LA FAMILIA MEDIEVAL A LA FAMILIA MODERNA

BLOQUE I. LA EDUCACIÓN DE LOS JÓVENES EN LA ERA PREVIA A LA INDUSTRIALIZACIÓN APRENDICES Y MAESTROS EN LOS TALLERES DE ARTES Y OFICIOS

DE LA FAMILIA MEDIEVAL A LA FAMILIA MODERNA

Durante el periodo comprendido del siglo XV al XVIII ocurrieron cambios importantes en la vida sentimental de las familias así como también un cambio de actitud de la familia para con el niño.

En  las familias medievales la falta de sentimientos se manifestaba particularmente en su actitud para con sus hijos, estas familias conservaban a  sus hijos hasta la edad de los siete o los nueve años y eran colocados en casas de otras personas, para el servicio ordinario, durante siete u nueve años realizaran todos los trabajos domésticos, todos envían a sus hijos a casas ajenas mientras que en su casa reciben a niños ajenos.

En la edad media era esencialmente importante, el servicio. El único servicio que se pudo concebir durante mucho tiempo era el servicio doméstico, para el hombre de la edad media no producía ninguna degradación o repugnancia; si no lo contrario tenían que ser buenos servidores .Tenían que saber servir la mesa (para parecer bien educado no era suficiente saber comportarse en la mesa, era preciso además saber servirla), preparar las camas acompañar a su señor, etc.

Estar en servicio doméstico no era considerada como una situación definitiva, si no como un periodo de aprendizaje, es decir el servicio doméstico se confundía con el aprendizaje, forma muy general de la educación. El muchacho aprendía con la práctica y no era limitada a una profesión; a través del servicio doméstico, el amo trasmitía al aprendiz el caudal de conocimiento, la experiencia práctica y el valor humano que se suponía debía poseer.

En esta trasmisión del aprendizaje directo de generación en generación  no había espacio para la escuela .En realidad la escuela era dirigida únicamente a los clérigos, se presentaba como un caso aislado; incluso los clérigos enviados a la escuela estaban frecuentemente confiados, de aprendices, a un clérigo, a un sacerdote, a quien servían. El servicio del clérigo era tan instructivo como la escuela. El aprendizaje era la norma común.

Existen escritos que muestran que hubo casos en los que el aprendizaje  saliera de su empirismo para tomar una forma más pedagógica. Había cosas que se aprendían practicándolas como la equitación, el manejo de las armas y los modales caballerescos y algunas disciplinas técnicas como la escritura ,procedan de un aprendizaje ya organizado y escolarizado.

La trasmisión de los conocimientos de generación en generación estaba asegurada por la participación familiar de los niños en la vida de los adultos. Las escenas de la vida cotidiana reunían constantemente a los niños con los adultos en los oficios, en todos los sitios donde se trabajaba, y en todos los lugares donde la gente se divertía, los niños estaban siempre entre los adultos, así aprendían a vivir por el contacto cotidiano.

En esas condiciones el niño se separaba pronto de su propia familia .La familia no podía sustentar un sentimiento profundo entre padres e hijos no porque no quisieran a sus hijos, si no que se ocupaban de ellos más en virtud de la cooperación de esos niños a la obra común. La familia era una realidad moral y social, más que sentimental. La familia no existía casi, desde el punto de vista de los sentimientos, entre los pobres, y cuando había bienes y ambiciones, el sentimiento se inspiraba en el que habían originado las antiguas relaciones de linaje.

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