HISTORIA DEL ESTADO DE MEXICO
Enviado por Ariel Ordóñez Núñez • 14 de Octubre de 2016 • Documentos de Investigación • 2.542 Palabras (11 Páginas) • 511 Visitas
La danza de concheros es una de las expresiones artístico culturales que dan cuenta de la historia y filosofía del México prehispánico, en ambiente y contexto de la religión cristiana; por ello esta danza “es producto del fructífero sincretismo espiritual alcanzado como resultado del encuentro de dos mundos ocurridos en el siglo XV. Los concheros lograron preservar un gran número de danzas sagradas prehispánicas y, junto con ellas, buena parte de lo esencial de las antiguas tradiciones, mismas que incorporaron a las prácticas de la religión católica”. (Velasco, 1993, Pág. 48)
Es importante aclarar que la danza de concheros es una tradición que muchos conocen, pero que pocos han podido desentrañar en sus estudios.
No sólo abarca baile, también es música, no sólo es rito, también es festejo; no sólo es alegría también hay tristeza.
SU ORIGEN
Comparte Carlos Fuentes una charla con Martín Caparros su amigo Argentino sobre la pregunta de un periodista ¿Cuándo empezó México? Dice Caparros <
a) Su origen prehispánico
El antecedente más remoto (documentado) del origen de los concheros, son las narraciones de Fray Bernardino de Sahagún (1985) quien bajo su visión extranjera refiere al baile y la música en los grandes mitotes, y junto con Duran (1984) dejan clara a la imaginación el cuadro perfecto del baile de los aztecas.
Para estudiosos contemporáneos (IIDDM A.C., 1985) la danza de concheros representa la guerra florida, tradición originada entre los aztecas y más que una lucha por extender territorios era de carácter ritual donde los prisioneros eran objeto de sacrificio para alimentar a los dioses. Así está danza ha trascendido hasta nuestros tiempos.
b) Su fusión con el catolicismo
A decir verdad la danza de concheros es originaria del centro de México y aunque en un texto de Luis Cobarrubias (sin mayor referencia) se mencionan “Tres grandes congregaciones: la del Distrito Federal, llamada Gran Tenochtitlan; la del bajío, que comprende los Estados de Guanajuato, Querétaro e Hidalgo; y la de Tlaxcala” existen documentos que definen la trascendencia del Estado de México en esta tradición.
Para Vázquez Romo, es a partir de una leyenda, que se puede ofrecer una explicación fantástica de los hechos que tiene lugar al final de la lucha de conquista a los chichimecas en el territorio comprendido entre el Estado de México y el de Querétaro; aunque, explica él mismo, cabe la posibilidad de que dicho fenómeno haya sido un eclipse. “En el cielo apareció la figura del apóstol Santiago en su caballo blanco y junto a él, una hermosa cruz resplandeciente. Ante tal portento se suspendió la batalla y mirando al cielo los indios y españoles alabaron diciendo; es él, el dios” (Pág. 159). Los chichimecas tomaron el bautismo con la condición de eregir una cruz en ese lugar, y el 14 de septiembre de 1531 los chichimecas celebraron con una danza ceremonial.
A partir de este acontecimiento, extraordinario o no, dice Romo “Los indios chichimecas organizados en cofradías militaron cargos y grados como general, capitán, sargentos, alférez y soldados, y las malinches o tenanches caracoleros y concheros, se lanzaron a la tarea espiritual de conquistar poblados”. Verdad o mentira, lo cierto es que la supuesta organización referida en esa ponencia del profesor Romo contrasta con otros documentos y aseguran que durante el siglo XVII y XVIII surgieron las primeras cofradías de danzantes de concheros en el valle de México, recuperando a Tlatelolco como el punto central de una cruz formada por cuatro santuarios que curiosamente fueron también centros de adoración indígena (Velasco, 1993, Pág. 50); al norte la basílica de Guadalupe, al sur el Santuario de Chalma, al poniente Los Remedios y al oriente el Señor del Sacromonte, en Amecameca.
La organización parte de una mesa central o corporación general que “era la que se formaba de la unión de 10 o 15 mesas o grupos de danza, tenían un capitán general o ‘tata’, se auxiliaba de un regidor general de mesa que avisaba a todos. Existían también los sargentos generados, que recorrían las mesas para supervisar el cumplimiento de su mandato” (Álvarez,1998, Pág. 143)
En el Estado de México existían varias mesas ubicadas en diversos municipios, San Juan Atzingo, Ixtlahuaca, Zinacantepec y algunas de ellas todavía continúan con su obligación en Chalma, los remedios, la basílica, el carmen, etc.
EL SIGNIFICADO
Todos los autores (IIDDM, Cobarrubias, Velázquez) coinciden en señalar que la danza de concheros está ligada al mito solar; el punto de partida es el sol, que guía a los astros, quienes como él, en su trayectoria sideral sufren varias contrariedades. De ahí se desprende la coreografía en círculo, principalmente, que representa una función de rito.
También la guerra florida forma parte del significado o sea la lucha espiritual del hombre por superarse en todos los aspectos; pelea entre lo bueno y lo malo, lo activo y lo pasivo, la ignorancia y la sabiduría, la luz y las tinieblas, la vida y la muerte, entre las cuales el hombre se debate.
VESTUARIO.
Sin duda alguna el vestuario es el factor más importante que liga a la práctica de esta danza con las tradiciones prehispánicas, e incluso muestra el cambio de un pensamiento en armonía con la naturaleza a otro producto de prejuicios carnales construidos desde el catolicismo.
Desde las descripciones de los viajeros extranjeros dicen García e Iturriaga (1999) así como Duran (1984), Sacaban diferentes trajes de mantos y plumas y cabelleras y máscaras, vistiéndose unas veces como águilas, otras como tigres y leones así en la danza recordamos cómo se vestían los antiguos mexicanos para la guerra, Copilli - corona, pectoral, maxtlatl o maztle - mal conocido como taparrabo, Matzopeztli y cozehuatl – brazaletes y espinilleras, cactle – huarache tilmatl – capa, sin faltar las armas de la guerra: Chimalli – escudo y macuanitl – macana.
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