EL AGRARISMO COMO RUPTURA REVOLUCIONARIA.
Enviado por Vincent45 • 21 de Octubre de 2012 • 4.007 Palabras (17 Páginas) • 841 Visitas
EL AGRARISMO COMO RUPTURA REVOLUCIONARIA.
En este ensayo mencionaré la importancia del movimiento campesino en la revolución mexicana, por lo que retomaré las causas históricas y sociales de dicha revolución desde un punto de vista de la propiedad campesina (agrarismo zapatista) las repercusiones sociales y jurídicas en el ámbito agrario por lo que daré énfasis en el contexto de esa época, así como la importancia de Emiliano zapata en la revolución mexicana.
En la obra de las venas abiertas de América Latina nos muestra la realidad histórica de América, como desde las épocas de la conquista hay gran influencia de los conquistadores hacia los pueblos conquistados y empieza una distorsión de costumbres en la gran parte de los pueblos conquistados y una imposición cultural diferente.
En América Latina, sin embargo, los países que fueron independizados de sus conquistadores, en la actualidad sufre una vez más de la opresión de un pueblo, esta vez, es el de los Estados Unidos, quienes ven en esta región la posibilidad de ampliar sus dominios, para obligarnos a comprar a muy altos precios sus productos y en retribución nos compran los productos a muy bajos precios, siendo para ellos el mejor negocio de la historia, pues de esta forma continuarán incrementando su poder sobre nosotros.
América Latina es hoy, uno de los continentes menos desarrollados en el mundo, al contrario de Europa donde existen los países mas desarrollados. España fue el país que más se extendió durante los siglos XIV y XV, puesto que en esa época un italiano llamado Cristóbal Colon, con el patrocinio de la corona española, se aventuro por las costas Atlánticas, y descubrió el nuevo continente que actualmente llamamos América.
La revolución interrumpida es sin ninguna duda un importante aporte teórico e historiográfico para poder comprender desde el marxismo la historia de la revolución mexicana y sus consecuencias. El potencial revolucionario de los campesinos y sus limitaciones de clase aparecen magníficamente ilustrados en el libro, de la misma manera que se ilustra la incapacidad de la burguesía para dirigir una revolución de carácter nacional antiimperialista, desnudando a su vez el carácter reaccionario de esta clase.
Además la revolución interrumpida trata de explicar y analizar para poder organizar la intervención revolucionaria. Es la defensa de las conquistas alcanzadas para preparar las luchas que vienen".
Para explicar el inicio de los movimientos revolucionarios cabe mencionar el despojo y trato que dio Porfirio Díaz, además de la esclavitud y el peonaje en México, la pobreza y la ignorancia y la postración general del pueblo se deben su sistema que impuso
El general Porfirio Díaz, sin ninguna excusa válida y sin otra razón que su ambición personal, inició una serie de revoluciones para dominar los poderes gubernamentales del país. Mientras prometía respetar las instituciones progresistas de Juárez y Lerdo, instituyó un sistema propio en el que su propia persona es la figura central y dominante; en el que su capricho es la Constitución y la Ley. Díaz es el sostén principal de la esclavitud, pues a la vez hay un conjunto de intereses comerciales que obtienen grandes ganancias del sistema porfiriano de esclavitud y autocracia. Entre estos intereses, los norteamericanos ocupan un lugar importante y sin duda, la fuerza determinante para que continúe la esclavitud en México; son defensores tan agresivos de la fortaleza porfiriana como el mejor.
El Presidente Benito Juárez es reconocido en México y fuera de México como uno de los más hábiles y generosos patriotas que propició en el país la libertad política, la prosperidad industrial y adelanto general. Pero el general Porfirio Díaz, a pesar de esos hechos y los ascensos militares obtenidos por Juárez, promovió una serie de rebeliones con el fin de adueñarse del poder supremo del país. Díaz encabezó tres rebeliones armadas contra el Gobierno pacífico, constitucional y elegido pacíficamente. Durante 9 años se portó como un rebelde ordinario, con el apoyo de bandidos, criminales y soldados profesionales disgustados por la política antimilitarista que Juárez inició y que habría sido eficaz si la Iglesia Católica no hubiera intervenido. El pueblo demostró muchas veces que no quería a Díaz como jefe de gobierno, pues en tres ocasiones se presentó como candidato presidencial sin éxito.
En contra de la voluntad del pueblo Díaz tomó la dirección del Gobierno por más de 34 años, excepto 5 años, de 1880 a 1884, en que cedió el Palacio a su amigo íntimo, Manuel González, con el claro entendimiento de que al final de su periodo se lo devolvería.
Dado que Díaz es un gobernante en contra de la voluntad de su pueblo, ha privado al pueblo de sus libertades. Mediante la fuerza militar y la policía controló las elecciones, la prensa y la libertad de palabra, e hizo del gobierno popular una farsa. Mediante la distribución de los puentes públicos entre sus generales, dándoles rienda suelta para el pillaje más desenfrenado, aseguró el dominio del ejército. Mediante combinaciones políticas con dignatarios de alta estimación en la Iglesia católica y permitiendo que se dijera en voz baja que ésta recuperaría su antigua fuerza, ganó el silencioso apoyo del clero y del Papa. Mediante promesas de pagar en su totalidad las deudas extranjeras, e iniciando a la vez una campaña para otorgar concesiones y favores a los ciudadanos de otros países, especialmente norteamericanos, hizo la paz con el resto del mundo.
Uno de los principales métodos para despojar de sus tierras al pueblo ha sido la expedición de la ley de registro de propiedad patrocinada por Díaz, la cual permitió a cualquier persona reclamar terrenos cuyo poseedor no pudiera presentar el título registrado. De tal manera, gobernadores de distintos estados, vicepresidentes, jefes militares y familiares de Díaz, se apoderaron del patrimonio del pueblo.
Díaz estimula el capital extranjero porque éste significa el apoyo de gobiernos extranjeros. Estas asociaciones han hecho internacional su Gobierno en cuanto a los apoyos que sostienen su sistema. La seguridad de la intervención extranjera en su favor ha sido una de las fuerzas poderosas que ha impedido al pueblo mexicano hacer uso de armas, para derrocar a Díaz.
En resumen, por medio del cuidadoso reparto de los puestos públicos, de los contratos y los privilegios especiales de diversa índole, Díaz ha conquistado a los hombres y a los intereses más poderosos para formar parte clave de su sistema.
A partir de 1899 el movimiento campesino-indígena no encontró mas alternativa que la lucha revolucionaria,
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