Elías Burguera: exportador de café e importador de cultura

Matria tovareña (7)

Elías Burguera: exportador de café e importador de cultura.

(La Casa Burguera dio renombre a Tovar allende de los mares)

“Hizo del trabajo un culto, y de la honradez, una religión, y antemurado así,

contra las contingencias de la fortuna, se dio a las labores del comercio”

Emilio Constantino Guerrero

José Elías Burguera García (n. Táriba - Táchira 8/8/1841 - m. Tovar 27/6/1900), comerciante e industrial importador y exportador, político, mecenas del arte y de la educación; hijo legitimo del matrimonio de Jaime Burguera Ramírez y María Isabel García Gil celebrado en la iglesia de la Consolación de Táriba el 6/5/1841, fue bautizado en la misma iglesia el 13/8/1841; antes de cumplir los 9 años, sus padres lo trasladan a Tovar con sus dos hermanas menores: María Beatriz Amelia “Eumenia” (n. 3/4/1845 - m. 12/5/1920) y María del Carmen de la Trinidad “Carmela” (n. 1847); en Tovar nacen: José María Jaime (n. circa 1850), María Rafaela (n. 23/10/1853) y Sofía del Carmen (n. 26/2/1860).

El 6 de junio de 1868 contrae matrimonio en la iglesia de Santiago Apóstol de Lagunillas con Josefa Dávila García (n. 1847 - m. 22/3/1930), hija de Pedro Dávila y Juana García, de inmediato se la trae a Tovar donde nacen sus hijos: Elio Jaime (n. 9/1/1870 – m. 30/9/1918), Ofelia Josefa (n. 14/1/1872 - m. 20/12/1923), César Custodio (n. 2/11/1873 - m. 11/3/1930), Josefa (n. 1876 – 24/11/1946) y Alipio (n.1880 - m. 16/11/1956), por esos mismos años se desempeña como: Jefe Departamental de Tovar (enero 1868 – diciembre 1869), designado Procurador municipal suplente o interino (21/03/1868), Presidente del Concejo (1873 - 1876), vicepresidente de la Junta de Instrucción Primaria Parroquia Tovar (1876) y candidato popular para la Presidencia del Estado Mérida (1880), postulación a la que renunció por ser “…ajeno a las luchas de la política activa…”, tal como lo señala su biógrafo el Dr. Emilio Constantino Guerrero(1),

Lo suyo era el comercio y la vida lo obligó a emplearse desde muy joven, aunque su anciano padre muere el 26 de diciembre de 1864, por su condición de primogénito tuvo que abandonar la escuela de primeras letras de Don Matías Nicanor Codina donde apenas logró aprender a leer y a escribir, para dedicarse a ganar el sustento de mantener a su familia. Empezó de cero y llegó a ser un potentado. “La suerte en los negocios, no es sino la consecuencia necesaria del talento, de la previsión, de la laboriosidad”(2). Mediante escritura de compra-venta el 17 de abril de 1872 su mamá le vende las “dos casitas de teja con un solar en esta villa en 650 pesos”, donde después establecería la Casa Burguera y el 11 de enero de 1873 introduce la liquidación de la herencia de su papá Jaime Burguera, que murió sin disposición testamentaria y desde 1866 se había realizado el inventario de sus bienes, dejando una herencia valorada en 8.434 pesos con 87 céntimos, distribuidos entre: las casas, los animales, útiles de alambique, piezas de hierro y cobre, muebles de la casa, joyas de oro y plata, maderas; cuya repartición tiene lugar el 4 de diciembre de 1873, correspondiéndole a Isabel García de Burguera 1.312 pesos con 65 centavos de su aporte a la comunidad conyugal por herencia de su padrastro Juan Nepomuceno Morales, más 704 pesos de la muerte de su madre María Antonia Gil (m. Tovar 28/5/1862) y 2752 pesos de la mitad de los gananciales para un total de 4.819 pesos con 26 centavos, y a cada uno de los seis hijos 458 pesos con 76 5/6 de centavos. Del total se dedujo los 863 pesos del quinto de la herencia para el pago del impuesto fiscal. A partir de ese momento sus negocios se multiplican y diversifican. La prosperidad siempre le sonrió.

En la Estadística de la parroquia Tovar de 1889, aparece de su propiedad un almacén con “…Capital empleado Bs. 400.000 - Producto anual Bs. 15.000 - Impuesto anual Bs. 1680 - Se estableció en 1881 - Empleados 5 varones adultos ganan por mes Bs. 1600”, cuyo “capital empleado” supera y duplica el total del resto de los 53 establecimientos de la Parroquia, siendo este almacén lo que se conocía como Casa Burguera. De la misma manera se registran cuatro casas ubicadas una contigua de la otra en la calle Bolívar y diagonal a la iglesia como propiedades de Elías Burguera y Cía., voy a describir las dos que le compró a su mamá: la una de habitación que: “Tiene 18 piezas de habitación parte de 2 pisos. Vale la finca 40.000. Construida en 1840. Tiene agua con estanque. Alumbrado de kerosene y vale Bs. 25” y la otra del almacén: “Tiene 54 varas de frente y 50 de fondo. …veinte departamentos de Comercio y habitación parte de tres pisos. Valor de la finca 8.000. Construida en 1820 parte, en 72 y 89. Tiene agua por dentro que viene en tubo de hierro. …un jardín pequeño. Alumbrado de kerosene y velas esteáricas. Valor de este al mes Bs. 8”. Además en la Estadística se señala la actividad comercial referida a la exportación: “Cacao 1.260 quintales anuales valor aproximado de 100.800. Café 300.800 quintales anuales valor aproximado de 300.800. Cueros sin picar 240 quintales anuales valor aproximado de 7.200. Tabaco ambirado 130 quintales anuales valor aproximado de 7.920. Tabacos moños 1200 cajas de a 5.000 valor aproximado Bs. 61.200”, exportaciones que en su mayoría monopolizaba la Casa Burguera a través de los puertos de Zulia y Escalante hasta donde eran transportadas en bestias. De Tovar también salían esos mismos productos para el Táchira, Mérida, Trujillo y Barinas. Mientras que las importaciones estaban por el orden del millón de bolívares.

En 1884 - 1885 por instrucciones de la Sociedad Geológica de Hamburgo visita a Colombia y Venezuela el geólogo, naturista, explorador y geógrafo alemán Wilhelm Sievers (1860 - 1921), quien es contratado por la Casa Burguera de asesor para la instalación del “Molino Tovar”, que estuvo ubicado donde hoy está el gimnasio. Don Elías Burguera quería incursionar en el negocio del Trigo dada la calidad del que se cultivaba en Mucuchies y en especial en Bailadores, con ese fin viaja en junio de 1886 a New York y de regreso "…introdujo un molino moderno, cuya máquina e instalación le costaron más de veinte mil dólares, queriendo de este modo empezar a sustituir nuestros antiguos métodos de molienda y nuestros viejos aparatos de muelas de asperón y de piedras. La harina que allí se elabora es casi igual a la mejor de los Estados Unidos"(3), se dedica a producir la “Harina Los Andes” con 14% de gluten, que luego ganaría premios en las exposiciones de Los Andes y del Zulia en julio y octubre de 1888; de París en julio de 1889 y en Chicago en septiembre de 1893. De este último premio se entera llegando a Chicago, venía de regreso de Hamburgo donde había viajado desde el 20 de mayo de 1893, en compañía de su esposa Josefa y tres de sus hijos: Ofelia, Josefa y Alipio a visitar a sus otros dos: Elio Jaime y César Custodio quienes estaban estudiando en la Universidad de Hamburgo en Alemania.

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