La percepción social de la política en México

La percepción social de la política en México

Introducción

La percepción, la sociedad y la política en México son temas que operan en nuestro país, de características distintas. La primera se representará con un análisis de la percepción; su relación con el concepto de política y sus reproducciones en la actualidad. El segundo tema de este ensayo es la sociedad: jóvenes, niños, adultos; sin importar género. Describiremos las iniciativas actuales de algunos teóricos y expertos que articulan, por medio de distintos estudios, la actualidad de la percepción individual y grupal de la política. Las respuestas obtenidas derivan de las siguientes preguntas: ¿cómo es que una opinión o paradigma social sustituye el pensamiento individual?, ¿La percepción individual puede ser importante para construir un criterio en sociedad? ¿El campo político es afectado por la violencia organizada y globalizada? La tercera será descrita y comparada para efectuar una síntesis de algunos conceptos. Una vez definido el contexto de los primeros dos, habremos abordado la política desde la teoría y práctica.

Múltiples dimensiones de la política y su percepción.

Todos los humanos estamos dotados de la habilidad de percibir: un suceso escrito o hablado por televisor o celular; en una charla o clase, usando los sentidos para recibirlo y después percibir qué fue. En el siglo XXI la percepción está abrumada por la nueva técnica del marketing y los medios de comunicación, estas técnicas se ejercen normalmente en ciudades urbanas. Hay una creciente cantidad de información que delimita, a su modo, una vaga noción de política.  Un ejemplo de esto es la polarización entre “fifís” y “chairos”, dos perspectivas contrarias, que en algunos casos son las únicas visiones para percibir el funcionamiento de la política en México. Donde el primero aboga por iniciativas privadas: inversión extranjera, educación continua y preparación, privatización de los territorios y recursos, etc.; mientras que el otro aboga por lo público: repartición de las riquezas a los desempleados, discapacitados laborales, migrantes sin trabajo, ancianos, protección de las sociedades apolíticas formalmente (no hablan ni escriben español, no tienen INE, no conocen de partidos, etc.). Estas generalidades son el contenido de sólo una dimensión que concierne lo político, siendo lo político un tema de múltiples dimensiones.

En ciudades grandes la percepción de la política es más sofisticada: más términos y variables, más estudios que analizan perspectivas de la economía, sociedad, legislaciones etc. Mientras que, en lo rural, en las profundidades de los desiertos y las junglas mexicanas; donde los estudios no son muy avanzados y hay poca o escasa tecnología, se construye otra perspectiva de la política. Por definir política como una relación intersubjetiva (sujeto y comunidad) en potencia de afectar un “campo político” determinado, en palabras de Enrique Dussel:

Todo lo que denominamos político (acciones, instituciones, principios, etc.) tiene como espacio propio lo que llamaremos campo político. Cada actividad, práctica (familiar, económica, deportiva, etc.) tiene también su campo respectivo, dentro del cual se cumplen las acciones, sistemas, instituciones propias de cada una de estas actividades.

Esta definición nos ayuda a percibir que la política atraviesa a varios tipos de habitantes mexicanos; tanto los que habitan en urbes como aquellos que no; tanto aquellos que pertenecen a una cámara en el senado y tienen doctorados, como a los que trabajan el campo y cuidan de su familia. Lo político no es un tema de sólo de unos pocos, sino un fenómeno que atraviesa a todos. El sujeto político, entendido como alguien racional y advocado a la actividad en grupo, es el que intenta legitimar lo que aún no se ha legitimado, o influir en la sociedad desde sectores determinados (formalmente reconocidos).

El resultado de estas acciones, llevadas a cabo en grupos, comunidades o consensos intervienen en el territorio.

Pero el territorio no es entendido aquí en su sentido puramente geográfico, sino como "construcción social" (Boisier, 1999; Zunino, 2002). La importancia de dicho ámbito es que allí se expresan muchas de las diferencias, inequidades y exclusiones propias de la estructura social del país, las cuales se manifiestan tanto en el plano objetivo como en el subjetivo. (Delamaza, 2016, p.127)

La percepción política podría tener un alcance hacia múltiples dimensiones, que contemple las necesidades de los excluidos, logre efectos positivos en el campo del territorio y las políticas públicas. Es importante, pues en casos anteriores la gobernabilidad del territorio estaba enfocado en lo “extranjero”: sus inversionistas e intereses, y no en la participación ciudadana que aboga por una distribución apegada a la participación regional. Esta multidimensionalidad tiene un peligro, siendo una condición para todos, la hace incontrolable para las fuerzas policiales y para los marcos jurídicos que abogan por la seguridad de los ciudadanos. El “mercado-nación”, descrito por Valencia Sayak, es una percepción de la política dónde la influencia de oferta y demanda, tanto en el mercado regularizado como en el mercado negro, se regula por medio de violencia, burocracia, legislaciones, extorsiones, etc. Configurando marcos jurídicos, modificando legislaciones en las secretarias de trabajo o de medio ambiente para beneficios individuales. Para esto tiene que haber una disponibilidad de cuerpos armados imponiendo miedo a una población que habita estructuras naturalmente inofensivas: casas, mercados, oficinas, campos de cultivo, fraccionamientos. Estos cuerpos Sayak los mencióna como “sujetos endriagos [que] desacralizan el cuerpo, tanto el ajeno (para poder comercializar con él a manera de mercancía de intercambio o con su muerte como objeto de trabajo) como el propio, adhiriéndose a una lógica kamikaze que indudablemente les llevará a la destrucción corporal y la pérdida de la propia vida […]”  (Sayak, 2010, p.141)

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