Influencia del poder político en la cultura social, desde el recuerdo histórico

Influencia del poder político en la cultura social,

desde el recuerdo histórico

En estas líneas, se tiene como interés, dar a conocer la propuesta de Isócrates, sobre la novedad que puede tener la retórica, y su influjo en el medio social de Grecia. En Isócrates, como en muchos otros griegos del entorno (intelectuales sobre todo), existe el sentimiento de un ideal panhelénico, y cree poder alcanzarlo con el uso de la retórica, la cual concibe como una herramienta formativa, capaz de crear cultura; es decir, que este ideal consiste en hacer de Grecia una verdadera paideia, como fundamento educativo para otras naciones. Isócrates considera que Grecia, no puede ser una nación que se sume al montón, sino que debe distinguirse por los valores supremos de la armonía, la paz y la concordia.

Para el contenido de esta reflexión, nos vamos a valer del texto “Paideia: los ideales de la cultura griega”, de Werner Jaeger. Nos centraremos en los apartados III y IV; el primero tiene como tema la educación política y el ideal panhelénico, y el segundo, que podemos considerar como continuación, versa sobre la educación del príncipe. Toda la lectura está centrada en la propuesta de Isócrates: formar, crear cultura.

¿De qué o de quién dependen los verdaderos cambios culturales? Podemos deducir subjetivamente, después de haber abordado el texto, que esta es la pregunta que desarrolla Isócrates en su propuesta; y rápidamente valiéndonos de los títulos que encabezan cada apartado, precisaríamos de antemano que el qué, son los ideales, y el quién, representa la figura del príncipe, rey o gobernante. Pero vale la pena mirar de qué manera, y por qué Isócrates llega a postular esto.

Como ya dijimos, Isócrates asimila y se hace cargo de la retórica, pretendiéndole dar una nueva cara; puesto que Platón ya empezaba a dudar de ella por su indiferencia moral, y prefería postular a la filosofía como verdadera retórica. La retórica, era utilizada en los fines políticos, e Isócrates reconoce que es su hábitat, como también aplaude a la filosofía por la superioridad educativa en lo moral. Platón sospechaba de la retórica justamente, porque en los fines de la política, se le hacía prescindir de toda moral, era algo salvaje, y su mayor representación eran las guerras. Precisamente este panorama, es el que le hace plantear a Isócrates, el objetivo de convertir la retórica en verdadera educación, dándole por contenido las cosas supremas. El problema que Isócrates veía, era que se le había dado a la retórica un falso punto de apoyo; e insiste en que el tema de la retórica si debe ser la política, entendiendo a esta, como aquello que afecta, beneficia o daña la polis.

Ahora; contextualicemos en la situación del momento para comprender tanto a Platón como a Isócrates:

La política generalmente, se movía en el pugilato maquiavélico, y tenía como fin, la expansión territorial (mando político) y el acrecimiento económico; es decir, el ambiente era de continua guerra, entre las ciudades-estado griegas, y las vecinas; unas querían sobre salir y tener el control. Ante esto, la gente culta entra en reflexión, buscando una solución redentora de tal pesadilla; y es aquí donde aparece el despertar de unos ideales nuevos de cultura; y empezó a proclamarse la concordia como sumo bien. Esquilo redujo esta concordia, haciéndola válida sólo entre los vecinos helenos. Mentes ilustradas se preguntaban, cómo la solidaridad, la concordia, habían de reducirse en las fronteras de la raza. Para estas mentes, la sola existencia humana constituía un vínculo general y más fuerte que el de la raza. Poco a poco se fue dando la asimilación de estas ideas; la dificultad estaba en que los griegos eran cerrados en el estrecho de la polis.

Platón influenciado por la nueva mentalidad, califica de despótico y arbitrario el gobierno, y piensa la necesidad de una constitución para la nación. Aristóteles vio en esta posibilidad de unión, un arma de dominio. Fue así como la solidaridad nacional fue calando, y el vínculo ético trascendía las fronteras de las ciudades-estado; y mejor se le puso límite a la política egoísta de los estados sueltos. La verdaderamente responsable de estos cambios en la cultura es la retórica, que hizo posible la gestación de la nueva conciencia del panhelenismo; fue así como Grecia se fue convirtiendo en imagen representativa de educación cultural, esto es, paideia. Pero no fue toda Grecia la que empezó; dentro de ella, Isócrates hace el justo reconocimiento a Atenas, como primera paideia para las ciudades-estado griegas. ¿Por qué Atenas y no otra ciudad-estado?

Exactamente porque en ella y desde ella, nace la conciencia panhelénica, que no se limitaba como lo pensó Esquilo a la amistad de las ciudades griegas, sino que estaba abierta a todas las naciones. Es la historia de Atenas la que le da licencia para el reconocimiento de paideia, y ser símbolo representativo de Grecia.

Los comienzos de lo que verdadera mente se puede llamar cultura, se da para Isócrates en Atenas, entendiendo la cultura como la superación del salvajismo. Y esta afirmación, Isócrates no la hacía por ignorancia; él sabía de Egipto, Fenicia y Babilonia, otras grandes culturas; pero el interés de su filosofía histórica estaba en dar fe de lo relevante de la cultura alcanzada en Atenas para toda Grecia. Atenas, significó asilo, auxilio y protección para muchos extranjeros, por ser un estado de derecho, con una educación política superior, capaz de menguar el dolor

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