Ferrocarril
Enviado por Pili_Uriostegui • 22 de Septiembre de 2013 • 1.513 Palabras (7 Páginas) • 268 Visitas
De ferrocarriles, carreteras, aviones, puertos y barcos. Los transportes en el siglo XX
Durante el siglo XX México vio un espectacular avance en los diversos modos de transporte, que no solo debió a la modernización de algunos medios de desplazamiento sino también a la aparición de otros dos medios que tendrían enorme trascendencia en la economía mexicana: los vehículos automotores y los aviones. Algunos sectores de la población continuaron utilizando formas tradicionales de locomoción. Esta situación fue generada por las desigualdades sociales que obligaban a los individuos a adoptar viejos modos de transporte. Con todo y el avance de la tecnología transportista, los costos aún no se reducían lo suficiente como para hacerla accesible a los grupos más desposeídos.
Los ferrocarriles
Con la caída del régimen durante la Revolución las vías, máquinas, carros, puentes e instalaciones experimentaron un grave daño. El objetivo principal de los bandos contendientes era la destrucción de este medio de transporte, en particular sus puentes. Pero así como era destruida, la vía férrea era constantemente remendada para que continuara. Durante las presidencias de Francisco León de la Barra y Francisco I. Madero, la infraestructura ferroviaria experimento si no un avance, cuando menos no un retroceso.
Durante la revolución los ferrocarriles ayudaron poco al abastecimiento de las ciudades, debido a que en su mayoría fueron utilizados para el transporte de personas, animales o pertrechos de guerra. En diciembre de 1914 Venustiano Carranza decretó que los ferrocarriles pasaran a manos del gobierno constitucionalista. La administración ferroviaria del gobierno de Carranza fue relativamente exitosa. Para 1919 ya se habían construido algunas líneas nuevas y había la posibilidad de reducir los fletes de precio. En la segunda mitad de la década de los años diez del siglo XX la situación económica de México sufrió las consecuencias de la guerra civil. Para 1918 las compañías ferrocarrileras y el gobierno estaban en condiciones de reiniciar la construcción de nuevas rutas, al año siguiente corrió el primer tren entre Guadalajara y Chapala y se regularizaron los servicios Culiacán-Nogales y Guadalajara-México.
En 1925 se procedió a devolver los Ferrocarriles Nacionales a su propietario original, al incautarse los ferrocarriles las líneas tenían una longitud de 12,800 km y cuando fueron devueltas se extendían a lo largo de 13,600 km, así que el gobierno regresó casi 800 km más de los que había recibido. A mediados de 1929 se hizo el intento de reorganizar los ferrocarriles con el fin de reducir los gastos e incrementar los rendimientos. Con motivo de la crisis de los treinta, la actividad del sector de comunicaciones y transportes reportó un colapso de 15.5% entre 1929 y 1932. Ante la imposibilidad de mejorar la situación de las vías férreas, el gobierno mexicano prácticamente se vio obligado a expropiar los Ferrocarriles Nacionales a finales de 1936 por el presidente Lázaro Cárdenas, alegando el beneficio de la nación. La administración de la nueva empresa se puso en manos del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana. Paulatinamente se fue logrando la completa nacionalización de las líneas ferroviarias, en un proceso que buscaba la unidad de todos los sistemas. Para 1970 si bien la nacionalización se había completado, no todos los ferrocarriles formaban parte de la misma empresa y entre 1972 y 1981 todas las líneas del ferrocarril en México pasaron a formar parte de una sola empresa: Ferrocarriles Nacionales. En 1983 se emprendió un programa de modernización del sistema ferroviario, se electrificaron algunas vías y se impulsó el transporte de pasajeros.
En 1994, la actividad ferroviaria participo en el sector privado mediante la construcción de terminales interiores de transferencia de carga y en 1995 se confirmó un dictamen en el que se autorizó hasta el 100% de capital extranjero en los ferrocarriles mexicanos.
Las carreteras
El sistema carretero fue la competencia más fuerte a la que debieron enfrentarse los ferrocarriles, los usuarios apoyaron y presionaron al gobierno para que construyera carreteras que soportaran el autotransporte. Madero creo la Inspección de caminos, carreteras y puentes, dependiente de la secretaria de comunicaciones y obras públicas. Con la mayor utilización de los vehículos automotores, se vio la posibilidad de que estos se complementaran el trabajo de los ferrocarriles, se favoreció la construcción o adaptación de caminos sobre rutas donde no pasaran vías férreas, carreteras con pavimento petrolizado o de concreto. En las dos primeras décadas del siglo XX, la mayoría de los viajes en automóvil o camión eran cortos debido a que los neumáticos no soportaban distancias mayores a los 50 o 60 km. La construcción y financiamiento de las carreteras mexicanas,
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