Proceso De Cristo
Enviado por candy69 • 24 de Abril de 2014 • 964 Palabras (4 Páginas) • 260 Visitas
El proceso judío debía normarse por los siguientes principios:
El de la publicidad, en el sentido de que los tribunales deberían de actuar frente al pueblo, y especialmente el sanedrín, que se reunía en un recinto llamado gazith.
El de la diurnidad, ya que el proceso no debía prolongarse después del ocaso.
El de la amplia libertad defensiva del acusado.
El de la escrupulosidad en el desahogo de la prueba testimonial de cargo y de descargo, sin que valiesen las declaraciones de un solo testigo.
El de la prohibición para que nuevos testigos depusieran contra el acusado una vez cerrada la instrucción del procedimiento.
El de la sujeción de la votación condenatoria a nueva revisión dentro del término de tres días para que generare la sentencia en caso de corroborarse.
El de la inmodificabilidad de los votos absolutorios en la nueva votación.
El de la posibilidad de presentar pruebas a favor del condenado antes de ejecutarse la sentencia.
El de la invalidez de las declaraciones del acusado, si no eran respaldadas por alguna prueba que se rindiera en juicio.
Además de respetarse los citados principios en el régimen judicial hebreo, los jueces deberían juzgar con justo juicio, sin inclinarse a favor de ninguna de las partes y sin aceptar dádivas.
El Sanedrín
Era el tribunal supremo del pueblo judío, compuesto por setenta ancianos y maestros en la ley, cuyas resoluciones tenían el rango de fallos de Dios. Conocía de los delitos graves como el de blasfemia e idolatría, estos se castigaban con la pena de muerte, cuyo decreto, debía ser homologado por el procurador romano
El proceso de Jesús ante el Sanedrín
El autor, con relación a la figura de Cristo, dice que: “Cristo no fue un revolucionario político. No vino al mundo terrenal para liberar al pueblo judío de la dominación romana, no perteneció al grupo rebelde de los zelotes, en el que predominaba judas iscariote. Fue un renovador espiritual de la humanidad y un Redentor de los pecados de los hombres como enviado de Dios”.
Según el autor, con antelación a este procedimiento hubo una especie de prejuicio contra Jesús en la casa de Anás, suegro de Caifás, prominente personaje del tribunal de Jehová.
La tajante pregunta que se le formuló a Cristo fue: “¿quién te ha dado autoridad para hablar en nombre de Dios y contra la ley de los profetas?”.
La respuesta de Cristo fue: “¿para enseñar y predicar la ley de Dios no se necesita de título y autorización académica”,…..”El hombre que ha nacido tiene el deber de enseñarla y de predicarla al hombre que viene después de él”, …”yo he predicado siempre el reino de los cielos, yo he enseñado a mis discípulos a adorar al Eterno, y no he tenido nunca conversación pública ni secreta con ellos que no se haya dirigido al fin principal de mis deseos .. ” De igual forma, Cristo, refiriéndose a Anás le dice: “¿qué me preguntas, pues, a mí, si mi testimonio ninguna fuerza debe hacerte?, pregúntale
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