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Las Tribus En Mexico


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2014  •  8.645 Palabras (35 Páginas)  •  170 Visitas

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LOS AZTECAS

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Cultura azteca. Período postclásico. (1250-1521 d.C.) Capital Tenochtitlán.

Los pobladores nativos de la actual América Latina desarrollaron, durante 3000 años, culturas y civilizaciones cuyos logros son equiparables a los del mismo período en la antigua China, India, Mesopotamia o el Mediterráneo.

Las leyendas aztecas cuentan que su pueblo se asentó en el lago Texcoco debido a una premonición. Allí fundaron la capital de su imperio: Tenochtitlán.

Los Aztecas o Mexicas crearon una importante civilización en México, entre los siglos XIV y XIV. A la creación de este imperio contribuyeron un gran número de inmigrantes que se reubicaron alrededor del lago Texcoco, tras la caída de la civilización tolteca que fue la cultura dominante de los siglos X y XI, y cuya capital había sido Tula.

La palabra azteca, mexica o tenochca, se emplea para designar a los siete pueblos que llegaron al valle de México, los cuales provenían, según la leyenda de un lugar mítico llamado Aztlán.

En un principio los aztecas sólo ocuparon la tierra de los islotes del lago, y seguramente, pagaban tributo y estaban sometidos a otros pueblos que dominaban la región. Aún así, los aztecas lograron construir un enorme imperio en poco tiempo (dos siglos), que fue destruido por Hernán Cortés y sus aliados tlaxcaltecas (enemigos de los aztecas), en 1521.

Las leyendas mexicas vaticinaban que este pueblo fundaría una gran civilización en una región pantanosa, en el lugar exacto donde vieran un cactus que creciera de una roca, y, sobre él, un águila devorando a una serpiente. A la llegada de los aztecas a la zona del lago, en el año 1325, sus sacerdotes afirmaron haber visto lo que indicaba la premonitoria leyenda. Allí, mismo se construiría Tenochtitlán, la capital mexica, sobre la cual se edificaría más tarde la ciudad de México.

Gracias a esta leyenda, hoy, la imagen del águila que devora a la serpiente es el símbolo oficial de México impreso en billetes y monedas.

Las alianzas militares que establecieron los aztecas con los pueblos vecinos, fueron fundamentales para su expansión y el mantenimiento de su soberanía.

Los aztecas crearon un imperio que se extendió desde méxico hasta Guatemala. Ello fue debido, en parte al sistema de alianzas militares que establecieron con los pueblos vecinos. A principios del s. XV, la capital azteca, Tenochtitlán, gobernaba conjuntamente con Texcoco y Tlacopan en una alianza triple.

Menos de 100 años después todo el poder estaba en manos de los mexicas. En 1520, con Moctezuma II, 38 pueblos pagaban tributo al Imperio de Sol, pero otros querían conservar su independencia, como los tlaxcaltecas, y se unieron a Hernán Cortés para derrocar a Moctezuma y su tipo de gobierno.

Quizá sin los nuevos aliados le hubiese resultado más difícil a los conquistadores someter a los aztecas, pero Moctezuma fue confiado al igual que lo sería Atahualpa diez años después en Perú frente a Pizarro.

El gobernador azteca dio una bienvenida pacífica a los españoles y los instaló en sus mejores palacios, desde donde tomaron la ciudad. Es posible que la interpretación de antiguos presagios sobre el regreso del dios Quetzalcóatl indujera a Moctezuma a confundirlo con Cortés, si bien lo que más interesaba al emperador era colmar de regalos a los españoles para que se retiraran.

La sociedad azteca estaba dividida en tres clases: esclavos, plebeyos y nobles. El estado de esclavo era similar al de un criado contratado. Aunque los hijos de los pobres podían ser vendidos como esclavos, solía hacerse por un periodo determinado. Los esclavos podían comprar su libertad y los que lograban escapar de sus amos y llegar hasta el palacio real sin que los atraparan obtenían la libertad inmediatamente.

A los plebeyos o macehualtin se les otorgaba la propiedad vitalicia de un terreno en el que construían su casa. Sin embargo, a las capas más bajas de los plebeyos (tlalmaitl), no se les permitía tener propiedades y eran campesinos en tierras arrendadas. La nobleza estaba compuesta por los nobles de nacimiento, los sacerdotes y los que se habían ganado el derecho a serlo (especialmente los guerreros).

En la religión azteca numerosos dioses regían la vida diaria. Entre ellos Huitzilopochtli (deidad del Sol), Coyolxauhqui (la diosa de la Luna que, según la mitología azteca, era asesinada por su hermano el dios del Sol), Tláloc (deidad de la lluvia) y Quetzalcóatl (inventor de la escritura y el calendario, asociado con el planeta Venus y con la resurrección).

Los sacrificios, humanos y de animales, eran parte integrante de la religión azteca. Para los guerreros el honor máximo consistía en caer en la batalla u ofrecerse como voluntarios para el sacrificio en las ceremonias importantes. Las mujeres que morían en el parto compartían el honor de los guerreros. También se realizaban las llamadas guerras floridas con el fin de hacer prisioneros para el sacrificio. El sentido de la ofrenda de sangre humana (y en menor medida de animales) era alimentar a las deidades solares para asegurarse la continuidad de su aparición cada día y con ella la permanencia de la vida humana, animal y vegetal sobre la Tierra.

Los aztecas utilizaban la escritura pictográfica grabada en papel o piel de animales. Todavía se conserva alguno de estos escritos, llamados códices. También utilizaban un sistema de calendario que habían desarrollado los antiguos mayas. Tenía 365 días, divididos en 18 meses de 20 días, a los que se añadían 5 días ‘huecos’ que se creía que eran aciagos y traían mala suerte. Utilizaban igualmente un calendario de 260 días (20 meses de 13 días) que aplicaban exclusivamente para adivinaciones. La educación era muy estricta y se impartía desde los primeros años.

A las mujeres se les exhortaba a que fueran discretas y recatadas en sus modales y en el vestir y se les enseñaban todas las modalidades de los quehaceres domésticos que, además de moler y preparar los alimentos, consistían en descarozar el algodón, hilar, tejer y confeccionar la ropa de la familia. A los hombres se les inculcaba la vocación guerrera. Desde pequeños se les formaba para que fueran fuertes, de modo que los bañaban con agua fría, los abrigaban con ropa ligera y dormían en el suelo.

A la manera de los atenienses de la Grecia clásica, se procuraba fortalecer el carácter de los niños mediante castigos severos y el fomento de los valores primordiales como amor a la verdad, la justicia y el deber, respeto a los padres y a los ancianos,

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