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Pensando a Sarmiento y Alberdi


Enviado por   •  9 de Julio de 2021  •  Ensayo  •  1.902 Palabras (8 Páginas)  •  192 Visitas

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       I.S.P.I. nº 4007“Inmaculada Concepción”

                             Belgrano 1856 – Tel.: 03483 - 420017 / e-mail: cuatromil7@cosemar.com.ar

Carrera: Profesorado de Educación Primaria.

Espacio curricular: Historia social de la Educ. Y Polit. Educ. Arg.

Profesor: Luisina Clementin

Tema: Pensando a Sarmiento y Alberdi

Alumna: Sandoval Karen Itati

DNI: 41.514.042

Curso: 3er año

Fecha de entrega: 29/04/2021

Lugar: Vera Santa Fe

Año: 2021


Actividad:

1) Leer los pdf propuestos.

2) Elaborar una síntesis de cada uno, o mapa conceptual.

3) Elaborar como mínimo 5 preguntas a cada pdf.

4) Escribe una reflexión personal destacando en qué aspectos estás de acuerdo y que no con Alberdi y Sarmiento

 


2) Educación y sociedad en la argentina (1880-1945)

El 15 de julio de 1976, Manuel Belgrano leía ante el consulado su memoria sobre los medios generales para el fomento de la agricultura, la industria y el comercio, quedaba inaugurado en la argentina el debate educacional en términos moderados.

Belgrano había recibido la influencia directa de las doctrina fisiócratas y pretendía trasladar sus postulados a la zona rioplatense. Pensaba que la agricultura seria la fuente más fecunda de riquezas y que no había método más eficaz para promoverla que la educación de los agricultores. Proponía para ello una escuela de agricultura.

Un programa de esta índole, no respondía a las necesidades reales de la vida colonial de entonces.

Las luchas políticas internas que sucedieron a la declaración de la independencia, permitieron que el primer intento parcial de ejecución de un programa científico dentro de la enseñanza, se llevara a cabo recién durante el gobierno de Bernardino Rivadavia. Durante ese período, el sistema educativo se organizó según el modelo napoleónico.

Rivadavia intentó promover la enseñanza agrícola, para lo cual creo una escuela en la zona de la Recoleta.

El triunfo de rosas significo la derrota de estos planes y la concepción unitaria y científica queda en manos de los opositores al gobierno que hicieron de ella uno de los puntos centrales de sus programas. La difusión masiva de la educación fue concebida como el instrumento más eficaz del cambio social y del progreso en general.

La concepción de la educación como agente fundamental para el cambio social es patrimonio del siglo XIX.

Algunos intelectuales políticos, en especial Juan B. Alberdi, criticó a fondo las relaciones educativas de ese periodo.

El fracaso de la enseñanza de la formación del ciudadano tenía que ver, según Alberdi, con el papel mismo que a ella le cabía en ese proceso. Y elaboro para ello una nueva categoría, con la cual hacía referencia al conjunto de influencias sociales que intervenían en la formación del individuo, pero que están al margen de la enseñanza institucionalizada. Esos medios eran, en Alberdi, la inmigración, la legislación civil, comercial y marítima, los ferrocarriles, etc.

Alberdi ubicaba las transformaciones necesarias que debían introducirse en el sistema de enseñanza, reclamando una educación formada de técnicos y científicos en lugar de abogados, médicos y teólogos. El modelo de Alberdi era el de una educación directa con las necesidades de una economía desarrollada basada en el comercio de materias primas y en la creación de industrias locales. La puesta en marcha de este esquema requería la presencia del inmigrante europeo, quien cumplía un doble papel.

La diferencia más importante entre el proyecto de Alberdi, por ejemplo, y el de Sarmiento, reside en la manera de concebir la relación entre la educación y cambio social. Mientras Alberdi sostenía que la educación era un instrumento de menor eficacia comparada con la inmigración masiva, la expansión de los ferrocarriles, etc. Sarmiento concibió a la educación como el factor prioritario en el proceso de cambio y modernización.

En Sarmiento aparece muy clara la dependencia que existe entre todas las manifestaciones del progreso de una nación y la capacidad de los individuos que la componen. Distingue tres tipos de capacidad, indispensables para el desarrollo: la capacidad industrial, la moral y la intelectual.

Sarmiento se debatió entre esta alternativa optimista frente a las posibilidades de transformación a través de la educación popular  y una concepción un tanto fatalista acerca de la independencia natural de los americanos con respecto al trabajo industrial. Ante esta disyuntiva, opto por intensificar la educación desde una perspectiva utilitaria y suplir las deficiencias de la población nativa con la atracción de inmigrantes. La enseñanza no debía orientarse específica y únicamente hacia la industria, dado que nuestro país sumaba a la incapacidad y falta de tradición industrial de su población, la ausencia casi total de fuentes naturales para ese tipo de producción.

Ese enfrentamiento personal traslucía un enfrentamiento político. Alberdi se ubicó del lado de la Confederación en su lucha contra Buenos Aires, mientras que Sarmiento estuvo en todo momento a favor de la política porteñista. Sin embargo, las diferencias entre Buenos Aires y la Confederación no eran diferencias entre la clase media empobrecida y la clase alta acomodada.

Considerando, ambas posiciones desde un punto de vista teórico general, el optimismo pedagógico supone, en buena medida, que el desarrollo social se logra  a través de cambios en mentalidad individual de cada miembro de la sociedad y que en ese cambio, la escuela juega un papel relevante. Para Alberdi, la inmigración, los ferrocarriles y las leyes pueden mucho más que la acción de las escuelas. Ni el programa de Alberdi ni, mucho menos, el de sarmiento, contaban con fuerzas sociales que lo ejecutaran plenamente.

La adopción de parte de ese programa por una clase social determinada indica, por un lado, la funcionalidad de este programa con sus necesidades y, por otro, la ausencia de otras clases sociales conformadas orgánicamente, capaces de afrontar la tarea propuesta.  

 La educación elemental porteña 1820 – 1860. Carlos Newland.

Domingo Faustino Sarmiento es quien juzgaría los problemas sociales, había tenido una importante actuación en el campo de la enseñanza.

En la base de su pensamiento repite el diagnostico social de los Ilustrados. En su opinión la falta de civilización producía un atraso en la moralidad, costumbres, hábitos políticos, vestimentas, y una predisposición a la ociosidad.  

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