Genesis De Las RI

INTRODUCCIÓN.

Este trabajo tiene como principal propósito ser de ayuda y apoyo a la exposición del equipo 4 de la asignatura de Introducción al Estudio de las Relaciones Internacionales.

En los apartados que vienen a continuación están todos los subtemas de la Unidad IV llamada: Génesis y Desarrollo de las Relaciones Internacionales. Donde incluimos el nacimiento de las R.I. desde un sentido “primitivo” hasta que ésta alcanzó la categoría de ciencia social.

Durante las siguientes páginas pasaremos por las diferentes divisiones de la historia como la Edad Antigua, la Edad Media; además de sucesos que contribuyeron en gran medida al desarrollo de las relaciones internacionales como la paz de Westfalia, la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra mundial y los tiempos de la Posguerra o la Guerra Fría.

Al concluir este análisis se espera que nuestros compañeros comprendan los hechos sociales, políticos y económicos por los cuales el hombre se vio obligado a crear una ciencia con la capacidad de interpretar, analizar, crear, manejar y manipular las Relaciones Internacionales que hoy en día imperan en nuestro planeta.

Los integrantes del equipo 4.

EDAD ANTIGUA.

La Edad Antigua es la época histórica que coincide con el surgimiento y desarrollo de las primeras civilizaciones o civilizaciones antiguas. El concepto más tradicional de historia antigua presta atención a la invención de la escritura, que convencionalmente la historiografía ha considerado el hito que permite marcar el final de la Prehistoria y el comienzo de la Historia.

Los hechos y asuntos Internacionales se presentan a primera vista como fenómenos únicos, como carentes de esa regularidad que permite en otras disciplinas sustentar hipótesis sobre los hechos observados y formular generalizaciones sobre su previsible comportamiento.

Los hechos Internacionales, resultan de la actividad de un número más bien reducido de entidades o Estados nacionales. También son fuentes de investigación históricas, a las que se les negaba carácter de disciplina objetiva y científica.

La historia no es ni un proceso inevitable ni la apología del azar y que dentro de su dominio de investigación son posibles explicaciones e interpretaciones racionales.

El historiador procede a su propia selección de acontecimientos, que muchas veces no advierten los contemporáneos de los sucesos. Así mismo no se emiten apreciaciones valorativas, pero estos juicios son los del historiador o de su época, pero no de la historia. Un proceso similar de selección y de conocimiento se aplica a los hechos internacionales aunque la selección y la valoración conciernen a los politólogos y sociólogos. La consecuencia de este nuevo enfoque del estudio de las Relaciones Internaciones ha permitido que las antiguas concepciones tengan cada vez menos adherentes.

Las Relaciones Internacionales como tal no existían en la Edad Antigua, la única relación que existía entre las grandes potencias era la fuerte delimitación territorial, basada más que nada en la guerra. Estas guerras eran protagonizadas por pueblos bárbaros.

La historia de las Relaciones Internacionales están bastante manipuladas por quien es el estado fuerte y por quién gana las guerras. Hay diferentes puntos de vista sobre una cosa dependiendo desde donde se mire. Casi nunca las Relaciones Internacionales son de igual a igual, los estados utilizan la mayor fuerza o la debilidad de los contrarios. Se establecen sistemas de alianzas que garanticen la existencia o la hegemonía de los Estados. Se busca un equilibrio continental sin que ninguna potencia despunte sobre las demás, si alguna sobresale hay alianzas para derribarla. Estas están condicionadas por los aspectos económicos, políticos y sociales de los países.

Dividir la historia en edades es un recurso para ordenar el relato de los acontecimientos.

La edad Antigua es un tiempo transcurrido entre los siglos VIII y II antes de nuestra era. El hombre en este periodo se vuelve consciente de su totalidad, de sí mismo y de sus límites.

Las relaciones internacionales son las rivalidades y conflictos entre los grandes Estados y el espectáculo de los cambiones sobrevenidos en las jerarquías de esos países. Ahora bien desde el punto de vista de los europeos es el progreso de las relaciones entre los continentes, el ritmo de los progresos técnicos que han facilitado el desplazamiento de los hombres, el transporte de mercaderías y el intercambio de ideas.

Las primeras sociedades se localizaron en el Antiguo Oriente, en el Asia Oriental y meridional (Cercano y Medio Oriente) y en una parte de África. Estaban formados los primeros imperios antiguos de Egipto, Babilonia, India y China, algunos de los cuales adquirieron la forma conocida como DESPOTIA: un sistema de comunidades de aldeas, frecuentemente dependientes de grandes cursos de agua, sometidas a un poder fuerte y centralizado.

Todas estas sociedades y civilizaciones mantuvieron relaciones pacíficas con otros grupos humanos basadas en intereses comunes, aunque con mayor frecuencia entraron en conflictos y guerras. Por consiguiente existieron diferentes derechos internacionales propios de esas remotas civilizaciones.

Estas relaciones internacionales se desarrollaron en dominios geográficos limitados, exceptuando a las de Grecia, Roma, China e India, quienes alcanzaron una escala espacial superior.

Las civilizaciones europeas, a pesar de su acceso más tardío a la historia, ocuparon pronto las posiciones claves en el dominio del mundo.

Las antiguas civilizaciones carecieron de la capacidad práctica de dominar y transformar su medio por una experimentación objetiva, mientras que las primeras civilizaciones europeas, las de economía artesanal y comercial de la polis, revelaron inicialmente una nota dominante de adaptación, sucesivos cambios y progresos materiales.

EDAD MEDIA.

Con la decadencia final y el ulterior colapso del imperio romano –que se ubica convencionalmente entre los años 455 y 476 de nuestra era- se clausura una época. En las comarcas occidentales del imperio romano había ocurrido un proceso de lenta penetración y asentamiento de los “barbaros” que, como una tempestad, terminaron por abatir a Roma. Los estudios modernos abandonan la imagen de “noche de los tiempos” que los historiadores habían diseñado para la prolongada edad media. En realidad, durante su transcurso

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