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LA HISPANIA ROMANA Y LA MONARQUIA VISIGODA


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2018  •  Apuntes  •  1.496 Palabras (6 Páginas)  •  148 Visitas

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Tema1: LA HISPANIA ROMANA Y LA MONARQUIA VISIGODA

La llegada de los romanos a la península ibérica se produce en el año 262 a.C como consecuencia de las guerras púnicas (enfrentamiento militar entre Roma y Cartago). La derrota cartaginesa en la I Guerra Púnica, provoco la pérdida del imperio que esta ciudad poseía en el Mediterráneo central. Para recuperarse, los cartagineses procedieron a ocupar el sur de la Península.

La II Guerra Púnica se inició con la invasión de Italia por parte de Cartago. Para responder a este ataque, los romanos desembarcan en la actual Cataluña en el 218 a.C y conquistan las principales plazas cartaginesas. Tras la rendición de Cartago, Roma se hizo con el control de toda la España mediterránea y Andalucía. El resto de la conquista se realizará siguiendo las siguientes etapas:

- 187-154 a.C invasión de la Meseta Oriental.

- 154-133 a.C conquista de la Meseta central y occidental.

- 133-29 a.C invasión de las baleares y guerras civiles.

- 29 a.C- 19 d.C conquista de la zona cantábrica.

Finalizada la conquista se produce la romanización, un proceso mediante el cual la cultura romana sustituye hasta ahora a las que se encontraban en la península. La romanización no fue igual en todas partes, el sur y la zona mediterránea fueron profundamente romanizadas, mientras que el centro y el oeste vivieron el fenómeno en menor grado, y el norte apenas se vio afectado.

La romanización, a efectos prácticos, consistió en la implantación del idioma, la religión, la sociedad, las leyes, la economía y la organización administrativa romana. La lengua romana fue el latín que poco a poco consiguió implantarse hasta hacer desaparecer todas las lenguas que ya existían. Casi todos los idiomas y dialectos que se hablan actualmente en la Península Ibérica derivan del latín.

El derecho romano sustituyo las leyes autóctonas, más primitivas y atrasadas y se convirtió en la base de casi todos los códigos de leyes que se han elaborado desde la Edad Media hasta hoy.

Mientras que la religión romana vivió un proceso de fusión con las religiones celticas e iberas con las que se toparon los invasores. Los dioses romanos asimilaron a las deidades de los invadidos, y se instauro el culto a el emperador. Más adelante aparecieron otras religiones orientales como los cultos a Isis, Cibeles, Mitra o los misterios griegos. Como una más entre ellas hizo su aparición el cristianismo. Con un mensaje intimista y de salvación, resulto muy favorecida para los grupos sociales menos favorecidos. Aunque no se sabe muy bien en que momento apareció en la Península, para mediados del siglo III d.C existen ya numerosos grupos cristianos que sufrieron las consiguientes persecuciones por parte del gobierno romano. Cuando en el 312 d.C Constantino legalizo esta religión, ya existían numerosos obispados, especialmente en el sur. Posteriormente, y al igual que en el resto de Europa, la nueva religión acabará eliminando a otras, aunque, ella también se verá perjudicada por números herejías.

La sociedad romana también sustituyo poco a poco a la indígena, si bien ambas convivieron durante un tiempo. Inicialmente la visión básica era entre ciudadanos romanos y no romanos, Los primeros tenían una serie de derechos políticos y legales que les hacían superiores a los segundos. Inicialmente, los ciudadanos romanos estaban compuestos por romanos e itálicos que habían llegado a la península como soldados, administradores, colonos, etc. y que solían vivir en las ciudades. Con el paso del tiempo, muchos indígenas fueron accediendo a este título sirviendo en el ejército o bien como forma de recompensar a las elites más colaboracionistas. Para el 70 d.C, emperador Vespasiano concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes de la península y en el 212 d.C Caracalla hizo lo mismo.

Por todo ello, a partir de cierto momento, la sociedad hispano-romana empezó a regirse por otros parámetros. Uno basado en la riqueza, con una pequeña nobleza de administradores y dueños de latifundios y una gran masa de artesanos, pequeños propietarios, etc. Y otro centrado en la dualidad hombre libre/esclavo.

Inicialmente, Roma se planteó el dominio sobre la Península Ibérica como una forma de explotación económica. Especialmente en la minería, uno de los sectores más ricos. Las minas eran propiedades del estado y se explotaban mediante esclavos. Con el paso de los años, la agricultura se acabó convirtiendo en el sector más importante, tanto para abastecer al mercado interno como para exportar a otros puntos del imperio. Roma impuso una serie de cultivos (vid, olivo, trigo) y técnicas (arado, barbecho, regadío) que tuvieron gran éxito. La base de este sistema

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