Obligaciones En Roma

UNIDAD 7. Derecho de las obligaciones

Concepto y origen de la obligación

En las instituciones de Justiniano: “Obligatio est iuris vinculum quo necesitate adstringimur alicujus solvendae rei, secundum nostrae civitatis jura” (la obligación es un vínculo de derecho formado según nuestro derecho civil y que nos obliga a pagar una cosa). Eugine Petit lo traduce: “es un lazo de derecho que nos constriñe en la necesidad de pagar alguna cosa conforme al derecho de nuestra ciudad”

Según la teoría de Bonafonte, la obligación romana nació en tiempos arcaicos dentro del terreno de los delitos. Originalmente, la comisión de un delito hacía surgir a favor de la víctima o de su familia, un derecho de venganza eventualmente limitado por el principio del talión, el cual, mediante una composición podía transformarse en el Derecho de la víctima o de su familia a exigir cierta prestación del culpable o de su familia. Como garantía del cumplimiento de tal prestación, un miembro de la familia del culpable quedaba ob-ligatus, o sea, “atado” en la domus de la víctima como una especie de rehén. Al irse desarrollando la comunidad con el aumento de los contactos económicos entre las domus, se presentaba, a veces, la necesidad de que un paterfamilias prestara valores a otro: en tal caso, el acreedor quería tener una garantía y así esta “atadura” se trasladaba al campo delictual al incipiente Derecho Privado.

Es decir, la obligación originalmente implicaba el compromiso del deudor de cumplir con lo prometido, respondiendo para ello no sólo con sus bienes, sino también con su propia persona. En el derecho antiguo, el deudor y el acreedor estaban unidos por el vínculo jurídico establecido por el lazo del derecho, y además por el lazo material derivado del contrato de nexum, que permitía al acreedor pagarse su deuda, ante la carencia de bienes del deudor, con la persona de éste.

En la ley de las XII tablas, en el apartado relativo al procedimiento de las acciones de la ley, se autorizaba al acreedor, por el procedimiento de la acción del manus injectum, a pedir al magistrado la entrega del deudor insolvente (aquel que no puede hacer frente a sus obligaciones por no poseer para ello los medios económicos suficientes) o que se negara a pagar la deuda, pudiendo éste mantenerlo encadenado en prisión privada hasta por 60 días, durante los cuales por tres veces consecutivas en los días de mercado debería exhibirlo públicamente para ver si alguien se condolía y pagaba la deuda. De no ser así quedaba en su decisión darle muerte o venderlo como esclavo. Este procedimiento inhumano fue derogado por la Ley Paetelia Papiria en el año 428, a partir de la fundación de Roma, declarando libres a los que se encontraban encadenados sufriendo el rigor del incumplimiento de su deuda, estableciéndose que en lo sucesivo los deudores sólo respondieran

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