La expansión europea del siglo XIX, a la que muchos denominaron “nuevo imperio”, es totalmente distinta a la expansión colonial que se había dado antes.

CAPITULO 6: La expansión de los europeos en el mundo.

La expansión europea del siglo XIX, a la que muchos denominaron “nuevo imperio”, es totalmente distinta a la expansión colonial que se había dado antes.

En la Edad Moderna había tenido lugar, una inmensa oleada de viajes, guerras y presencia de los europeos fuera de sus fronteras. Algunos lo consideran como un -milagro-dado las circunstancias y el nivel técnico que poseían los Estados que lo llevaron a cabo. Tanto por los términos económicos como políticos, incluso religiosos.

Esta nueva expansión es diferente, porque fue una expansión que acompaño el furor económico y cultural de Europa en el siglo XIX. La comparación que establece la autora es desde el punto de vista tecnológico.

La nueva expansión se asienta en los espacios y mecanismos originales de la vieja colonización capitalista comercial. Y a partir de ellos, apunto en ampliarlos y hacerlos más rentables. Son tanto los territorios ocupados, que cada vez se van haciendo más complejos y potentes los medios y resortes de la explotación, la intervención social, y no en menor medida el control militar de las colonias para integrar los imperios.

El mundo cambio de aspecto entre 1815 y1914, a través de nuevas pautas y medios de materializarse l intervención colonial. Desde el punto de vista de los medios tecnológicos empleados, fueron cruciales en esta nueva fase de penetración los baros de vapor y as quininas. Como así también el perfeccionamiento de a las armas de fuego (los rifes de repetición y las ametralladoras), el telégrafo submarino, la extracción de materias primas, y el elemento crucial de cohesión política y transformación fundamental que es el ferrocarril. En esta nueva fase, cobra una importancia decisiva: la comunicación.

1. Características generales de la expansión europea en el siglo XIX.

Hay un intercambio entre sociedades muy distintas, no solo por la desigualdad en la fuerza sino también en lo económico y cultural. Surgirán complejas y variadas relaciones entre los colonizados y colonizadores. Transformaciones de identidad y restituciones de base identitaria nacionalista, y anticolonial. De todas formas, esa dualidad no era la única forma de relacionarse entre los diferentes protagonistas.

La autora tratara de dejar expuestas las ventajas y las consecuencias de esta expansión.  Para conseguir sus objetivos: el dominio económico y la erosión cultural se sirvieron de una violencia y un despliegue tecnológico, que nada de lo que tocaron en Asia, África o en Australia quedo sin su marca.

Una característica de gran importancia de la nueva expansión es que sus fundamentos teóricos y prácticos no descansan ya en la esclavitud como principal fuerza de trabajo. La abolición legal de la esclavitud es una clave fundamental de aquella nueva fase de expansión europea. Tanto en el plano económico y social laboral como, en el terreno de las ideas y los sentimientos, de las creencias las teorías políticos y morales. Otra clave fue el -librecambio-, doctrina económica nueva, impuesta por Gran Bretaña.

Pero la abolición de la esclavitud, fue una meta que ya habían emprendido los ideólogos del siglo XVIII, propietarios y comerciantes atentos a las necesidades económicas e innovaciones, fue un proceso nada fácil. Era impensable aquella sustitución de fuerza de trabajo fácil y barata, fuera aceptada de forma pacífica por la sociedad. Las ganancias coloniales provenientes de la esclavitud no estaban agotadas ni mucho menos, en el momento que se le intentaba poner fin

2-La hegemonía británica y las nuevas estrategias de colonización

Son muchos los autores que aseguran que la expansión inglesa en Ultramar desborda extensamente a todas las demás.  Las guerras finales del siglo XVIII introdujeron elementos de cambio y subversión geoestratégicos que resultaron muy favorables en su posición como potencia.

El siglo XIX, le permitirá a Inglaterra la construcción de un imperio mucho mayor del que había obtenido y a menor costo que otras potencias. La enorme producción británica en busca de mercados, la superior tecnología, la creciente demandas de productos de consumo diario. Son algunas causas -dice Sandoica- invocadas por los historiadores y economistas a la hora de explicar la nueva coyuntura de expansión mundial que propulsa y domina Gran Bretaña, poseedora de un creciente poderío naval, que no hallará rival hasta bien entrado el siglo XX.

A partir de la primera década del siglo XIX, fue la expansión inglesa la que marcó la pauta, la que creo modelos y formo los imitadores del “dejar hacer”. Durante medio siglo Inglaterra solo se preocupó por controlar la decadencia de los otros imperios. Ya había impuesto en Viena (1815), su criterio político y su creciente peso industrial y fabril, de modo que su flota se expandió por los mares durante casi un siglo, tratando que se cesara la trata.

En poco tiempo, con motivo de la independencia de del imperio español (1824) y Brasil (1822), Gran Bretaña logro inundar los mercados latinoamericanos, con sus tejidos, lozas, y herrajes. Acompañaron a aquellas mercancías (que se pagaban con carne, con cueros, con guano, azúcar, tabaco y café) mecanismos de créditos cada vez más complejos, que, originando, entre los proveedores un interés creciente por la deuda pública de los nuevos países.

A cambio de su ayuda exterior, además de las materias primas que tanto preocupaban y siempre conseguían, los ingleses lograron un inmenso respeto, de aquellos que salían de otra colonización, ibérica, a la cual veían como opresoras.

3-La definición de los imperios coloniales en el siglo XIX

El viejo pacto colonial, de un modo u otro, ira perdiendo peso progresivo frente a las nuevas formas: los inflexibles modos de colonización que venían de antes irán debilitándose ante los nuevos métodos. Lo cual se producirá de manera inconstante y desigual, no exenta de conflictos.  En muchos casos se hará utilizando hasta el máximo los mecanismos de coerción y control-militar y político- en las sociedades coloniales. De acuerdo a los distintos grados de crecimiento industrial y financiero que exhiben sus metrópolis y su práctica comercial propia.

La ciencia y la técnica de los europeos tendrán -como en la edad moderna-un papel privilegiado en la expansión. Los progresos en la navegación permiten la reducción del tiempo de viaje, aumentando también la comodidad y la seguridad a lo largo de la travesía.

En la década del 40 ya existía una red internacional de intercambios en la que los británicos tenían un lugar de privilegio-, se habían multiplicado los bancos que operaban en ultramar o en el imperio otomano. El dinero auxiliaba a las transacciones comerciales, en un primer momento, luego atendería al servicio de la deuda pública y de las inversiones ferroviarias. Los mercados monetarios de Londres regían todo el proceso.

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