EL ORIGEN DEL CRISTIANISMO EN MÉXICO
Enviado por jlorellanaduran • 16 de Julio de 2015 • 8.106 Palabras (33 Páginas) • 1.435 Visitas
Los Orígenes del Evangelio en México
Por
José Luis Orellana Durán
El escudo del impero español, la espada y la cruz, y los misioneros, fotomontaje por José Luis Orellana Durán
INDICE
Introducción 3 pág.
I PARTE: ANTECEDENTES 5 pág.
1. El espíritu cristiano en los siglos XV y XVI 5 pág.
1.1. Los Reyes Católicos y el creyente español 7 pág.
1.1.a. La idea de la elección de Dios 8 pág.
1.1.b. El español, un creyente diferente. 9 pág.
II PARTE: HACIA EL NUEVO MUNDO 11 pág.
2. De Colón a Cortes 11 pág.
2.1. Cortés y su empresa 12 pág.
2.1.a. El evangelio de Cortés 14 pág.
III PARTE: LOS COMIENZOS DE LA MISIÓN 21 pág.
3. Contraste de la misión católica y protestante en el siglo XVI 21 pág.
3.1. Los primeros misioneros en la Nueva España 21 pág.
3.2. Los “doce apóstoles” de México 24 pág.
3.2.a. Su tarea 25 pág.
3.2.b. Sus victorias y conflictos 27 pág.
Conclusión 28 pág.
Bibliografía 29 pág.
Introducción
El virreinato de Nueva España (México) estaba recién fundado. Cortés había vencido al imperio Mexica, y tenía bajo su control todo un inmenso territorio. La espada y el peculiar sentido del cristianismo que tenía Cortés y los suyos, habían despejado el terreno para que llegase la institución eclesiástica romana. En mayo de 1524, desembarcan en Veracruz, un grupo de doce misioneros franciscanos, hoy conocidos como los doce apóstoles. Su objetivo: convertir al cristianismo a la población indígena. El grupo estaba compuesto por: Fray Martín de Valencia, Francisco de Soto, Martín de Jesús, Juan Juárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente, García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, Andrés de Córdoba y Juan de Palos.
Pero, mucho antes de que estos misioneros llegaran a tierras mexicanas, el evangelio había llegado de alguna forma a México. Aunque no podemos decir que fue un evangelio sano y digno, la Cruz, la persona de Jesús, la Virgen, y otros símbolos religiosos, ya habían sido, de una manera u otra presentados al pueblo indígena.
Para poder comprender el presente “religioso” con el que se encontró estos doce franciscanos, deberíamos viajar en el tiempo mucho más atrás de su llegada, incluso, mucho antes del descubrimiento de América, para poder entender qué evangelio fue el que llevaron los misioneros, y, claro está, antes que ellos, el propio Cortés a México.
En este trabajo presentaré tres etapas anteriores al envío de los primeros misioneros a México. En la primera, intentaré dar luz al sentimiento y vida religiosa que se vivía en el viejo continente antes del descubrimiento de América. Este primer apartado, nos dará luz para comprender como se entendía el cristianismo y el evangelio en aquella época. En el segundo bloque, nos adentraremos en la peculiar cosmovisión que del cristianismo tenía los Reyes Católicos y los españoles en aquella época. Solo decir, que la nación ibérica, junto con sus reyes, se creyeron portadores y elegidos únicos por Dios para anunciar el evangelio de Cristo. Esta manera de pensar desarrollará en las acciones de los conquistadores empresas muy peculiares, como, por ejemplo, llevar el evangelio por la fuerza y el asesinato, siendo absueltos de todos los pecados que cometían por el propio clero. Hay veremos cómo fue el primer encuentro del cristianismo con el pueblo indígena, que más tarde fueron, gracias a Dios, “salvados” por algunos hombres que creían realmente en una verdadera espiritualidad y una forma diferente de mostrar las buenas nuevas. La tercera parte desarrollará los comienzos de la misión en México propiamente dicha. Trataremos con los primerísimos misioneros que llegaron a la Nueva España, y como, con la llegada de los franciscanos, la tarea misional comienza a tomar forma y estrategia.
I PARTE: ANTECEDENTES
1. El espíritu cristiano en los siglos XV y XVI.
En el siglo XV, la Edad Media daba sus últimos coletazos, pero no sin antes, haber dejado en la sociedad y en la Iglesia un período muy peculiar. Esa época fue el mundo de los nobles, de los campesinos, vasallos, feudos, monarquías debilitadas, monarquías que resurgían, de los castillos, de los misterios, de los personajes espirituales, de leyendas, etc., en fin, un período fascinante para la historia de la humanidad.
En ese período la Iglesia tuvo un papel dominante, e influyó en todos los aspectos de la vida, tomando el mayor ciclo de poder económico y político, nunca más visto; pero también vio su decadencia interna.
La Edad Media había visto caer al imperio romano de occidente en el año 476 d.C. así comenzó, con incertidumbre. Con el emperador Carlomagno, los obispos empezaron a desempeñar funciones administrativas reales, recaudando impuestos, participando en misiones diplomáticas, y actuando como jueces. Durante todo el período carolingio, el rey o emperador nombraba obispos, proveyéndoles de tierras y castillos, junto con sus iglesias, tanto en Inglaterra como en Francia, España o en el mismo Imperio . Así, la Iglesia empezó a tomar mucho poder e influencia, estando muy bien organizada y jerarquizada, poseyendo grandes territorios que la gente le regalaba. Poco a poco, la influencia del obispo romano, ahora llamado papa, fue creciendo hasta convertirse casi en un ser que estaba por encima de reyes y de reinos. Su poder era casi infinito, pero también su corrupción, desenfreno, su alto analfabetismo en cuestiones teológicas, y, lo peor de todo, el menosprecio por el prójimo.
El Ideal de la Iglesia por aquellos tiempos fue el ideal imperial de expansión. Así, comenzaron las cruzadas que, en el nombre de una supuesta reconquista para la fe cristiana, invadió casi todo el mediterráneo, obteniendo para la Iglesia y el imperio aún más riquezas, poder y territorio.
Ahora, el imperio y la Iglesia solo tenían que tener al pueblo bien agarrado, y la forma era las oleadas de idealismo ferviente. Europa no era irreligiosa, al contrario, era muy religiosa, y ese fue el
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