EL PEDIATRA

EL PEDIATRA

Esta es una confesión hecha por Gerardo Aldape donde nos cuenta un grave error que tuvo…

Bueno pues nos cuenta que hace aproximadamente unos 15 años en un pueblo de salamanca él se encontraba en su consultorio el cual no tenía los recursos suficientes para el buen manejo clínico…

Entonces llego una Señora muy humilde con su hijo, pero llegaron en el momento en el que él estaba empacando sus cosas para irse a Festejar la Noche del GRITO en Dolores.

Y Bueno pues la Señora le pregunto que, si podía revisar a su hijo, pero que no tenía dinero para pagarle esa consulta pues su esposo los había dejado, a lo que él le dijo que sí, que no se preocupara.

Entonces comenzó la consulta, y el doctor comenzó preguntándole que, que es lo que el niño tenía y la señora le dijo que sentía como si algo puntiagudo le picara por dentro y que hace unos días no podía caminar normalmente y además le dijo que ya lo había revisado el medico del dispensario y él le dijo que era un GANGLIO, al cual le recetó una pomada que no le había servido para nada.

Entonces el doctor paso al niño a una mesa para poder examinarlo con “más detenimiento”.

Poco después localizo un pequeño punto inflamado, rojizo, duro y un poco caliente. Coincidió con el diagnostico de su colega del dispensario “GANGLIO INFLAMADO”. Le Comento a la madre la cual preocupada le pregunto que cual era el medicamento para aquel ganglio y el doctor le dijo que no era necesario ningún medicamento si no se le tenía que realizar una operación

Entonces la señora le pregunto qué ¿cuándo seria la operación?

Entonces el doctor contemplando su reloj calculo el tiempo que aun tenia para sacar el ganglio y llegar a tiempo con su familia a festejar.

Comenzó la Operación y el doctor inyecto un poco de anestesia en el lugar correspondiente y tomo el bisturí y fue directo en donde se encontraba el ganglio y abrió…

Fue en ese Preciso momento en el que sintió como un frio de muerte recorría todo su cuerpo, pues al sacar el GANGLIO vio salir un líquido café con un olor intestinal,

Dios mío exclamo el doctor muy espantado al darse cuenta que no era un ganglio el que había sacado si no un pedazo de intestino. Fue ahí donde se dio cuenta que fue un grave error el operar al pequeño sin tener un diagnóstico y por las prisas de irse.  

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