Paleocristiano
Enviado por rr2000 • 12 de Abril de 2015 • 6.059 Palabras (25 Páginas) • 198 Visitas
INTRODUCCION
Ya desde el siglo I la religión cristiana se difundió rápidamente en Roma y en el mundo entero, no solo por su originalidad y universalidad, sino también, y en buena medida, por el testimonio de fervor, de amor fraterno y de caridad demostrada por los cristianos. Las autoridades civiles, y el pueblo mismo, indiferentes en un primer momento, se mostraron muy pronto hostiles hacia la nueva religión, porque los cristianos no querían admitir el culto del emperador y la adoración de las divinidades paganas de Roma. Los cristianos fueron por ello acusados de deslealtad hacia la patria, de ateísmo, de odio al género humano, de crímenes ocultos, como el incesto, el infanticidio y el canibalismo ritual; de ser los causantes de las calamidades naturales como la peste, las inundaciones, las carestías, etc.
La religión cristiana fue declarada: strana et illícita, extraña e ilícita (decreto senatorial del año 35), exitialis, perniciosa (Tácito), prava et inmódica, malvada y desenfrenada (Plinio), nova et maléfica, nueva y maléfica (Suetonio), tenebrosa et lucífuga, tenebrosa y enemiga de la luz (del Octavius de Minucio), detestábilis, detestable (Tácito); por eso fue excluida de la legalidad y perseguida, porque fue considerada el enemigo más peligroso del poder de Roma, que se basaba en la antigua religión nacional y en el culto del emperador, instrumento y símbolo de la fuerza y de la unidad del imperio.
Los tres primeros siglos constituyen la era de los mártires, que terminó en el año 313 con el edicto de Milán, con el cual los emperadores Constantino y Licinio concedieron la libertad a la Iglesia. La persecución no fue siempre continua y general, es decir, extendida a todo el imperio, ni fue siempre igualmente cruel y cruenta. A períodos de persecuciones siguieron otros de relativa tranquilidad.
En la inmensa mayoría de los casos los cristianos afrontaron con valor, a menudo con heroísmo, la prueba de las persecuciones, pero no la soportaron pasivamente. Se defendieron con fuerza refutando las acusaciones que les hacían de cometer crímenes ocultos o públicos, presentando los contenidos de su fe ("en qué creemos") y describiendo su identidad ("quiénes somos").
En las "Apologías" (discursos de defensa) de los escritores cristianos de ese tiempo, dirigidas también a los emperadores, los cristianos pedían no ser condenados injustamente, sin ser conocidos y sin pruebas. El principio de la ley senatorial "Non lícet vos esse" (No les está permitido a ustedes existir), era juzgado por los apologistas injusto e ilegal, porque los cristianos eran honestos ciudadanos, respetuosos de las leyes, fieles al emperador, industriosos y ejemplares en la vida privada y pública.
ARTE PALEOCRISTIANO
•Durante los primeros 5 siglos.
•El cristianismo se convierte en la religión del imperio con Teodosio.
-Edicto de Milán, 313.
Arquitectura
•Se redujo a las catacumbas. Tienen varias partes:
-Ambulacrum: galerías muy estrechas para aprovechar todo el terreno.
-Loculi: cavidades para enterrar a los muertos.
En sentido longitudinal por la estrechez del muro.
-Cubiculum.
A partir del siglo IV.
Ensanchamientos.
Asiento corrido en el cruce de dos galerías.
-Edificio al aire libre: cuerpos de cristianos más venerados.
>Para enterrar a la gente importante se construía el arcosolium.
•Los cristianos celebraban sus reuniones en las casas patricias, que se llamaban titulus.
Basílicas:
•Lugar de reunión y culto.
•3 ó 5 naves longitudinales separadas por columnas.
-La nave central es más alta, y tiene ventanas.
-La cubierta es plana y de madera.
-El ábside alberga el altar.
•Partes de la basílica:
a) Basílica: naves.
b) Atrio:
Patio con fuente en el centro.
Se accede a él por un vestíbulo.
Da paso al narthex.
c) Narthex: Nave transversal.
-Hay un trono para el obispo.
-Bautisterio: lugar para bautizar.
En el centro está la cuba, de gran tamaño (bautizo de inmersión).
Su origen arquitectónico
Está en las basílicas romanas, muchas de las cuales, tras el Edicto de Milán en el año 313, se convirtieron en templos cristianos, para lo cual se añadió un atrio en la entrada y un ábside en la cabecera, que coincidía con la nave central con la intención de reforzar la direccionalidad de ésta.
Las basílicas romanas provienen de las stoás griegas, estructuras adinteladas en forma de pórticos de columnas, que estaban cubiertos y servían como lugar de reunión y protección de la lluvia. Normalmente se encontraban en las ágoras o en los santuarios, y la más famosa es la stoá de Atalo (siglo III a.C.). Al colocar dos stoás enfrentadas, dejando un espacio central más ancho y alto, se consigue la basílica. Estas edificaciones se ubicaban en los foros romanos y servían como palacio de justicia y mercado cubierto.
Al ser la nave central más alta, se podían colocar ventanas que iluminaran el interior. La entrada solía estar localizada en el lateral o en los extremos, según la orientación que tuviera respecto al foro. En uno de los extremos se solía colocar el estrado, donde se administraba la justicia y podía tener una exedra semicircular (la basílica Ulpia y la de Constantino) donde se sentarían los oficiantes, que es el origen del ábside paleocristiano. Las naves laterales, en número de tres y excepcionalmente de cinco, servían para los tratos comerciales y financieros, aunque podían ser un simple lugar de paso, incluso podían tener una galería superior denominada pluteum.
La cubierta era un cielo raso a dos aguas al exterior, ya que los soportes eran columnas que no resistían grandes estructuras de cubrición, norma que sólo se rompió en la basílica de Constantino, que Magencio mandó construir entre el año 310 y el 313 y en la que se utilizaron pilastras reforzadas lateralmente con muros trasversales, lo que permitió poner bóvedas de aristas que creaban un interior monumental similar al de las termas. Los muros transversales estaban horadados con puertas, lo que daba unidad espacial a las naves laterales. En un principio la entrada estaba en uno de los laterales mayores, pero Constantino la reformó y la puso en un extremo, dando a la nave central un carácter más longitudinal.
Otra edificación importante es la basílica Æmilia, que destaca por su grandiosidad y lujo, muy común
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