EL PROBLEMA DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS (1914-1945)

a) Caracterice el proceso de reconfiguración de las Naciones Latinoamericanas con el imperialismo. Elegir un caso y desarrollar.

A mediados del siglo XIX los capitales europeos no habían alcanzado todavía la madurez suficiente para volcarse sobre otras áreas en forma de inversiones financieras. No obstante a favor de los mecanismos de acumulación, concentración y centralización propios del capitalismo, del gran desarrollo experimentado en el campo de la tecnología y de la intervención colonialista en diversas zonas del globo, se iniciaba una etapa de cambio que hacían fines de siglo ya se había consolidado en sus líneas generales y teñiría vigorosamente el porvenir de América latina: era la era del imperialismo, el problemático paraíso del capital financiero en un mundo ya parcelado. Es sumamente importante enunciar los rasgos básicos que marcaran este momento, y para ello nos bastara con recordar que durante el último cuarto siglo XIX se produjeron en Europa y Estados Unidos tres hechos decisivos:

1. Una fuerte concentración de la producción y del capital que se concentro en la fusión del capital bancario con el capital industrial;

2. La aparición de una oligarquía financiera que inicio la explotación de capitales en vasta escala;

3. La presencia de monopolio internacional cuyos intereses, a pesar de entrar en conflicto en ciertas zonas de fractura, se asociaron para el reparto del mundo. Prácticamente arrasada por la vertiginosa dinámica del proceso, la línea que separa el juego de los grandes monopolios de la política exterior seguidas por las naciones capitalistas con respeto las áreas menos desarrolladas como: Asia, África, América latina; se fue haciendo cada vez más fluida e incierta hasta el punto de que los actos oficiales resultaban a la postre meros apéndices de las resoluciones adoptadas en su beneficio.

Bajo las presiones del imperialismo el desarrollo de América latina se trazó exclusivamente en función de los intereses del capital financiero que se volcó en los sectores ligados a la explotación de materia prima, en los transportes, a través de los cuales actuó como regulador del crecimiento nacional, y en el sector bancario. Al iniciarse el proceso de penetración imperialista la mayoría de los países latinoamericanos contaba con un grupo dirigente consolidado, dueño de una concreta experiencia de poder. El “porfismo” en México, y el “roquismo” en Argentina, eran dos expresiones genuinas de una oligarquía con valores definidos y cierta forma de tradición, ciertamente muy problematizada por sus componentes exógenos, pero existente al fin.

El orden interno el papel le los monopolios financieros encontró su gran punto de apoyo en estas oligarquías, que se adecuaron a las nuevas exigencias y sirvieron como eficientes mediadoras en una sugestiva amalgama de intereses comunes, materializados por el binomio latitudinario monocultivo.

El Caribe fue la primera zona donde la influencia estadounidense se, manifestó con mayor fuerza desde el comienzo de su política expansionista, después de una corta guerra con España, la despojó de Puerto Rico, querando este país en una clara situación de colonia. En caso de Cuba, si bien esta nación obtuvo formalmente la independencia quedó limitada en el plano institucional de la Enmienda Platt en la constitución cubana, pero mucho más en los hechos, ya que luego Estados Unidos intervino en la isla varias veces para imponer gobiernos de su agrado y conveniencia. Este peligro de limitación de la soberbia cubana fue advertido con claridad por José Martí, que denunció con suma dura la intervención norteamericana. El motivo que adujo Estados Unidos para declarar la guerra a España fue la exploración del Acorazado

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