TRANSFORMACIONES AGRARIAS Y EXPANSIÓN INDUSTRIAL EN EL SIGLO XIX
Enviado por • 25 de Enero de 2015 • Ensayo • 4.460 Palabras (18 Páginas) • 239 Visitas
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TRANSFORMACIONES AGRARIAS Y EXPANSIÓN INDUSTRIAL EN EL SIGLO XIX
En la historia de la economía, el siglo XIX es el siglo de la industrialización. Iniciada en Gran Bretaña y pronto extendida a otros países como Francia, Alemania o Bélgica, la actividad industrial condujo a una nueva sociedad, que recibió el nombre de sociedad capitalista.
En este contexto, España presenta una evolución diferente, aunque similar a gran parte de los países del este y sur de Europa, que quedaron al margen de la consolidación de esta nueva sociedad industrializada. Las trasformaciones económicas españolas fueron menos relevantes, y aunque a fines del XIX, las relaciones sociales propias del capitalismo se habían consolidado, sin embargo, en el primer tercio del XX, España seguís siendo una economía predominantemente agrícola y con un sector industrial limitado poco competitivo en el exterior. El resultado, era que la renta por habitante española era inferior a la de otros países de su entorno.
DEMOGRAFÍA
La población de los principales países europeos creció en el XIX a ritmo vertiginoso. En España, el crecimiento fue moderado, y esto se explica por el hecho de que la tasa de mortalidad se mantuvo bastante alta como consecuencia de las guerra civiles del siglo XIX, el escaso o tardío crecimiento industrial y la aparición esporádica de epidemias, aunque ést6as fueron menos mortíferas que en siglos anteriores.
Durante el período 1797-1877 se observa un movimiento de población desde el centro a la periferia y sobre todo al norte, un ligero incremento de la población urbana, y una disminución gradual de la población del sector primario, compensada por un ligero crecimiento de la población en los sectores secundario y terciario.
El mayor ritmo de crecimiento se experimente entre 1820-1860, una vez que las colonias americanas se independizaron y finalizó la tradicional emigración hacia América.
En las últimas décadas del XIX el ritmo de crecimiento volvió a decacer situándose en los niveles de fines del XVIII.
AGRICULTURA
La agricultura era en el Antiguo Régimen y durante bastante tiempo en el Nuevo Régimen la base de la economía; la propiedad de la tierra su elemento principal. El paso del Antiguo al Nuevo Régimen tiene un elemento fundamental en el cambio de la propiedad de la tierra. 1
En el Antiguo Régimen la propiedad de la tierra estaba en su mayor parte amortizada; es decir vinculada a instituciones como la nobleza (a través del mayorazgo), la Iglesia, los Ayuntamientos (bienes propios y bienes comunes) y el propio estado. Al estar vinculada a instituciones estas tierras no se podían vender, partir, etc, es decir; estaban fuera de los mecanismos capitalistas. Los ilustrados consideraron que esta forma de propiedad era poco racional e impedía una explotación y unos rendimientos más intensivos, por ello denominaron a estos beneficiarios "manos muertas".
Los campesinos eran en general, muy pobres y trabajasen explotaciones muy pequeñas. Esto dificultaba la acumulación de beneficios que permitiese la introducción de mejoras en los cultivos, y la compra de máquinas. Así las transformaciones o revoluciones agrarias, que son la base de la revolución industrial, no se dieron en España.
Los políticos liberales eran conscientes de que los cambios de la estructura de la propiedad de la tierra habían favorecido en otros países una gran expansión de la producción agrícola. Pensaban que la primera medidad que había que adoptar para poner fin al atraso del campo español era eliminar los restos del régimen serñorial que todavía subsistía en buena parte delas regiones del país. Para ello era necesario erradicar el problema de las “manos muertas” y vender las tierras para que los nuevos propietarios modernizasen el campo.
Así surge la DESAMORTIZACIÓN como hecho clave del paso del Antiguo al Nuevo Régimen.
a) Prededentes
Ya en el reinado de Carlos III apareció la críti¬ca a la amortización de bienes raíces, tanto eclesiásticos como vincu¬lados de la nobleza o comunales de los ayuntamientos. Los ilustrados la consideraban como la principal causa del estancamiento agrario, y proponían detener la amortización e incluso suprimirla. Pero la Corona se opuso con los mismos argumentos políticos y religiosos que utilizaban la nobleza y la Iglesia.
Fue a partir de 1795, con Godoy, cuando la polí¬tica belicista del gobierno y el consiguiente crecimiento brutal de la deuda pública obligaron al ministro a iniciar la desamortización. En 1798 el gobierno declaró en venta, como ya vimos, los bienes de una serie de institutos eclesiásticos, y destinó los fondos obtenidos a amortizar la deuda e indemnizar a la Iglesia con el 3% anual del producto de las ventas.
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El resultado fue negativo: en 1808 la deuda ascendía a 7.000 millones, mientras que se había eliminado la asistencia social a enfermos, ancianos y marginados sociales, asistencia que la Iglesia financiaba con las rentas de esas tierras y que el Estado no cubría, lo que condenó a esos colectivos a la miseria.
Durante la Guerra de la Independencia tanto el gobierno bona¬partista como las Cortes de Cádiz realizaron una legislación paralela de supresión de conventos y órdenes religiosas y de puesta en venta de sus propiedades, destinando el producto a amortizar la deuda del Estado. La restauración del absolutismo en 1814 significó la anulación de las exclaustraciones y la devolución de los bienes vendidos a los frailes.
En el Trienio volvieron a entrar en vigor las decisiones de las Cortes de Cádiz: se aprobó el Decreto de supresión de monacales de octubre de 1820 y se emprendió la desamortización de bienes de pro¬pios y baldíos. Una buena parte de los bienes de los conventos fue ven¬dida, principalmente, a inversores burgueses. Pero en 1823 retornó el régimen absolutista, y Fernando VII obligó a restituir los bienes ven¬didos, lo que provocó la indignación de los compradores, que desde entonces pasaron a apoyar al liberalismo y a enfrentarse al Rey.
b) La Desmortización de Mendizabal
A partir de 1833 el proceso de desamorti¬zación se precipitó por varias causas. En primer lugar, la guerra obli¬gaba al Estado a obtener recursos, en un momento en que las arcas estaban
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