ENTE CREATIVO

     Universidad Técnica de Ambato

Facultad de Diseño, Arquitectura y Artes

Carrera de Diseño de Modas

Lenguaje y Comunicación

Primer semestre

Yuli Cristina Mendoza Zambrano

06/08/2015

ENTE CREATIVO

     El diseñador es el encargado en la elaboración de propuestas que suplen algún menester humano. Y es mediante la creación, que este logra dar vida a cualquier proyecto material; sin embargo el diseño de un objeto no resulta tarea fácil porque en cada obra, no solo se debe tener en cuenta lo exigido por el cliente, sino también el hecho de que el prototipo tendrá que ser original y llevar impreso la esencia del artífice. Respecto al origen de la creatividad que posee este profesional, son muchas y muy variadas las opiniones que se han difundido. Posturas en contra como lo aseverado por Frascara (2006) quien sostiene que la llamada creatividad en el diseño, no es otra cosa que la habilidad para encontrar soluciones insospechadas. Sin la necesidad de algo mágico o misterioso; pues la creatividad no es más que inteligencia cultivable y desarrollable en cierta medida.

     Conjuntamente Allard (2001), también manifiesta que el diseño como disciplina al igual que el derecho, la medicina o la filosofía, abarcan métodos de aprendizaje y obediencia, además de modos de conocimiento y conformación, para lograr la meta final, que en este caso sería el objeto a elaborar. Por otro lado existen otros puntos de vista que contrastan lo expuesto con anterioridad, como es el caso de Mila (2013), al mencionar que muchos diseñadores consideran su labor como una obra de lo subjetivo y que no se relaciona con la objetividad de las cosas, sino simplemente es la transmisión de una intuición o iluminación. Sumado a ello se encuentra la opinión de Cardenal y Salcedo (2005), quienes recalcan que un diseñador habitualmente nace con un talento singular y que hay muchos ejemplos de diseñadores que han tenido éxito sin haber recibido ninguna preparación con anterioridad.

     En cuanto a criterio personal del tema; sostengo la presente tesis al afirmar que el verdadero diseñador no es producto del aprendizaje, sino más bien de la creatividad única con la cuál nació. Pues un buen diseñador es el que ostenta un talento único que no aflora en todo individuo; debido a que desde su nacimiento se ve incorporado en él algo innato (creatividad), que le otorga la excelencia en lo desempeñado. Al permitirle dar forma a propuestas originales que solo han de desarrollarse en la complejidad de una mente que no precisa de aprendizajes previos para la innovación de productos que satisfagan las necesidades del consumidor.

El diseñador es muy diestro en su área sin necesitar estudios posteriores; puesto que supo hacia donde direccionar esa creatividad innata que posee. La parte creativa de una persona es aquello que se encuentra inmerso en su ser (talento), y que le permite desenvolverse en algo específico (profesión), aun cuando el conocimiento que posee sobre el tema sea escaso. Respecto a ello un ejemplo claro lo podríamos observar en un aula de formación inicial; en donde a todos los niños les son impartidos los mismos tipos de conocimiento (matemático, artístico o lingüístico); sin embargo, cada pequeño demuestra ciertos dotes que van mayormente orientados a una enseñanza en específico.

Aquello se debe a que al llegar a este mundo, toda persona ya posee aptitudes idóneas que le servirán para un determinado trabajo. En gran medida cabe destacar la suma importancia que conlleva el conocer nuestras propias facultades; ya que en algunos casos esta capacidad será percibida sin mayor esfuerzo y de manera pronta; por el contrario habrán otros que descubrirán sus destrezas gracias a terceros; pero lastimosamente existirán unos pocos que pasarán por la vida sin llegar a conocer su propia habilidad innata y para que profesión les habría servido (Fuster, et al. 2013).

Resulta evidente que todo en esta vida tiene un complemento ideal que da pie a derivaciones magnificas de escalas insospechadas. Y es del mismo modo en que las capacidades de un diseñador y la profesión que desempeña conforman la función perfecta; porque no es posible que uno exista sin el otro, más aún si lo que se pretende es transformar algo sencillo en una genialidad. El acto de diseñar no es solo la concepción de un objeto cualquiera; sino la cúspide de exportar una simple idea al mundo físico, al convertir lo imaginario en algo tangible.

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