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La Revolucion Industrial


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2012  •  2.136 Palabras (9 Páginas)  •  333 Visitas

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La doble revolución y el mundo actual

A contar del siglo XVIII se inició un proceso de profundos cambios que afectaron la organización política, social y económica de países como Inglaterra y Francia; sin embargo, tales cambios fueron paulatinamente expandiéndose para luego impactar sobre todos los países europeos y finalmente sobre todo el mundo. Para entender o explicar dicho proceso, en la actualidad se habla de una “doble revolución” para referirse conjuntamente a la Revolución Francesa y a la Revolución Industrial como el origen del mismo.

Imagen de la revolución Industrial

En su momento, los hombres ilustrados tenían plena conciencia de la necesidad de cambios; por ejemplo, propiciaron la legitimidad del poder, la división de los poderes públicos, los derechos ciudadanos y el modernismo avalado por la presencia de las máquinas en los nuevos modelos de producción. También tenían plena conciencia de que tales cambios eran por sí solos de carácter “revolucionario”; es decir, poco a poco se abandonaba la impresión dominante hasta el Antiguo Régimen de que toda “revolución” suponía retroceso, un retorno al pasado.

Muy por el contrario, por medio de la doble revolución los europeos fueron viendo cómo el mundo se transformaba de manera acelerada, los conocimientos aumentaron de manera desconocida hasta entonces y surge una nueva fe en el progreso de la humanidad. La sociedad emergente del siglo XIX no sería en nada parecida a las anteriores, ahora estamos en presencia de una sociedad en proceso de continua evolución y cambio.

En esta unidad veremos entonces de qué manera la doble revolución fue modelando la sociedad mundial del siglo XIX, cuáles fueron sus impactos en nuestro país y sus proyecciones en nuestro mundo actual.

Las potencias europeas que vencieron a Napoleón se reunieron en el Congreso Viena en 1814 para reorganizar el mapa político del continente. La intención de los vencedores era restablecer en sus tronos a todos los monarcas depuestos por el emperador y realizar un reparto proporcional de tierras para asegurar la paz y estabilidad de sus reinos.

La otra revolución

La Restauración significó el triunfo de los principios reaccionarios y conservadores, se abolió todo principio revolucionario y se restableció el absolutismo como sistema político. Sin embargo, este triunfo conservador no sería duradero pues no estaba acorde con los nuevos tiempos, la herencia de la doble revolución y sus profundas transformaciones en la política, economía, sociedad y en la propia mentalidad de las personas, no toleraba otra forma de gobierno que no estuviese sustentada en principios constitucionales y democráticos.

Ideas modeladoras de los nuevos tiempos

Liberalismo

El liberalismo es una ideología política que, desde un principio, abogó por la igualdad formal frente al poder jerárquico y hereditario. Su bandera de lucha fue la de la igualdad de oportunidades para todos.

De acuerdo con los principios de la Revolución Francesa, el centro y medida de la sociedad, de las leyes y del Estado, era la persona. El reconocimiento de los derechos ciudadanos, la soberanía popular y la división de los poderes se convirtieron en pilares fundamentales sobre los cuales se debía construir cualquier tipo de organización política, especialmente del sistema republicano que se consideraba el ideal para una nación moderna.

A pesar de los intentos de restauración del Congreso de Viena, el siglo XIX sería precisamente conocido como “el siglo del liberalismo”. El énfasis puesto en el ser humano y sus distintas libertades significó la guerra declarada contra los regímenes absolutistas. Precisamente, entre 1820 y 1871, brotaron una serie de movimientos liberales y nacionalistas que tendrán por consecuencia el surgimiento de un nuevo orden político en Europa a través de la derrota definitiva del absolutismo y del nacimiento de nuevos países como Grecia, Bélgica, Polonia, Bulgaria, Rumania, y de la unificación de Estados como Italia y Alemania.

Racionalismo

Clases sociales coloniales

El liberalismo tiene sus raíces en el racionalismo, el cual no es sólo una actitud mental, es toda una posición ante la vida; de él emerge todo el modo de ser del hombre occidental moderno.

El racionalismo impone de manera secular la fe absoluta en los poderes de la razón, para ella no hay conquistas imposibles pues puede poner su orden en todo. Esta actitud alcanza plena manifestación en la organización política —Estado liberal democrático— que terminará por imponerse a contar de la Revolución Francesa y en el desarrollo científico y tecnológico —progreso ilimitado— a partir de la Revolución Industrial.

Progreso ilimitado

El triunfo del liberalismo democrático, la fe absoluta en la razón humana, y el progreso aportado por la industrialización provocó en la sociedad la sensación de que el bienestar alcanzaría a todas las personas y naciones.

El ferrocarril y los barcos habían acortado todas las distancias, las ciudades iluminadas, las bellas arquitecturas, los progresos de la ciencia, los vehículos motorizados, las nuevas comodidades, la mejor dieta alimenticia, etcétera, eran muestras de la capacidad creadora del hombre, tal capacidad no tenía límites, todo estaba al alcance de la mano del hombre. Nunca antes la idea de progreso se había desarrollado de manera tan intensa, se había logrado superar en todo al pasado y aun más, se pensaba que el futuro sería mejor.

Una importante consecuencia social de la doble revolución fue el surgimiento de un nuevo orden social: la sociedad de clases, que suponía la igualdad teórica entre todos los ciudadanos.

La supresión de los privilegios de la nobleza y del clero bajo la Revolución Francesa y el principio de libertad individual impregnado por el liberalismo, terminaron con un orden de castas, ahora, bajo la nueva sociedad el lugar que ocupaba cada individuo estaba determinado por sus méritos. Ahora bien, en la práctica la sociedad seguía siendo desigual pues dependía de la mayor o menor cantidad de riqueza de que se disponía, sin embargo, un aspecto interesante y novedoso fue que la educación empezó a surgir como un nuevo modo de progresión social.

El nuevo orden social

Crecen las ciudades

Los antiguos estamentos del Antiguo Régimen fueron remplazados por las clases sociales que se diferenciaban entre sí por su distinta capacidad económica y por poseer una cultura y mentalidad propias:

La

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