El Cuento
Enviado por chandi • 14 de Junio de 2013 • 1.244 Palabras (5 Páginas) • 206 Visitas
El Nuevo Reino
En una lejana tierra fantástica donde la palabra, el verbo y los sustantivos llenaban la tierra de
sabiduría e inteligencia formando arcoíris de conocimientos. Sus pobladores eran seres con
cualidades únicas a la hora de usar el conocimiento para dar vida a la enseñanza de lo desconocido
a lo conocido.
Dentro de toda ésta gente llena del verbo erudito de lo sustantivo resalta una persona muy callada
y que meditaba sobre un nuevo mundo; un lugar donde se compartía el conocimiento de una
forma diferente a como él lo había obtenido, un lugar igual de fantástico con grandes recursos
didácticos y pedagógicos; ésta persona era Andrés Antonio más conocido en su pueblo como A.A.
Andrés Antonio decidió emprender un viaje por tierras lejanas para encontrar respuestas a su
nueva forma de pensamiento; tomó su mochila, la llenó con comida, un lápiz, un cuaderno en
blanco y un sombrero viejo el cual le recordaba que en su cabeza está todo lo necesario para él.
Después de salir de su pueblo y entrando en el bosque escuchó el llanto de una niña, se acercó
lentamente para indagar que ocurría. Vio un hermoso resplandor, era una joven que tenía su
ropaje cubierto de objetos muy extraños de todo tipo, que contenían textos, imágenes y videos; y
que si observabas detenidamente contenía un propósito de enseñanza.
Andrés le dijo: “hola, ¿por qué lloras? Y ella respondió: por que siempre mi contenido es usado,
modificado, adaptado y desechado; y me gustaría tener muchos amigos, pertenecer a un grupo,
buscar en éste mundo mi espacio. Andrés respondió: yo también ando en busca de algo diferente,
un mundo nuevo. Si quieres puedes acompañarme, pero antes dime ¿Cómo te llamas?, ella
respondió: mi nombre es Oliva pero puedes llamarme Ova; Andrés le brindó una cálida sonrisa.
De ésta forma Andrés y Ova salieron del bosque juntos y Ova hablaba sin parar de todas sus
experiencias y contenido. Andrés escuchaba atento y se sorprendía de lo mucho que aprendía y
pensó “que bueno sería si ella tuviese la oportunidad de transmitir a más personas sus saberes”.
Andrés y Ova llegaron a un pequeño pueblo dónde la gente realizaba todas sus tareas y deberes
paso a paso; todo era instruccional, el abrir una puerta, comprar alimentos, montar a caballo,
incluso para saludar; todo tenía un orden y una respuesta. Andrés y Ova miraban con asombro
éste pueblo donde el día y la noche no tenían diferencia.
A la salida del pueblo observaron a un anciano que caminaba con paso lento, al alcanzarlo Andrés
le sonrió y le preguntó su destino, y el anciano le respondió: quiero viajar por el mundo y enseñar
mi conocimiento instruccional; “¡Qué bueno!” expresó Andrés, y el anciano le preguntó: ¿y tú
hacia dónde te diriges? , Andrés dijo: Yo ando en busca de algo nuevo en compañía de ésta
hermosa joven su nombre es Ova, quién está en busca de más amigos, ¿Te gustaría
acompañarnos? El anciano aceptó gustosamente y se presentó: mi nombre es Material Didáctico
pero me pueden llamar Señor D.
De ésta forma Andrés, Ova y el Señor D emprendieron un nuevo camino juntos en la búsqueda de
lo inesperado e innovador. En el cruce de un puente sobre un caudaloso río se distinguía una
mujer con traje de novicia, con una pequeña nube sobre su cabeza y rodeada de animales que se
comunicaban con ella en su propio lenguaje.
El grupo se acercó con curiosidad y asombro, cuando de repente los animales dejaron de
comunicarse y se alejaron. Con gran cuidado y titubeando Andrés Antonio le preguntó: ¿Qué
sucede? La novicia lo mira fijamente y responde: estábamos solucionando un conflicto,
construyendo una única idea desde diferentes puntos de vista. ¡Ohhhh! exclamó Andrés. La
Novicia bajo la mirada y en voz baja dijo: la capacidad comunicativa es mi don, y me gustaría
ampliarla para enseñar a las personas a construir ideas, saberes y conceptos que les ayuden a
aprender.
Andrés
...