Ensayo situación de las mujeres a través de la historia
Enviado por Sol Lissa • 8 de Diciembre de 2015 • Ensayo • 1.833 Palabras (8 Páginas) • 200 Visitas
La situación de la mujer en Argentina es heredada de las corrientes colonizadoras de Europa, y no del origen de las tribus nativas latinoamericanas, en donde la mujer tenia un papel mucho más relevante, ya que muchas de esas comunidades otorgaba a la mujer un espacio de poder y un rol social activo, además dominaban las antiguas divinidades femeninas, diosas de la tierra; Pachamama, Coatlicue, entre otras.
En la edad media la imagen femenina se vio condicionada por una pertenencia del hombre, tanto en la vida social como en la intimidad. La vida de la mujer quedaba señalada por el matrimonio y la maternidad. Como casada adquiría una serie de derechos ante la comunidad y sus posibilidades sociales eran un poco más altas. Era el núcleo de la pareja y de la casa, tanto las nobles, como las plebeyas, se encargaban de la educación de los hijos. Para la Iglesia la mujer era un reflejo imperfecto del hombre desde la creación de la raza humana y por lo tanto, era menor espiritualmente.
Desde ese entonces lo que se ha tratado incansablemente de averiguar es si la mujer es igual, superior o inferior al hombre, creada después de Adán es evidentemente un ser secundario, dicen algunos; por el contrario afirman otros, Adán no era sino un boceto, y Dios logró el ser humano en toda su perfección cuando creó a Eva. Cada tesis atrae inmediatamente a su contrario. Si se quiere intentar ver claro en el problema, hay que abandonar esos caminos deteriorados; hay que rechazar las vagas nociones de superioridad, inferioridad o igualdad que han alterado todas las discusiones, y empezar de nuevo.
Por esas razones, las mujeres combatieron la sospecha de los hombres respecto a su capacidad y madurez para hacer uso de los derechos de ellos. Durante la historia, ellas encontraron la manera de vencer el ambiente predominantemente machista. Y su principal objetivo es la política, y tuvieron que comenzar a expresarse de manera colectiva para tener mas fuerzas.
En este trabajo voy a proponer dos puntos de vista de mujeres que vivieron en distintos períodos, en distintos continentes, unos es el de Simone de Beauvoir, novelista francesa, filósofa existencialista y feminista; y el punto de vista de Eva Perón, actriz y política argentina, que mientras era primera dama promovió los derechos de las mujeres, entre ellos, el sufragio femenino. Mi hipótesis se basa en cómo dos mujeres que luchaban por los mismos propósitos, tienen una postura distinta, contrarias entre sí.
Las inquietas mujeres argentinas no cedieron en su lucha y lograron que poco a poco se las tuviera en cuenta. Querían el sufragio universal y la igualdad civil y política para ambos sexos, la igualdad civil para los hijos “legítimos” e “ilegítimos”, entre otros aspectos, que poco a poco a través de los años lo fueron consiguiendo.
Durante el primer gobierno peronista, ocurrieron dos hechos que posibilitaron a las mujeres llegar a una equivalencia social respecto al hombre. El primero fue la aprobación de la ley del sufragio femenino en 1947, con la consecuente posibilidad de que las mujeres votaran y fuesen votadas; y el segundo, la creación del Partido Peronista Femenino, que logró su incorporación total en la política. El poder generado por Eva Perón permitió que esta organización femenina obtuviera 23 bancas de Diputadas Nacionales (sobre un total de 34), 3 Delegadas Nacionales a la Cámara de Diputados (sobre un total de 11), la Vicepresidencia de la Cámara de Diputados 1953-55, y la Vicepresidencia de la Cámara de Senadores durante el período 1954-55.
El derecho al sufragio, a nivel mundial, no fue una batalla fácil, y el voto de la mujer particularmente, se transformo en una lucha de siglos. Mientras que en Argentina el voto universal masculino fue reconocido en 1912, sólo en 1921 obtuvieron el voto municipal las mujeres de la provincia de Santa Fe y en 1927 el voto municipal y provincial las de San Juan. En 1931 hubo un proyecto de voto femenino impulsado por Mario Bravo, un político socialista, aprobado por la Cámara de Diputados, después de la acción de una comisión interparlamentaria. En la sanción de esa ley estuvieron juntos radicales, socialistas y demócratas progresistas; de manera tal que salió muy bien auspiciada; las mujeres socialistas, entre ellas Alicia Moreau, se habían agrupado y presentaban peticiones, y organizaban actos y conferencias. Habia un gran interés por parte de todas las mujeres, pero llega la media ley al senado y allí, donde predomina el conservadorismo fue boicoteada y enviada a una carpeta. En su conjunto, debieron esperar hasta el 23 de Septiembre de 1947, con la concentración convocada por la Federación General de Trabajo en Plaza de Mayo, que el General Perón hace entrega a Eva Perón de la Ley 13.010, para lograr el derecho a voto en elecciones presidenciales y federales, quien la recibe y agradece en nombre de todas las mujeres argentinas, que por primera vez votaron el 11 de noviembre de 1951, en elecciones a nivel nacional. En esta oportunidad, 24 bancas de diputados fueron ocupadas por mujeres, y 9 de senadoras. Merecen destacarse algunas mujeres que desde jóvenes luchan por la igualdad civil y política, como Alicia Moreau de Justo y Julieta Lanteri, a las que Evita clasifico “dominadas por el despecho de no haber nacido hombres, más que por el orgullo de ser mujeres”, resentidas con las mujeres, por no querer dejar de serlo, y con los hombres, por no poder ser como ellos. Ahí podemos observar como Eva Perón esta en contra del feminismo, y alude al machismo.
“El hombre y la mujer, aun siendo distintos, viven para algo... Tienen un objetivo en sus vidas y, a su manera, cada uno lo cumple como mejor le parece.” Esas fueron las palabras de Evita, que expreso en su obra La Razón de mi Vida, donde podemos ver el punto de vista que ella quiere hacernos llegar; los hombres pueden vivir dedicándose a ellos, trabajando, comprando, esforzándose, estudiando solo para él mismo. En cambio, la mujer tiene ese “don” de la maternidad que la lleva a planear sus proyectos PARA su marido, PARA sus hijos, poniéndolos en primer lugar. La felicidad de la mujer llega con la felicidad de los otros, de las personas a quien les tiene cariño. Y eso es lo que ella quiso trasmitir a “su” pueblo, una postura de ver las cosas, que a pesar de todas las cosas que nos diferencian a los hombres y las mujeres, son esas mismas las que nos complementan y nos hacen ser incondicionales para el otro.
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