Los Aymaras
Enviado por frednils • 1 de Noviembre de 2013 • 1.312 Palabras (6 Páginas) • 495 Visitas
Cosmovisión Aymara
Hijos de la Pachamama
Contabilizada en unos 28.000 chilenos, la cultura aymara posee una refinada tradición
andina, rica en rituales y ceremonias que responden a una cosmovisión en cuyo centro
se encuentra la Pacha Mama, o madre tierra. Los ciclos de la naturaleza y la sabiduría
ancestral rigen el curso de sus vidas. El agua, indispensable para los cultivos, es
protagonista de sus invocaciones.
Por: Rosario Mena
Fotografías: Victoria Castro, Francisco Gallardo, Fernando Maldonado, Claudio Mercado,
Mauricio Uribe, Varinia Varela.
Obtenidas del libro: "Ceremonias de Tierra y Agua", de Victoria Castro y Varinia Varela,
editoras.
La población aymara en Chile, que se contabiliza en unos 28.000 individuos repartidos
en zonas rurales y urbanas que asumen este origen étnico, es heredera de una refinada
cultura andina, con un importante componente boliviano. Las comunidades originales
de la población aymara chilena se encuentran en las zonas cordilleranas y
precordilleranas de Tarapacá y Antofagasta, desde el extremo sur del Salar de Atacama
hasta las nacientes del río Loa.
Genéricamente, suele utilizarse el término "atacameño" para referirse a todas las
culturas andinas de esta región a pesar de las sutilezas que las hacen distinguibles y de
las particularidades étnicas, históricas y culturales.
El culto a la pachamama o madre tierra y el ordenamiento de la vida de acuerdo a los
ciclos de la naturaleza, a la configuración del espacio geográfico y a la sabiduría
ancestral, son la base de la cosmovisión aymara. En su religiosidad se integran en una
sola unidad los ritos precolombinos y las tradiciones católicas.
Toconce está ubicado a orillas del Río Salado, principal afluente del Loa, en la latitud de Chuquicamata, a 3600
metros de altura.
Ciclos vitales
Si es que para nosotros las estaciones son poco más que un accidente metereológico, para la
desconocida cultura aymara, son la guía que ordena cíclicamente su vida en una estructura
complejamente articulada, que incluye categorías espaciales y temporales y dirige todos los
aspectos de su existencia. El tinku o equilibrio natural determina el momento justo y la
proporción de cada una de sus acciones.
La cosmovisión aymara ordena religiosamente su mundo en tres dimensiones: sus relaciones
sociales, sus relaciones con divinidades y antepasados y sus relaciones con la naturaleza. La
visión religiosa que tiene el aymara de su historia y su geografía en términos mitológicos,
ordena su mundo temporal y espacial, sirviendo de base para las estructuras de la
comunidad. Su organización social se basa en cargos o jerarquías indígenas, que están
estrechamente ligadas a sus costumbres, tanto originarias como derivadas del catolicismo.
Cada pueblo posee una asamblea comunal, constituida por los dueños de tierras cultivables,
éstas pueden ser obtenidas por nacimiento, matrimonio o petición a la asamblea, que dirime
democráticamente cualquier asunto de interés común.
"Partiendo de la idea de la eterna repetición de los ciclos de la vida y la naturaleza, y de la
eficacia de observar fielmente las fiestas y costumbres, el aymara pretende sostener
ritualmente la continuidad del cosmos y de la comunidad; la prosperidad y la reproducción
permanente del ganado, la perpetuidad de la vegetación y la chacra, la transición de verano a
invierno y de invierno a verano y así asegurarse de una existencia duradera y tranquila.
Concibe el tiempo como un ciclo de vida - la vida de la Pachamama o madre tierra- y como
un ciclo delicado, frágil y detalladamente articulado" (Juan van Kessel, 1994).
El tiempo está definido por el ritmo del medio natural concebido como una unidad de las
fuerzas opuestas y complementarias. El ciclo vital de la Pachamama, o madre tierra,
determina en el calendario aymara las fases de dos ciclos económicos interdependientes: de
transhumancia pastoril andina y de agricultura precordilllerana. De acuerdo a este
calendario, las actividades festivas, sociales y religiosas se concentran en verano en la zonas
cordilleranas más altas, dedicadas al pastoreo, y en invierno en la zona agrícola, de la
precordillera. Aunque siempre los pastores bajan a celebrar a las "chacras" y todos asisten a
visitar los templos más altos, hacia la cordillera, que tienen un grado mayor de jerarquía,
acorde a la adoración que el aymara hace de los cerros, los cuales representan entidades
divinas.
Culto al agua
De acuerdo a la leyenda
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