Educación Y Revolución, 1910-1920

Nuestro sistema educativo mexicano ha sufrido modificaciones desde sus inicios, ya sea su paso de manos de la religión a manos de la federación, como alteraciones internas, sean éstas lo que debería enseñarse en las instalaciones de las escuelas. Dichas modificaciones son algunas de las más notables.

Estos cambios se han suscitado en diferentes etapas de la vida de México; desde sus inicios con los antiguos pobladores, hasta nuestra época. Esto refiere a que actualmente, y por ser una necesidad, la educación en nuestro país continúa siendo transformada para preparar a las nuevas generaciones con respecto a las exigencias de la sociedad.

En el presente trabajo, se pone en manifiesto, las innovaciones, debates, variedades de escuelas y cambios de poder que ha sufrido el sistema mexicano de educación, marcadas en el periodo de 1910-1920, la revolución. También se hace mención de la participación de los maestro ante este movimiento armado en contra de la dictadura de don Porfirio Díaz.

La Revolución mexicana fue un conflicto armado que tuvo lugar en México, dando inicio el 20 de noviembre de 1910. Históricamente, suele ser referido como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.

Antes de que diera inicio dicho movimiento social, la educación se encontraba en manos del clero y de algún modo reprimido, puesto que estaba prohibida la libertad de expresión, de manifestación y de creencias, el derecho de huelga y la educación gratuita. El movimiento luchó por razones democráticas, donde se incluían estas libertades y derechos que eran pisoteados por el régimen “Porfirista”.

Ya iniciada la batalla por el derrocamiento del gobierno de Don Porfirio Díaz, la educación se vio afectada, o más bien, modificada a los intereses del gobierno, ya que con la revolución se buscaba la liberación de ésta. Al decir liberación se hace referencia a la necesidad de volverla como actualmente la conocemos: pública, laica y gratuita. Durante la guerra, se creó un lapso de inestabilidad, por lo que en muchos lugares surgieron caudillos con ideales liberales que buscaban mejorar la calidad de vida de las familias mexicanas. Por ello, algunos estados se vieron en la necesidad de autonomizar la educación, tales fueron los casos de Durango, Coahuila, Yucatán y Tabasco.

Al movimiento revolucionario se unieron algunos maestros de aquella época, pues la mayoría de ellos no quisieron mezclarse con la política, es así que continuaron desempeñando su labor sin importarles el gobierno para el cual estuvieran trabajando; aun así se vieron afectados, debido a que sus sueldos fueron retenidos de manera temporal o por tiempo indefinido. Los cambios comenzaron a suscitarse a partir de 1917 con la desaparición de la SIPBA (Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes), como consecuencia, las escuelas primarias son transferidas a manos de los ayuntamientos del distrito y de los territorios federales. La formación de docentes continuó siendo como en la época del General Porfirio Díaz, sólo con algunos cambios. El más notable fue la interrupción del proyecto de federalizar la educación primaria, que conducía a la uniformidad de la enseñanza, buscando centralizarla en todo el país.

En este tiempo, se destaca la persistencia

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