Expresionismo Alemán

INTRODUCCION

Una tendencia, que no puede pasar desapercibida dentro del contexto de fin del siglo XIX y principios del XX, es el Expresionismo.

Como su propio nombre indica, este movimiento tuvo como objetivo principal expresar las filias, fobias y todo tipo de sentimientos que el ser humano experimentaba. El expresionismo tuvo su origen en la pintura, para posteriormente desarrollarse en distintas disciplinas artísticas como el teatro y el cine. Esta nueva tendencia artística, anteponía sus objetivos a la técnica y a la estética; lo importante era la transmisión de la subjetividad y los sentimientos, el fin era que el espectador, se sienta agobiado, asustado o deprimido, según el estado que se quiera transmitir.

Tras la Primera Guerra Mundial, y hasta el apogeo del nazismo en los comienzos de la década de los 30, Alemania fue el lugar de nacimiento de este nuevo estilo de hacer películas, basado en las características estilísticas del expresionismo; el uso del claro oscuro, las atmósferas oníricas y los exagerados ángulos y composiciones. La fecha exacta del nacimiento de este movimiento puede ser situada en torno a 1917, cuando la Universum Film AG (UFA) fue fundada por el gobierno y el ejército alemán.

Durante este periodo de recuperación, la industria cinematográfica alemana experimento un auge en su producción, pero debido a los difíciles tiempos económicos los cineastas encontraron muy difícil crear películas que pudieran compararse con las exuberantes, extravagantes películas realizadas en Hollywood. Debido a ello, los cineastas del estudio alemán UFA se vieron en la necesidad de desarrollar su propio estilo usando el simbolismo y mise-en-scène para agregarle un más profundo sentido a sus películas.

El cine expresionista alemán impuso en la pantalla un estilo subjetivista que ofrecía en imágenes una deformación expresiva de la realidad, traducida en términos dramáticos mediante la distorsión de decorados, maquillajes, etc, y la consiguiente recreación de atmósferas terroríficas o, cuando menos, inquietantes. Este cine se caracterizó por su recurrencia al simbolismo de las formas, deliberadamente distorsionadas con el apoyo de los distintos elementos plásticos. La estética expresionista tomó sus temas de géneros como la fantasía y el terror, reflejo moral del angustioso desequilibrio social y político que agitó la República de Weimar aquellos años. Con fuerte influencia del romanticismo, el cine expresionista reflejó una visión del hombre característica del alma “fáustica” alemana: muestra la naturaleza dual del hombre, su fascinación por el mal, la fatalidad de la vida sujeta a la fuerza del destino.

Nos planteaba el mal como un ente único, solo existía el mal o el bien, no podían mezclarse entre sí, la figura maligna era una, y mayor maldad que la que ella contenía no podía haber en el mundo.

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