LA ADECUACIÓN Y LOS PARÁMETROS DE UNA SITUACIÓN DE COMUNICACIÓN

LA ADECUACIÓN Y LOS PARÁMETROS DE UNA SITUACIÓN DE COMUNICACIÓN

No usamos el lenguaje en el aire. Siempre que hablamos o escribimos, cuando escuchamos algo o lo leemos, lo hacemos dentro de una situación de comunicación particular que nos mueve a usar el lenguaje de manera específica. El ser humano es un ser social que permanentemente establece contacto o se relaciona con los demás, se comunica. Cada vez que lo hace se produce una situación comunicativa. Las circunstancias nunca son iguales y de ahí que haya una enorme variedad de situaciones comunicativas.

La adecuación es la propiedad del discurso o del texto que permite ajustarse a cada situación particular de comunicación. La persona que se comunica de manera oral o escrita selecciona las opciones más pertinentes para conseguirla. Los seres humanos tenemos una comprensión bastante natural de esta necesidad de ajustar  nuestro discurso a la situación. Pero la comunicación es un proceso complejo y lograr que el discurso o el texto sean adecuados  no siempre es fácil. Una manera de lograrlo es precisar cuáles son los parámetros de una situación de comunicación, es decir, cuáles son los factores o variables que siempre entran en juego cuando interactuamos con los demás. A continuación presentamos los principales parámetros de una situación de comunicación.

EL PROPÓSITO

El propósito comunicativo o intención comunicativa precisa el sentido de las interacciones humanas. La comunicación siempre tiene un fin: entender algo, expresar alguna emoción, informar sobre algún suceso, opinar, impulsar un producto frente a un posible comprador, divertir, conmover, enamorar, explicar algo que no se ha podido comprender. Y el lenguaje es la mejor herramienta que disponemos para lograrlo.

Desarrollar la habilidad para reconocer cuál es la función más apropiada del lenguaje de acuerdo a la situación permite hacer un uso estratégico de la comunicación. De éste depende en buena medida los resultados exitosos de nuestros encuentros con los demás.

AUDIENCIA (EL DESTINATARIO)

El destinatario, al que también puede llamarse audiencia, determina asimismo el tipo de comunicación. No es igual tratar de convencer de algo a un amigo que al jefe o al Decano de la Facultad y por esos no usamos las mismas palabras ni las mismas estrategias para conseguirlo. Aunque no nos demos cuenta de lo que estamos haciendo, siempre intentamos adecuar nuestro mensaje de acuerdo a nuestro interlocutor.

EL EMISOR.

El emisor es el que produce el mensaje. La misma persona no actúa igual si su mensaje es un trabajo escolar o una charla con su mejor amigo o amiga. Su manera de emitir el mensaje varía si, por ejemplo, éste está dirigido a alguien en condición de igualdad, si se trata de una persona de mayor jerarquía o si se trata de un subalterno o de alguien que desconoce lo que esta persona sí sabe.

EL MENSAJE.

Alrededor de un mensaje se produce un acto de comunicación. El mensaje pone en contacto al receptor y al emisor. El lenguaje verbal es el instrumento  más poderoso  para formular un mensaje, pero éste también puede ser gestual o visual, a través de imágenes, símbolos, etc. El mensaje siempre se refiere a algo, de ahí que llamemos REFERENTE. En nuestro afán comunicativo seleccionamos los recursos que nos permitan que el tema al cual alude el mensaje que producimos consiga su propósito. Frente a una situación comunicativa es importante entonces distinguir cuáles son los recursos más apropiados para conseguir nuestro propósito  dentro de una determinada situación comunicativa.

EL LENGUAJE:

Al seleccionar el tipo de lenguaje apropiado para cada situación (opciones léxicas) tenemos:

EL REGISTRO. Este nos permite establecer el grado de formalidad de la comunicación. No es igual el lenguaje que se utiliza cuando escribimos un documento oficial, cuando hacemos un trabajo académico o científico, cuando le hablamos a un amigo o a un familiar muy cercano, un paisano, etc. El registro puede ser formal, informal, académico, especializado, coloquial, familiar dialectal, regional, entre otros.

EL TONO: Se refiere, de manera especial a como se modula la voz o se registra en un texto una cierta actitud o estado de ánimo. Por ejemplo: Neutro, grosero, enfático, afectado, amable, irónico, suplicante, irritado, dulce, etc.

EL VOCABULARIO. Está implícito en los dos anteriores y se precisa para ampliar la conciencia estratégica en el uso de un determinado  tipo de lenguaje  en la comunicación. Podemos elegir palabras que sean de uso frecuente y sencillo o que sean rebuscadas y elegantes; podemos utilizar un vocabulario amplio, reducido, tosco, elaborado, vago o preciso,  entre otros.

Taller: Tipología textual

Tipo de Escritura

Fuente: [extraído de Sebranek, Meyer y Kemper, 1989]

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