Las parteras empiricas

Las parteras empíricas

Desde el inicio de las prácticas de las parteras fue preocupación tanto positiva y negativamente para el estado y la sociedad ya que en ellos recaía el crecimiento o decremento de la población y a su vez eran consideradas parte de la charlatanería debido a que se veían envueltas en rituales que en ocasiones eran casi secretas y muy populares dentro de las comunidades rurales. Es por ello, al estado le preocupada la recolección de bienes ya que a mayor población mayor la posibilidad de recolectar impuestos a comparación de que tendiera a disminuir.

Sin embargo por la parte médica se empezaron a formar los conocimientos en obstetricia para poder combatir esas prácticas que eran mal vistas, la cuales no tenían una formación teórica debido a que las parteras aprendían de forma directa y por el traspaso de conocimientos de sus familiares u otras parteras, las cuales como se mencionó tenían una gran popularidad dentro de comunidades alejadas y rurales, así de esta forma se trató de regularizar estas prácticas por parte del estado realizando diversas evaluaciones para darle claridad, que a su vez empezó a incluir a los párrocos de las iglesias para asistir a las mujeres en la labor de parto, pudiendo realizar hasta una cesárea en caso de ser necesario. Aunque de fondo estaba la concepción de difundir la religión a través del bautismo y crecimiento de la población.

Siendo aquí el inicio de la relación partera-párroco el cual buscaba la conservación de los niños a pesar de que muriera el bebé, la idea principal era transmitir las ideas evangélicas en el bautismo y formación cristiana, de esta manera, la profesión de las parteras se convirtió en una especie de vocera moral religiosa debido a que se podían inmiscuir dentro de la población más alejada notificando a los párrocos de las malas prácticas como abortos, mujeres inmorales, malas prácticas o incluso infidelidades.

Incluso para diversos sectores de la comunidad científica las tareas de las parteras eran absurdos y contradictorios ya que ellas proporcionaban brebajes irracionales y desatinados para poder realizar sus labores y apoyar a la madre en su labor de parto, los cuales incluía a veces artefactos caseros asistiendo el nacimiento del bebé, a comparación de un médico que tenía la capacidad de recetar algún medicamente certero que hiciera las funciones por las cuales fue prescrito y de utilizar el instrumental adecuado para la asistencia de la madre y del niño.

Fue así como en 1768 en la escuela de cirugía se empezó a impartir la cátedra de obstetricia para sí regular las prácticas de parto, aunque su éxito fue relativo ya que las parteras no sabían leer o escribir por lo que sus conocimientos como ya se mencionó fueron traspasados y mediante el aprendizaje empírico. Pero por su parte la formación de varones que a veces eran párrocos, llevo a que se debía olvidar a ver al cuerpo de la mujer como una forma de invitación al pecado ya que se debía salvar vidas, originando una lucha entre comadronas y parteras debido a que la parte empírica no aceptaba la ayuda de cirujanos especializados que en ocasiones producía daños irreparables o que en su defecto debían aceptar el dictamen de estos mayores los cuales pedían el oportuno auxilio y consulta periódica para llevar correctamente el periodo de embarazos.

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