La arquitectura del siglo XVI al siglo XVIII en Europa y en Las Colonias Americanas
Enviado por Delfina Ranciari • 8 de Mayo de 2023 • Tarea • 2.017 Palabras (9 Páginas) • 154 Visitas
“La arquitectura del siglo XVI al siglo XVIII en Europa y en Las Colonias Americanas”
A partir de cada obra, cada integrante del grupo debe realizar:
1) Búsqueda de información de distintas fuentes. En cada caso indagar los siguientes aspectos:
- Legajo mínimo: Procurar un legajo mínimo de ambas obras con geometrales e imágenes que aseguren se tenga información suficiente para un conocimiento cabal de las obras.
- Ubicación en la ciudad y en su contexto histórico: Utilizando los medios digitales disponibles ubicar y determinar el entorno urbano actual y trasportarlo a como era en el momento de la construcción del edificio.
Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Córdoba: La catedral de la ciudad de Córdoba se encuentra ubicada en el núcleo histórico de dicha ciudad, que coincide prácticamente con el centro geográfico de la ciudad; su ángulo sureste (que es el tomado como referencia de dirección) da a la esquina de las calles Independencia y 27 de abril. Ocupa la amplia manzana que se encuentra frente al lado oeste de la Plaza San Martín (antigua Plaza Mayor), por su costado norte la gran iglesia se halla separada del Cabildo por un antiguo callejón llamado Santa Catalina, la parte posterior del templo da a la calle Rivera Indarte, su fachada principal está orientada hacia el este-sur-este, lo cual es singular en las iglesias de su época ya que debían tener el altar mayor orientado hacia Jerusalén (en este caso, debería estar hacia el noreste, aunque se encuentra hacia el noroeste). Al norte, frente a la parte posterior de la Catedral se ubica la pequeña, aunque histórica Plazoleta del Fundador con una escultura en bronce patinado que representa a Jerónimo Luis de Cabrera2 de pie.
Iglesia “San Ivo Della Sapienza”: La iglesia comenzó alrededor del siglo XIV, como una capilla del palacio de la Universidad de Roma. La Universidad se llama La Sapienza, y la iglesia está dedicada a San Ivo (santo patrón de los juristas), dando a la iglesia su nombre. Borromini se vio obligado a adaptar su diseño al palacio ya existente, por lo que, en cuanto a su ubicación, los edificios y monumentos se conciben para ser contemplados e integrados en plazas, desde las que se puedan contemplar y admirar. Es por esto que la iglesia está ubicada frente a una de las tantas plazas más simbólicas e importantes de Roma; la “Piazza Nanova”.
2) Realizar un análisis de Forma y de Extraforma de ambas obras buscando:
a. Título de la obra, dimensiones, lugar en que fue realizada, particularidades de la forma, composición, función, técnica, etc.
Iglesia “San Ivo Della Sapienza”: en su interior nos encontraremos con una complejísima planta que es el fruto de numerosas combinaciones geométricas. La unión de triángulos equiláteros (que generan una clara dirección centrífuga hacia sus vértices) con los círculos inscritos (que son profundamente centrípetos) genera un espacio dinámico, pero en equilibrio y prepara la arquitectura para sus paredes ondulantes. Con pilastras colocadas en las intersecciones de los distintos movimientos (centrífugos y centrípetos), las paredes cobran vida independiente, con constantes movimientos de avance y retroceso que (visualmente) solo las citadas pilastras consiguen frenar en su desbocada ondulación. Es así como Borromini consigue llegar a la excelencia de la transición entre la pared y la cubierta.
Simplemente un breve arquitrabe los separa sin romper la unidad, dejando que la cúpula y sus gallones, se adapten a las estructuras de sus paredes portantes, alternándose de nuevo las zonas cóncavas y las convexas. Sin romper el movimiento, Borromini va acercando dichos gallones hasta unirlos en un óculo central sobre el que arrancará la linterna, consiguiendo así un espacio extraordinariamente unificado en donde las tres dimensiones se intersecan para crear un ámbito móvil y cambiante que mediante cambios llega a su perfección en la zona alta, solucionando el conflicto estructural (también simbólico) presente en las zonas bajas.
En todas estas sensaciones la luz es un elemento capital que fluye sin interrupciones desde las zonas elevadas (linterna y ventanas altas) para ir debilitándose según descendemos en altura. Este cambio unido a la complejidad de la planta (que no se comprende al entrar en la iglesia), hace que el espectador eleve la mirada hacia lo alto para encontrase con la planta dibujada sobre su cabeza.
Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Córdoba: Este edificio se levanta frente a la plaza mayor, hoy San Martín, al lado del Cabildo, y posee las características del urbanismo del período colonial.
Las vicisitudes que atravesó en los largos años de su construcción, iniciada en 1581, le dieron un carácter particular. Sin perder las proporciones y armonía, registra la impronta de sus diferentes autores.
El atrio, sobreelevado mediante escalinatas, despega el volumen del nivel de la Plaza, jerarquiza el emplazamiento, acentúa el carácter monumental y refleja el poder religioso católico desde el período colonial.
En la fachada se destaca el pórtico clásico del hermano Bianchi, inspirado en la obra renacentista de Alberti y trabajado con un gran arco que representa el triunfo del catolicismo en América.
Resaltan también las pilastras apareadas y los nichos superpuestos de los intercolumnios. En el frontón, juegan cornisas que se quiebran, rompiendo con el plano bidimensional, al igual que los aleros inclinados, de inspiración manierista. Esta parte de la obra es el anticipo del primer neoclásico en Córdoba.
Se distingue, en el conjunto, la cúpula barroca con cuatro torrecillas octogonales, influencia transculturada de la Catedral románica de Salamanca, probablemente, hecha por el franciscano Fray Vicente Muñoz. Él es también quien comienza las torres, que tienen en sus ángulos superiores, en las imágenes de ángeles nativos con faldas de plumas que tocan trompetas, vestigios del sincretismo americano.
El tipo funcional, que originalmente iba a tener una nave, fue delineado finalmente con tres naves por Pedro de Torres y se corresponde con el esquema de planta de tradición jesuita. La principal tiene escasa relación espacial con las laterales y está cubierta con bóveda de cañón corrido; las laterales, que prácticamente funcionan como capillas, poseen cúpulas de platillo.
El transepto está marcado por la cúpula con linterna que apoya en pechinas y tiene un presbiterio profundo que culmina en un testero plano, característico de Hispanoamérica. En el tratamiento interior se retoman los elementos del lenguaje exterior, como las cornisas y las pilastras apareadas, que mantienen el ritmo en las naves y lo alteran solo en el crucero. Se enfatizan así los principios manieristas, que conjugan con las características del barroco clásico mediante la multiplicidad de líneas que se quiebran y el efecto del claroscuro. Las pinturas en la bóveda y la cúpula fueron realizadas a principios del siglo XX por conocidos artistas plásticos, como Cardeñosa, Orlandi y Camilloni, bajo la conducción de Emilio Caraffa.
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