Industria S Xix

Como podemos ver la industria, el comercio y los demás servicios terciarios solamente daban empleo a un 21 por ciento de la población, y que a pesar de los esfuerzos de Lucas Alamán por industrializar a la país durante la época de 1821 a 1880, si se hizo un crecimiento significativo más no importante.

México era un exportador de materias primas al final de la independencia y lo seguiríamos siendo, bueno prácticamente hasta nuestros días.

Hacía falta desarrollo de tecnología, porque era muy costoso importar estas máquinas del extranjero que en ese entonces sería la única forma de hacerlo, además la necesidad de repuestos que vinieran desde muy lejos así como para su mantenimiento. Además que su desarrollo también dependía de los caminos que aún no eran trazados en el amplio territorio mexicano, las vías de comunicación serían un impedimento del desarrollo del país en todos los sentidos.

La situación de los pocos trabajadores de la industria sería básicamente de las mismas condiciones deplorables, aunque ellos no contaban con la atadura a un pedazo de tierra y representaban una clase principalmente asalariada, su remuneración y sus horas de trabajo son equiparables a las condiciones del campo.

La generación de esta fuerza de trabajo sería difícil debido a que la mayoría de la población se encontraba trabajando ya sea en el campo o en las minas y muchos de ellos ostentaban deudas con sus patrones que prácticamente los haría dueños de su persona.

En cuanto el comercio también sería vital la creación de mejores caminos para distribuir los productos, pero esto no se daría hasta el porfiriato.

La anarquía que se vivía en tiempos post independentistas se vería reflejada en la cantidad de contrabando y los ultrajes en muchos de los caminos del país.

En el ámbito intelectual habría una escasa cantidad de profesionistas, muchos de los que impulsarían la industria en México tendrían que ser extranjeros, así como los mismos que dirigirían las obras públicas. La incipiente clase media se formaría más que nada por trabajadores del Estado y la Iglesia que aun así no llegarían a representar una cantidad significativa de la población.

Con toda la actividad volcada hacia la minería y la agricultura aunado con que habría en realidad muy pocos propietarios de todos estos recursos naturales no hay duda que la pequeña ventana para no ser un jornalero o un obrero más, era de hecho demasiado pequeña. Las trabas que ponían a sus trabajadores además harían imposible que ellos fueran capaces de perseguir otras ambiciones fuera de la de ganarse el pan de cada día.

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