales; Grimm comenzaba señalando que “de esta interpretación de los derechos fundamentales se derivan, de forma paulatina, su irradiación a las relaciones de derecho privado, la denominada eficacia frente a terceros, los derechos originarios a prestaciones o derechos de participación de los individuos frente al Estado, el deber de protección por parte del Estado de las libertades aseguradas por derechos fundamentales, las garantías procesales de los procesos estatales de decisión de los que puedan derivarse perjuicios para los derechos fundamentales, los principios de organización de las instituciones públicas y privadas en las cuales los derechos fundamentales se hacen valer según el principio de la división de funciones; y aún serían posibles nuevos pasos”. La exposición siguiente tratará de analizar en particular tales manifestaciones.
Con ello se pondrá igualmente en evidencia la articulación sistemática de estas implicaciones, íntimamente vinculadas entre sí. De hecho, Böckenförde ha expuesto “el desarrollo del carácter objetivo de los derechos fundamentales” en la jurisprudencia alemana como un progresivo desenvolvimiento orgánico, en el que cada paso da lugar de modo casi natural a nuevas facetas1; Hesse también explica “los progresos en la protección de los derechos fundamentales” como una sucesión lógica de respuestas a los nuevos problemas que éstos deben afrontar2; y Grimm, como ya hemos visto, señala que “las nuevas funciones de tales derechos encuentran su respaldo dogmático en el deber de protección. Aunque éste último aparezca, en la sucesión de despliegues históricos, junto a otras plasmaciones del contenido jurídico-objetivo de los derechos fundamentales, desde el punto de vista sistemático se revela como el concepto central de aquellos. Todos los otros componentes jurídico-objetivos de los derechos fundamentales no representan sino acuñaciones particulares del deber de protección”.
La relación histórica y dogmática entre tales implicaciones dota de sentido a unaperspectiva integradora de tal género, que, sin embargo, no será en este momento objeto departicular atención. Sí nos lleva, sin embargo, a dejar para el final, tras el desarrollo doctrinal, que en rigor resulta unitario, una importante resolución del Tribunal Constitucional en la que estas manifestaciones de la dimensión objetiva aparecen recíprocamente involucradas.
2. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES COMO NORMAS JURÍDICAS OBJETIVAS
Podría decirse que los derechos fundamentales poseen una primaria dimensión objetiva en la medida en que, como todos los derechos subjetivos reconocidos por el Derecho positivo, su garantía descansa sobre una norma de Derecho objetivo, en este caso de rango constitucional. Sobre los fundamentos de esta concepción se ha dicho ya lo suficiente en el bloque introductorio de este curso, con cita entre otros de Hans Kelsen. Pero, dado que ahora corresponde descender a las consecuencias particulares, hay que constatar que mediante la simple afirmación del apoyo de los derechos subjetivos fundamentales sobre una norma de Derecho objetivo nada concreto parece decirse sobre el contenido de esa norma, que bien podría agotarse en la atribución a los particulares del correspondiente derecho subjetivo.
Ahora bien, aunque sólo sea como reverso de ese primario contenido subjetivo de las normas de derecho fundamental, ha de atribuirse a tales normas también un cierto contenido objetivo. Dice Konrad Hesse que “al significado de los derechos fundamentales como derechos subjetivos de defensa del individuo frente a las intervenciones injustificadas del Estado corresponde su significado jurídico objetivo como preceptos negativos de competencia. Las competencias legislativas, administrativas y judiciales encuentran su límite siempre en los derechos fundamentales; éstos excluyen de la competencia estatal el ámbito que protegen, y en esa medida vedan su intervención”.
De este modo, quedan comprendidas en la dimensión objetiva de los derechos fundamentales las garantías que la Constitución establece a favor de la norma que los reconoce, especialmente frente al legislador (procedimiento de reforma de la Constitución, control de constitucionalidad de la ley...), pero también frente a los demás poderes del Estado. Por ejemplo, como parámetro de validez de la ley operaría no el derecho subjetivo individual, sino más bien la norma jurídica objetiva que lo reconoce y garantiza con carácter general.
3. LOS DERECHOS COMO CONCRECIONES DE VALOR
Ahora bien, no se suele agotar aquí ciertamente el reconocimiento de una dimensión objetiva de los derechos fundamentales, que sería entonces puramente instrumental al aspecto subjetivo. Se dice, más bien, que tal concepción objetiva ha cobrado autonomía desde el momento en que las normas reconocedoras de derechos fundamentales fueron concebidas como proclamaciones de valor.
Es frecuente que la referencia a los “valores” plantee a los juristas problemas no sólo de aceptación (¿por qué he de abandonar los métodos clásicos de interpretación de las norma y razonar en términos de “valor”?), sino incluso de inteligibilidad (¿qué son exactamente esos llamados “valores” y qué implicaciones tienen sobre el ordenamiento jurídico?).
La palabra tiene como primera acepción, ya en el Diccionario de Autoridades de principios del XVIII, la calidad que constituye una cosa digna de estimación o aprecio. Pero estamos ante un concepto depurado por la filosofía sólo a principios del siglo XX, un periodorelativamente reciente de la tradición filosófica occidental cuyos logros no se hanincorporado aún con seguridad al acervo consagrado del lenguaje común (frente a lo que ocurre con otros conceptos filosóficos dilucidados con anterioridad, como forma y materia, esencia y existencia, sujeto y objeto, teoría y praxis, incluso alienación y emancipación).
Por eso comenzaremos por una primera y elemental profundización
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