La Fundación de Puebla
Enviado por puebla34 • 18 de Febrero de 2013 • 6.303 Palabras (26 Páginas) • 436 Visitas
La Fundación de Puebla que originalmente se llamó Ciudad de los Ángeles, poco después Puebla de los Ángeles y actualmente la ciudad de Puebla de Zaragoza, se efectuó el año de 1531, en el marco de la conquista y colonización del Nuevo Mundo.
Después de la caída de Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521 y continuando el proceso de conquista y evangelización, se vio la necesidad de fundar un pueblo intermedio, entre el puerto de la Villa Rica de la Vera Cruz y la nueva capital, para el creciente flujo de inmigrantes españoles que sin recursos y sin la esperanza de obtener encomiendas pudieran establecerse, al mismo tiempo que sirviera como sitio de descanso y curación para los pasajeros provenientes de Veracruz. Para cumplir con el propósito original de ser una colonia exclusiva de españoles, era necesario no despojar de sus tierras a ningún pueblo indígena.
Al mismo tiempo, el establecimiento se concibió como un experimento social utópico que trató de proteger a los indios del abuso de los conquistadores y de los nuevos colonizadores españoles, creando una comunidad igualitaria, que sin el apoyo de aquellos prosperaran y crearan riqueza a la colonia y a la corona, y en un sentido practico, asegurar las comunicaciones y el comercio entre México y la costa, así como para vigilar a una populosa región indígena en caso de una rebelión, sin embargo el experimento social finalmente se vio frustrado ante la imposiblidad de prescindir de la mano de obra indígena, para convertirse al poco tiempo, en una sociedad aristocratica y opuesta a los principios que la crearon.1
Índice [ocultar]
1 Antecedentes
1.1 La fundación
1.2 Puebla vuelve a fundarse
1.3 La utopía social llega a su fin
2 El proyecto de ciudad
3 Controversias
3.1 Sobre los fundadores originales
3.2 Sobre el lugar de la fundación
3.3 Sobre el nombre
3.4 Sobre la fecha
4 El Escudo de Armas de la ciudad de Puebla de los Ángeles
5 Referencias
6 Bibliografía
[editar]Antecedentes
El monumento a los fundadores de Puebla, la reina Isabel de Portugal, el obispo dominico fray Julián Garcés, Juan de Salmerón y fray Toribio de Benavente (Motolinia).2 3
Véanse también: Fundación de la Nueva España y Puebla de Zaragoza.
El nombrado obispo, el dominico Fray Julián Garcés arribó a la Nueva España en 1526 y escogió a Tlaxcala como su nueva sede episcopal, la encontró con una numerosa población indígena y escasa de españoles, y propusó que se estableciera en ella una comunidad hispana. La razón era que Cortés no había olvidado la alianza y cooperación de Tlaxcala en la conquista y en premio eximió su territorio de establecimientos españoles, esto fue una invitación para que hordas de oportunistas españoles irrumpieran a sus territorios y fuera de la ley abusaran de los indígenas para su beneficio. Garcés advirtió de las violaciónes a la ley y del temor por la seguridad de sus sacerdotes, además que el abuso a los indios era un mal ejemplo y estaba en completa contradicción con lo que el dominico pretendia para ellos: su conversión y educación cristiana. Garcés pensaba que una comunidad hispana formalmente establecida haría imperar la ley en su nueva diócesis y agregando discretamente que con ello beneficiaría a los ingresos reales y a los propios indios.1
Garcés no fue el único en advertir de estos problemas sino también los franciscanos encabezados en Tlaxcala por Motolinia quien advertia a los oidores que la misma situación privaba en toda la Nueva España, tal como lo escribió en su Historia:
...que hiciesen un pueblo de españoles, y que fuese gente que se diesen a labrar los campos y a cultivar la tierra a el modo y manera de España, porque la tierra había muy grande disposición y aparejo; y no que todos estuviesen esperando repartimiento de indios; y que se comenzarían pueblos en los cuales se recogerían muchos cristianos que al presente andaban ociosos y vagabundos; y que también los indios tomarían ejemplo y aprenderían a labrar y cultivar a el modo de España; y que teniendo los españoles heredades y en qué se ocupar, perderían la voluntad y gana que tenían de se volver a sus tierras, y cobrarían amor con la tierra en que se viesen con haciendas y granjerías; y que juntamente con esto, haciendo este principio, sucederían otros muchos bienes.1
Tras el fracaso de la primera Audiencia, que por causa de las críticas a su mala administración impidio se llevaran a cabo los planes fundacionales, Garcés y los padres franciscanos continuaron con la petición dirigida a la corona, dice Hirschberg, que la escasa documentación disponible hace pensar que se decidió aprobar el establecimiento de la población como respuesta a la petición de Garcés, aunque el resultado no contaría con la aprobación del obispo.1
La segunda Audiencia compuesta de tres oidores y presidida por el licenciado Juan de Salmerón, llegó a México a finales de 1530 con instrucciones de instalar una población española en la provincia de Tlaxcala, pero sin tener claro la ubicación exacta, no obstante que la corona siguió las recomendaciones de Garcés de establecerla en la ciudad de Tlaxcala, al final dejó a la segunda Audiencia que practicara sus funciones discrecionales ordenando simplemente a sus representantes fundar en la provincia de Tlaxcala:
"un pueblo de cristianos españoles en el más conveniente y aparejado lugar que os pareciere"
Lo cual llevó a efecto con la condición de no usurpar las tierras de los indios, Garcés se convirtió por algunos años en un acerrimo opositor del nuevo establecimiento, así mismo el procurador de Puebla ante la corte Bartolomé de Zárate en una relación de 1544, mencionaba que Puebla debió haberse fundado en la ciudad de Tlaxcala, o por lo menos dentro de sus límites pero que la Audiencia no lo hizo por las razones anteriores.
Para abril de 1531 la segunda Audiencia ya había definido que el lugar sería en el camino de Veracruz a México entre las ciudades de Tlaxcala y Cholula. A pesar de quedar lejos de estas poblaciones, se recurrieron a los pueblos vecinos para ayudar a los colonos en la construcción de sus casas y en la preparación de las tierras de cultivo. La Audiencia que conocía muy bien el carácter indolente de los conquistadores al decir que "no se abaten a ningún género de trabajo por lo mucho que creen que merecen y no estar hechos a ello", prefirieron enlistar al arquetipo del labrador español. A estos primeros pobladores se les dotó de lotes para cultivar y criar ganado. Así el experimento social parecia encauzarse a buen termino, sin embargo, la mano de obra indígena, aunque fuera eventual no significaba un comienzo
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